Cuando hablamos de turismo en la provincia de Zamora, muchos que aún no la conocen suelen quedarse sólo con los atractivos que podemos encontrar en la capital homónima, incluso cuando el resto de su territorio guarda otros tantos atractivos que no deberíamos olvidar.
Antes de repasar algunos de estos puntos turísticos de interés, es justo destacar que Zamora es una de las pocas provincias ideales para visitar durante todo el año, disfrutando las características que impone cada una de las estaciones en medio de municipios poco poblados y que invitan al descanso.
¿Qué ver en la capital?
Si primeramente nos centramos en Zamora capital, podemos comenzar por una de sus calles más famosas, la de Balborraz, que concentra viajeros gracias a su empinada pendiente, donde casi nadie se va sin una foto que muestre lo particular de este camino.
Lugar de especial interés es también sin duda la Catedral de Zamora, que reúne varios de los estilos arquitectónicos más utilizados a lo largo de la historia, como el renacentista, el gótico, el románico, etc. ¿Y qué decir de su espectacular cúpula, símbolo de la ciudad? Sin casi tener que movernos, veremos la Puerta del Obispo, considerada la entrada más bella a la Catedral.
Nuestro próximo destino es El Castillo y Las Murallas de Zamora, situado a apenas unos pasos de la Catedral. Si bien queda en pie una pequeña parte de la fortaleza original, sí se conserva la torre del homenaje y el patio de armas. Una parada obligatoria para entender mejor el origen de la localidad.
La Puerta de Doña Urraca nos espera, y es una clara muestra de por qué a esta ciudad se la conoció como “la bien cercada”. Esta puerta es una de las que mejor se ha mantenido, con sus dos torreones que la flanquean. Hablamos de un Bien de Interés Cultural imprescindible en nuestro recorrido.
Mención aparte merecen las iglesias románicas de Zamora. Como parte de este conjunto es posible citar La Iglesia de San Juan y El Monumento al Merlú, en la Plaza Mayor, La Iglesia de San Juan Bautista con su reconocible puerta, La Iglesia de Santa María Magdalena y La Iglesia de San Cipriano. Si te gusta especialmente esta clase de turismo litúrgico, hay otras que puedes agregar al itinerario.
Siguiendo con el paseo, es el turno de los palacios renacentistas de Zamora, que tienen en el Patio Plateresco del Parador de Zamora a su primer exponente, con una cafetería interna más que recomendable. El Palacio de los Momos -y su impresionante fachada- es otro de los que vale la pena conocer de cerca.
Por último, siempre dentro de la capital, aconsejamos dedicarle un rato a los museos zamoranos. Por ejemplo es interesante descubrir los Mosaicos romanos que se encuentran en el interior del Museo Provincial de Zamora. Este edificio, a pesar de ser pequeño comparado con otros similares, tiene una sección de Bellas Artes muy amena y entretenida. Otra opción es ir al Museo de la Semana Santa de Zamora, un imprescindible en esta ciudad.
¿Y qué podemos ver en el resto de la provincia?
Si contamos con un poco más de tiempo, siempre queda la oportunidad de irnos a las afueras de la capital, para visitar destinos obligatorios como la ciudad de Toro, que se ubica a orillas del Duero. A media hora de Zamora, aguarda la Iglesia colegiata de Santa María la Mayor. La Iglesia Museo de San Salvador de los Caballeros también merece frenarse en sus inmediaciones.
Como Toro es la localidad que generalmente se recorre tras Zamora capital, otros lugares que deberías descubrir son el Museo de Pintura Gótico, El Alcázar, La Torre del Reloj, La Iglesia del Santo Sepulcro, La Iglesia de San Lorenzo o el Monasterio de Sancti Spiritus el Real.
¿Te quedan aún más días libres? Entonces una sugerencia que deberías seguir es la de ir hasta el extremo noroccidental de la provincia, donde casi llegando a Portugal se halla Puebla de Sanabria. Se trata de uno de los pueblos más bonitos de toda España, con una enorme cantidad de casitas decoradas con flores tanto en sus ventanas como balcones. Su encanto es difícil de igualar.
En cuanto a los puntos turísticos de Puebla de Sanabria, destacan La Ermita de San Cayetano y La Iglesia de Santa María del Azogue, pero sin dudas te recomendamos que subas a lo alto de la ciudad, donde se halla el casco histórico, para observar el río Tera y el resto de Puebla en una imagen que nunca olvidarán. Si te gustan las grandes edificaciones, reserva un rato para El Castillo de los Condes de Benavente.
Saliendo de Puebla de Sanabria, puedes parar a comer algo en El Parque Natural del Lago de Sanabria y su reconocido Mirador de los Peces, perfecto para tomar algunas espectaculares panorámicas del lago de mayor tamaño entre todos los de origen glaciar que tiene la península. Sobre todo en verano, el caudal de turistas es impresionante. Y aunque te advertimos que el agua del lago suele estar fría, su playa de interior a un refrescante baño.
Quienes gusten de la naturaleza, en cambio, encontrarán una gran salida en el Parque Natural de los Arribes del Duero, donde podrás observar algunos de sus increíbles acantilados, y hasta realizar alguna excursión en barca por el río. Para esta actividad, tienes que acercarte a Miranda Do Douro, el pueblo portugués que se ubica al otro lado de la frontera.
Mientras tanto, en el municipio de Losacino, sobre el río Aliste, podemos ver el Castillo de Alba, que nos invita a perdernos en el pasado de aquella España, no sólo palpando la historia de sus mínimas ruinas, sino además aprovechando para adentrarnos en una naturaleza poco explorada.
Muchos turistas combinan esta salida con un viaje corto hacia la Iglesia visigoda de San Pedro de la Nave en El Campillo. No te sorprenderá tanto por sus dimensiones, sino más bien por ser uno de los ejemplos mejor conservados de la arquitectura visigoda que tiene el país ahora mismo.
En resumen, Zamora no es la capital y nada más, sino una provincia que bien podría ser un destino de varios días, con múltiples motivos históricos, culturales y naturales para decidirnos por ella.
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