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Al sur de la provincia de Salamanca, haciendo frontera con Cáceres, se encuentra el Parque Natural de las Batuecas – Sierra de Francia, un lugar único que guarda, entre valles secretos y montañas escarpadas, paisajes, pueblos y senderos que merece la pena descubrir. La Sierra, Reserva de la Biosfera, es una comarca extraordinaria, de más de 30.000 hectáreas, que sorprende a quien la visita por la belleza de su particular entorno natural y por el encanto de los 15 municipios que forman la Mancomunidad de la Sierra de Francia.

Son pueblos de arquitectura serrana, celosos de sus tradiciones, con excelente gastronomía y cada uno con algo que lo diferencia: bosques frondosos ideales para el senderismo, miradores que impactan, ríos con formas caprichosas, ermitas en armonía con la naturaleza, imponentes castillos, calles empedradas esperando al visitante… sin duda, una ruta por la sierra de Francia da para mucho.

Los pueblos imprescindibles: qué ver.

Acercarte a la riqueza paisajística y cultural de la sierra de Francia es sencillo porque tienes distintos recorridos básicos, que, en algo más de 40 kilómetros de carreteras, reúnen algunas de las localidades más bonitas.

La Alberca:

La Alberca

La Alberca es el corazón de la sierra de Francia y está considerado uno de los pueblos más bellos de toda España. Su encanto radica en su arquitectura tradicional, en las casas, hechas en piedra y con entramado de madera, que surgen en las calles estrechas y en las coquetas plazoletas.

En la Alberca, primer pueblo de España declarado Conjunto Histórico – Artístico, hay que dejarse llevar por este entorno que parece un espléndido decorado. La plaza Mayor, ejemplo de arquitectura medieval con sus llamativos soportales y presidida por el tradicional Cruceiro, y las calles aledañas, con las típicas viviendas con balcones llenos de flores son el mayor atractivo de La Alberca, pero no el único. La cercana iglesia de la Asunción, del siglo XVIII, o la ermita del Humilladero, bien merecen una parada en el recorrido.

Mogarraz:

Mogarraz
Mogarraz

Muy cerca de la Alberca, apenas a unos 7 kilómetros, se encuentra la antigua villa medieval de Mogarraz, un lugar sorprendente porque muchas de las fachadas de sus casas están decoradas con retratos pintados de los vecinos de la localidad (hay más de 800). Estos particulares retratos, que parecen mirar atentamente a los recién llegados, contrastan con contraste con la arquitectura en piedra y madera, hacen de Mogarraz un municipio único en España. Aquí recorrer el entramado urbano además de ser una delicia, es una sorpresa constante. Visitar su Museo Etnográfico – Casa de las Artesanías es una excelente manera de conocer las tradiciones, costumbres y oficios que durante siglos marcaron la vida de los municipios de la sierra de Francia.

Miranda del Castañar:

Miranda del Castañar

Continuando la ruta y atravesando hermosos parajes boscosos, se llega a la espléndida villa amurallada de Miranda del Castañar, asentada en un saliente rocoso que corona el antiguo castillo de los Zúñiga, en excelente estado de conservación.

Recorrer el magnífico recinto amurallado permite viajar al Medievo y visitar los principales puntos de interés de esta localidad como: la plaza de la iglesia, donde se conserva la Torre de las Campanas de la iglesia parroquial, la antigua cárcel real o la casa del Escribano una de las más bonitas de Miranda.

Sequeros:

Sequeros

A casi 1.000 metros de altitud, en el cerro del Mariscal, la pequeña localidad de Sequeros guarda la esencia de la sierra de Francia, sus tradiciones más arraigadas y alguna que otra leyenda. El paseo por Sequeros incluye bonitas estampas de calles sinuosas y estrechas con casonas blasonadas, dinteles labrados, balcones en forja… todo entre callejones y misteriosos pasadizos.

Además, no hay que perderse el Teatro León Felipe, del siglo XVIII, época de esplendor de la villa, la encantadora plaza porticada del Altozano y la ermita del Humilladero. Las impresionantes vistas que se pueden contemplar desde la zona más alta de la localidad le han valido a Sequeros el título de Mirador de la Sierra.

San Martín del Castañar:

San Martín del Castañar
San Martín del Castañar – Fuente: Wikipedia/Luis Rogelio HM CC BY-SA 2.0

Menos conocido, pero igual de bonito que otros municipios cercanos, San Martín del Castañar también se eleva sobre una pequeña atalaya situándose entre dos ríos, que explican el frondoso paisaje que lo envuelve.

La torre del Homenaje del antiguo castillo del siglo XV, que parece vigilar la localidad sigue siendo enclave privilegiado para dejar volar la vista en el horizonte y contemplar la belleza de la sierra y de los valles. En San Martín, además de descubrir ese entramado medieval único con plazas, soportales y mil recovecos, merece la pena acercarse a ver la antigua e irregular plaza de toros.

Villanueva del Conde:

Castaños, encinas, robles y también frutales, sobre todo cerezos, envuelven la localidad de Villanueva del Conde, un núcleo amurallado con una peculiar estructura urbana, en la que destacan los patios interiores de las casas llamados ‘huertitas’.

La ermita del Humilladero, la iglesia parroquial y las numerosas fuentes y pilares, señas de identidad del pueblo, hacen que Villanueva del Conde tenga que estar también en la ruta de las localidades más bonitas de la sierra de Francia.

Parajes y senderos que no te puedes perder:

Peña de Francia

Cada uno de los municipios de la Sierra de Francia tiene encanto propio en su trazado y en los elementos de su patrimonio arquitectónico, pero también la naturaleza que los rodea ofrece rincones únicos que hay que incluir en la ruta.

Muy cerca de la Alberca, se alza el mirador natural de la Peña de Francia, a 1727 metros sobre el nivel del mar, con imponentes vistas de la propia sierra y de los valles que la circundan. Aquí se encuentra un santuario mariano, uno de los que se ubica a mayor altitud de toda Europa y también una antiguo convento y hospedería.

Los amantes del senderismo también disfrutarán descubriendo alguna de las llamadas rutas del Arte, recorridos sencillos donde se unen la belleza del entorno con obras escultóricas de distintos artistas, perfectamente integradas y en armonía con la naturaleza. El Camino de las Raíces, que parte de la Alberca o el Camino del Agua que recorre los alrededores de Mogarraz entre bosques y puentes que permiten cruzar el río Batueca son dos buenos ejemplos de esta fusión perfecta.

Son muchas las rutas que pueden hacerse para adentrarse al valle de las Batuecas, pero una de las más bonitas e interesantes es la que lleva de La Alberca al monasterio de San José de las Batuecas, el llamado el Convento del Desierto, desde donde también es fácil llegar a una de las cascadas más bellas del valle, la cascada de El Chorro.

Parajes que son solo una pequeña muestra de la excepcional naturaleza que se encarga de guardar algunos de los pueblos más bonitos de la sierra de Francia y, probablemente, de España.