Descubrir la sierra de Aracena es un plan al que resulta difícil resistirse cuando cualquier recorrido que puedas realizar incluye paisajes de dehesas y encinares, pueblos blancos, que sorprenden con la riqueza de su patrimonio histórico, artístico y cultural y una rica gastronomía con un producto gourmet, como es el jamón de Jabugo, que recibe a los visitantes con su aroma único.
La sierra se ubica al norte de la provincia de Huelva y una parte importante de su territorio lo forma el Parque Natural de la Sierra de Aracena y Picos de Aroche, en el extremo oeste de Sierra Morena, un reconocimiento que ya da idea del valor ambiental que guarda la naturaleza en este entorno privilegiado.
En él son numerosos los pueblos de casas encaladas y calles estrechas que surgen escalando laderas, en algún que otro escarpado pico y también en los llanos que separan las ondulaciones montañosas de una sierra que rebosa encanto. En un recorrido detenido encontrarás tanto importantes y pobladas villas como pequeños pueblos inmersos en el paisaje, pero entre los que no te puedes perder en una ruta por los pueblos más bonitos de la sierra de Aracena están:
Aracena
Es la capital de la comarca y un excelente ‘campamento base’ para conocer la zona. Aracena, inmersa en la serranía de la que toma el nombre, es una localidad que merece una visita detenida porque son muchos los lugares interesantes, algunos realmente ‘mágicos’, que guarda.
Un primer paseo por esta villa blanca de callejuela sinuosas y empedradas conduce al antiguo castillo fortaleza, que domina en lo más alto de la ladera la localidad. Es de mediados del siglo XIII, aunque ocupa el mismo espacio que construcciones musulmanas anteriores. En el mismo recinto se encuentra la iglesia prioral de Nuestra Señora del Mayor Dolors, un magnífico templo en el que predomina el estilo gótico desde cuya atalaya se pueden ver algunas de las más bellas vistas del municipio.
El recorrido por Aracena no acaba aquí porque son numerosas las coquetas plazas que salpican la localidad. Una es la plaza del Marqués de Aracena, magnifica para tomar algo o ir de tapas, y otra de las más bonitas es la de San Pedro, muy cerca del acceso a uno de los grandes tesoros d Aracena, la Gruta de la Maravillas, una impresionante oquedad, que la naturaleza ha excavado en el propio cerro, bajo el castillo, erosionando la roca y creando un paisaje kárstico subterráneo de coladas, lagunas, estalactitas y estalagmitas de asombrosa y peculiar belleza.
Como ves, sobran razones para empezar la ruta por los pueblos más bonitos de la sierra de Aracena en esta localidad, pero tienes más.
La espléndida iglesia renacentista de la Asunción, el Casino de Arias Montano de coquetos aires modernistas, el magnífico edificio del ayuntamiento, obra del sevillano Aníbal González, el Museo de Arte Contemporáneo al aire libre, el lavadero público o el indispensable Museo del Jamón son también motivos de peso para que Aracena no pueda faltar en el recorrido por los más bellos pueblos serranos.
Alájar
Alájar es un lugar muy especial que se encuentra a unos 15 kilómetros por carretera de Aracena y que puede ser una segunda parada en tu ruta. La pequeña localidad, inmersa en un espléndido paisaje natural, rebosa encanto en todo su casco urbano, declarado Conjunto Histórico Artístico. Es un verdadero placer recorrerlo sin prisas, con paradas imprescindibles en la plaza de España y en la iglesia de San Marcos.
Además, la magia de este lugar se descubre al subir a la cercana Peña de Arias Montano, un privilegiado mirador natural, ideal para contemplar no solo el encanto de Alájar, sino toda la belleza de la sierra onubense.
Jabugo
El nombre de la localidad invita a hacer una parada que será, sin duda, un éxito seguro. Más allá de disfrutar de una gastronomía en la que el jamón de máxima calidad es la estrella, Jabugo es un pueblo serrano con encanto propio. En la misma plaza del Jamón, donde sobra decir que tienes mil opciones para probar la ‘joya’ del cerdo ibérico, no hay que dejar de visitar la bonita iglesia de San Miguel Arcángel, del siglo XVI, ni tampoco dejar de recorrer la calle Barco, que sale de la propia plaza y, efectivamente, tiene una curiosa forma curva, como en U, que recuerda el casco de un navío.
Aquí el jamón de Jabugo es la estrella y hay que aprovechar para conocer su historia, la crianza del cerdo de dehesa del que procede, los secretos de su elaboración, visitar un secadero de jamones… son muchas las actividades que puedes realizar además de, por supuesto, saborear un buen plato de jamón de jabugo.
Almonaster la Real
Retroceder en el tiempo y acercarte al Al-Ándalus y a la época del califato es también posible si incluyes Almonaster la Real en tu ruta por la Sierra de Aracena. El pueblo de casas blancas parece ascender por la falda del cerro donde se encuentra el conjunto fortificado de Almonaster. Junto a los restos de las murallas, puede visitarse la antigua mezquita del siglo IX, una de las construcciones islámicas más importantes de la Península y la única mezquita que se conserva construida en un entorno rural.
Además de este emblemático monumento, este pueblo serrano sorprende al visitante con otros lugares únicos, como por ejemplo la plaza de toros, integrada en el propio castillo, o el entramado de bonitas callejuelas que dan forma a un antiguo núcleo urbano cargado de historia, tal como demuestran los palacetes y casas solariegas que les dan forma. La iglesia de San Martín, la capilla de la Trinidad, el ayuntamiento, en la plaza de la Constitución, o el antiguo puente medieval son también pequeñas maravillas que esconde Almonaster la Real.
Fuenteheridos
Entre alcornoques y castaños, algunos centenarios, y en pleno centro del parque natural de la sierra de Aracena se encuentra este pequeño pueblo de arquitectura serrana tradicional, en el que el agua adquiere protagonismo propio, ya que, son muchas las distintas fuentes que salpican y alegran las calles y plazoletas del municipio.
Las casas blancas impolutas resaltan en las calles destacando entre algunos de los edificios monumentales como la iglesia del Espíritu Santo, que no hay que dejar de visitar. La plaza del Coso, con la bonita fuente de los doce caños es otro de los lugares con encanto que hacen que detenerse en Fuenteheridos se convierta en una grata experiencia.
Linares de la Sierra
Linares de la Sierra es un pequeño municipio que surge en un frondoso valle, a los pies de una de las ondulaciones montañosas de la propia sierra. Hay que detenerse para disfrutar de sus calles, flanqueadas por casas blancas, que presentan una particularidad: los llanos.
Los llanos son una especie de alfombra, hecha en piedra, que se sitúa a la entrada de las casas a modo de originales mosaicos, que llaman la atención con motivos geométricos, florares o incluso de animales. Además de esta curiosa decoración del pavimento, la bonita localidad está salpicada de fuentes y antiguos lavaderos que hacen del paseo todo un placer. No hay que perderse la iglesia de San Juan Bautista ni dejar pasar la oportunidad de recorrer alguno de los senderos cercanos que permiten descubrir la belleza del paisaje serrano.
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