Para el viajero no hay mayor placer que descubrir un rincón inexplorado, un territorio virgen en el que aún no se perciba la huella del turismo masivo. Incluso en España todavía quedan rincones secretos e insólitos que se salen de las rutas establecidas y que nos invitan a redescubrir el placer de viajar. Uno de esos rincones maravillosamente ocultos es la Campiña Norte de Jaén, un territorio que, aun combinando un rico patrimonio natural y cultural y una suculenta gastronomía, todavía permanece en un discreto segundo plano.
Sumando una población cercana a las 150.000 personas, la Campiña Norte de Jaén es una entidad comarcal que agrupa 25 municipios entre los que destacan Andújar, Marmolejo, Villanueva de la Reina o Arjona. A menudo conocida como la Puerta de Andalucía, esta comarca conecta la meseta con el Valle del Guadalquivir a través de Sierra Morena. Es esta connotación de lugar de paso la que ha caracterizado a esta tierra desde hace décadas. Pero esta vez no queremos ir más allá, sino detenernos para descubrir los secretos que custodia la Campiña Norte de Jaén.
Patrimonio Natural de la Campiña Norte de Jaén
Tal vez Despeñaperros sea el mejor ejemplo de esa etiqueta de zona de transición. ¿Cuántas veces hemos pasado por la A-4 pensando en ese nombre tan curioso? Pues bien, existen dos teorías sobre esta denominación. Por un lado la que afirma que Despeñaperros proviene de ‘Bezpaña Perros’ que significaría ‘el último confín de España’ marcando el límite entre los reinos castellano y musulman. La otra teoría es más directa y sangrienta: los ‘perros’ (infieles) serían los musulmanes arrojados por el desfiladero tras la famosa batalla de las Navas de Tolosa de 1212.
Con una extensión de casi 8.000 hectáreas, Despeñaperros no es solo uno de los desfiladeros más famosos de España, sino también un Parque Natural que ofrece al viajero impresionantes vistas de las escarpadas formaciones rocosas que bordean el río homónimo. Entre ellas, destaca el monumento natural conocido como los Órganos de Despeñaperros, denominado así por el conjunto de estratos verticales de cuarcita de varios cientos de metros de altura que recuerda a los tubos de los órganos de las iglesias.
Además, su entorno custodia otros parajes naturales de gran belleza como la Cascada de Cimbarra, un salto de agua de más de 40 metros de altura que se produce por una falla transversal al cauce del río Guarrizas. Y no hay que olvidar las pinturas rupestres que albergan lugares como el Santuario Ibérico de la Cueva de los Muñecos o la Cueva de las Vacas del Retamoso.
Tras dejar la frontera septentrional de Jaén, nos acercamos al núcleo de la Campiña Norte para disfrutar de la otra joya natural de la comarca: el Parque Natural de la Sierra de Andújar, un territorio de más de 70.000 hectáreas que se extiende en los términos municipales de Villanueva de la Reina, Baños de la Encina, Marmolejo y el propio Andújar.
Se trata de uno de los paisajes serranos más emblemáticos de Sierra Morena. Sus esplendorosas lomas cubiertas de un vibrante manto verde son el hogar de diversas especies, algunas de ellas en peligro de extinción como el lince ibérico, siendo esta zona su principal reserva peninsular. Los encinares y los alcornocales completan un paisaje deliciosamente solitario.
Por otro lado, este Parque Natural cobija el Santuario de Nuestra Señora de la Cabeza, patrona de los cazadores y los monteros. Construido a finales del siglo XIII y reformada en el XVI, está situado en lo alto de una loma que ofrece incomparables vistas del entorno. Además, es el final de la que dicen es la romería más antigua de España congregando cada año a miles de personas durante el último fin de semana de abril.
Patrimonio Cultural y gastronomía
Los 25 municipios que forman parte de la Campiña Norte de Jaén dan para mucho, empezando por el propio Andújar, cabecera de la comarca y localidad más poblada con sus 38.000 habitantes. Su historia está estrechamente vinculada a su ubicación en pleno Valle del Guadalquivir. Importante productor de cerámica de terra sigillata en época romana, fue también un significativo núcleo musulmán durante décadas, levantándose una muralla y una fortaleza.
Entre los principales monumentos de Andújar destacan las Iglesia de San Bartolomé del siglo XVI, la Iglesia de San Miguel, el edificio conservado más antiguo de la ciudad, y el armónico Palacio Municipal del siglo XVII. Y tampoco debemos perdernos la Iglesia de Santa María la Mayor que cuenta en su interior con el cuadro La Oración en el Huerto de El Greco.
Arjona, a unos 15 kilómetros al sur de Andújar, es otro de los pueblos más populares de la comarca, también con una tradición muy vinculada al dominio musulmán. De hecho, en esta población nació Mohamed I Alhamar —el rojo—, fundador del reino de Granada y la dinastía nazarí en la primera mitad del siglo XII y que tiene un busto como homenaje en el pueblo.
Uno de los mayores placeres que ofrece Arjona son los denominados miradores de la campiña, una red de miradores que acercan al viajero al extraordinario paisaje de la Campiña y de Sierra Morena, destacando el verde plateado de los olivares que tanto excitó la creatividad de los poetas durante siglos.
Porque, como estamos comprobando, el principal reclamo de la Campiña Norte de Jaén —con permiso de su gastronomía— son sus paisajes y las leyendas asociados a ellas. En este sentido, los aficionados a los castillos también están de suerte porque esta tierra forma parte de la denominada Ruta de los Castillos y las Batallas de Jaén como podemos atestiguar en Arjonilla.
Esta localidad de casi 4.000 habitantes es otro de los pueblos con mayor riqueza patrimonial de la comarca, empezando por su Fortaleza medieval adscrita a la Orden de Calatrava. Este castillo fue el origen de la Leyenda del trovador Macías y Doña Elvira que protagonizaron un amor prohibido que terminó de forma trágica inspirando a Lope de Vega y Larra en dos de sus obras.
El Castillo Calatravo en Lopera, el Castillo de La Aragonesa en Marmolejo —donde también se encuentra el famoso Balneario—, el Castillo de Torredonjimeno o el de Villardompardo son otras de las fortalezas medievales que dominan las lomas de la campiña rememorando sus épocas doradas de capa y espada.
Pero la Campiña Norte de Jaén también ofrece al viajero otro irrenunciable placer: la buena mesa. Partiendo del aceite de oliva, ese oro líquido que embriaga toda la comarca, esta tierra combina diferentes tradiciones gastronómicas forjando una cocina insólita siempre nutriéndose del producto local.
La caza es uno de sus principales ingredientes con platos como la carne de monte, una receta que incluye carne de montería cocinada con orégano, ajos, laurel, tomillo… y aceite de oliva, por supuesto. Las perdices al vinagrillo o las habichuelas con liebre son otros platos vinculados a esta tradición montaraz.
En el norte de Jaén también saben tres o cuatro cosas sobre gazpacho, patentando una versión del carnerete, un tipo de gazpacho caliente que se acompaña de chorizo, huevos escalfados y tacos de jamón. ¿Prefieres pescado? El bacalao ajoarriero, desmigado con tomate frito, cebolla, ajo y pimientos morrones, es otra curiosa delicia de la zona.
Y de postre, pestiños —también conocidos como gusanillos—, un dulce de harina, ajonjolí, vino, limón y huevos batidos en aceite de oliva espolvoreado con canela o azúcar. Buen sabor de boca para despedirnos de una comarca fresca, serena y hospitalaria, ideal para viajeros que buscan descubrir nuevas sensaciones… sin tener que irse al otro lado del mundo.
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