El soterramiento de la M-30 fue uno de los proyectos más importantes de las últimas décadas en Madrid. Pese a que para muchos vecinos de la zona fue una auténtica agonía de obras, el proyecto abrió nuevas posibilidades urbanas para la ciudad. Entre ellas, la remodelación del entorno del río Manzanares tras el soterramiento del arco oeste de la vía de circunvalación.
Fue así como en 2005 se aprueba el plan Madrid Río que se convertiría en unos años en uno de los entornos naturales más importantes del centro-sur de la capital. En el siguiente artículo detallamos los hitos más importantes de Madrid Río y recordamos la historia del Manzanares.
Madrid Río y la historia del Manzanares
Decía Quevedo con sorna que el Manzanares era “un arroyo aprendiz de río”. Su corta longitud, su escasez de caudal y los arenales e islas centrales provocaban que algunos visitantes (y vecinos) mirasen con envidia los ríos que vertebran otras capitales europeas.
El Manzanares nace en la ladera meridional de la Cuerda Larga en la Sierra de Guadarrama —hasta el siglo XVII se conoció, de hecho, como río Guadarrama— y vierte sus aguas al Jarama cerca de la presa del Rey al sur de Rivas-Vaciamadrid. Desde luego, el Manzanares no es el Tajo, no es el Ebro, no es el Sena. Pero ni falta que hace, comenzaron a pensar muchos madrileños que con el paso del tiempo terminaron por encariñarse con su río hasta convertirlo en otro símbolo más de la capital.
Fue en 1914 cuando comenzaron las obras de canalización del río a su paso por Madrid. Se trataba de mejorar las condiciones sanitarias del entorno del Manzanares, una batalla que se alargaría durante décadas. Durante buena parte del siglo XX, el río se convirtió en el baño predilecto de los madrileños: a falta de pan, ya se sabe…
En 1931 se construye la Piscina de la Isla cerca del actual Puente del Rey. Y al año siguiente abre sus puertas la Playa de Madrid, la considerada primera playa artificial de España, ubicada en el entorno del Hipódromo de la Zarzuela, antecedente de la actual playa urbana el nuevo parque de Arganzuela.
Con la urbanización del entorno del río para facilitar el tráfico de vehículos, el Manzanares pasa a estar ahogado por la M-30 en su recorrido por el sur de la capital. Cuando termina el proyecto de soterramiento de la famosa vía de circunvalación, se liberan más de 100 hectáreas de terreno: Madrid recupera el Manzanares que celebra la definitiva apertura del parque Madrid Río en 2011.
Lo mejor de Madrid Río
Siguiendo los ejemplos de otras ciudades como el caso del Jardín del Turia en Valencia, Madrid Río trata de establecer un nuevo polo de atracción ciudadana rehabilitando las orillas y el entorno del Manzanares creando numerosos equipamientos públicos.
Son 7 kilómetros de parque lineal que arranca al norte en el Puente de los Franceses y alcanza el Nudo Sur y el barrio de Legazpi, conectando con el Parque Lineal del Manzanares al sur de la capital: un corredor ambiental que suma más de 30.000 árboles, casi medio millón de arbustos y más de 200.000 metros cuadrados de pradera, además de diversas especies de aves y peces que han ido regresando al entorno del río con la apertura de las compuertas de las siete presas del río en 2015.
En este sentido, un nuevo Plan de Renaturalización del Manzanares trata desde 2016 de consolidar esta faceta de corredor ecológico del río a su paso por Madrid, más allá de su vertiente lúdica. Y aún queda la incorporación de los terrenos del antiguo estadio Vicente Calderón, obras que se deberían iniciar en la segunda mitad de 2021.
Nuestro recorrido por los lugares más destacados de Madrid Río arranca en la denominada Playa de Madrid, un espacio al sur del Puente de Arganzuela que ha tratado de mitigar el deseo de los madrileños por refrescarse en los tórridos veranos capitalinos. Pese a que la Comunidad cuenta con diversas piscinas naturales y sus famosos arenales del Pantano San Juan, la ‘playa’ del centro de Madrid es una apuesta original: tres recintos acuáticos ovalados con surtidores que crean diferentes efectos ornamentales y que son rodeados por varias zonas de descanso para tumbarse y tomar el sol.
La playa de Madrid se sitúa en el Parque de Arganzuela uno de los tramos más anchos y destacados de Madrid Río en el que abundan las áreas de juegos infantiles con toboganes, tirolinas y barcos piratas, además del campo del Club de Fútbol Madrid Río, en el extremo sur.
En este sentido, no hay que olvidar la vinculación de Madrid Río con el deporte. A lo largo del parque encontramos diversos equipamientos como un skate park, un rocódromo, numerosas pistas para la práctica de diversas disciplinas deportivas, 9 pistas de petanca y hasta 30 kilómetros de sendas ciclables. Y el remo, prohibido en 2018 y que el Ayuntamiento estudia recuperar pese la censura de algunos colectivos ecologistas.
Si nos apetece darnos una vuelta por las últimas tendencias del arte, el centro cultural Matadero Madrid se encuentra en el extremo sur de Madrid Río, pero nosotros continuamos nuestro recorrido en dirección norte para encontrarnos con el Puente de Toledo, uno de los históricos de Madrid Río junto al de Segovia o el Puente del Rey, que conviven con modernas estructuras como el Puente del Principado de Andorra, uno de los más singulares del parque.
Pasando la ubicación del antiguo Calderón y cruzando el Puente de San Isidro nos vamos acercando al segundo tramo de Madrid Río cuyo eje es el espacio entre el Puente de Segovia y el Puente del Rey que conecta el Campo de Moro con Casa de Campo. Esta zona conocida como la Explanada del Rey cuenta con una superficie de 14.000 metros cuadrados a ambos lados del río destacando los miradores como el de la Huerta de la Partida.
Y al norte del Puente del Rey encontramos el tercer tramo de Madrid Río: el popular Salón de los Pinos con sus 17 áreas de juegos infantiles, entre otros equipamientos. Su nombre deriva de los 9.000 pinos diferentes especies que fueron plantados en esta zona con la apertura del parque. Y un poco más allá llegamos ya al Puente de los Franceses, límite norte de Madrid Río, un parque que, con la llegada de la primavera madrileña, luce en todo su esplendor.
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