El parque empresarial madrileño conocido como Cuatro Torres Business Area (CTBA) de la Castellana tiene desde finales de 2020 un nuevo hito arquitectónico, un refinado monolito negro que se ubica en el centro del CTBA generando una singular armonía.
Porque pese a su menor altura, su posición ligeramente retrasada con respecto al resto de las torres, y el hecho de haber sido la última llegar, provoca que todas las miradas se centren ahora en ella. A continuación, desgranamos las diferentes facetas de Torre Caleido, el nuevo tótem del skyline madrileño.
Torre Caleido: 2008-2020, una odisea en Madrid
Las aceras de la Castellana en torno al Cuatro Torres Business Area es un constante trajín, especialmente de lunes a viernes, cuando centenares de trabajadores van y vienen con paso firme, siempre con prisas. Ya nadie parece tener ojos para las ‘veteranas’ cuatro torres, finalizadas en 2009.
Fue justo un año antes cuando se puso la primera piedra de lo que iba a ser el Centro Internacional de Convenciones de la Ciudad de Madrid, pero un año más tarde, en pleno estallido de la crisis económica de la pasada década, el proyecto se paralizó. Y el hueco entre la Torre PwC y la Torre de Cristal quedó vacío: hasta que Mark Fenwick y Javier Iribarren presentaron su proyecto de quinta torre.
Pero el edificio de Fenwick Iribarren no pretendía ser una torre ‘más’ en torno a las cuatro ya existentes. Para empezar, no sería tan alta y no estaría en línea con sus compañeras. El objetivo de Torre Caleido sería generar una armonía arquitectónica en el CTBA con una estructura más baja, más fina… y más tenebrosa.
Porque la inspiración estética de Fenwick Iribarren para Torre Caleido va del mítico Seagram neoyorquino de Mies van der Rohe o el también celebrado John Hancock Center de Chicago, al monolíto de 2001: Una odisea en el espacio.
No sabemos si Fenwick Iribarren logró convencer a los promotores del edificio acompañando la presentación de su proyecto con la música de Strauss y la proyección de aquella escena en la que un misterioso y adorado menhir prismático mostraba el camino a nuestros ancestros, pero no cabe duda de que su Torre Caleido tiene un aire retrofuturista.
Y hasta retro ‘gaming’ podríamos decir. Estamos (casi) seguros de que el estudio con sede en Alcobendas no tomó su elegante sobriedad de la PlayStation 2, pero, ¿no me digáis que no se parece? Quién sabe, a lo mejor Fenwick Iribarren, además de cinéfilos, sus unos jugones…
Torre Caleido: arquitectura como escultura
Una vez asumido que Torre Caleido no iba a competir en altura con sus compañeras —el estadio más caro del mundo tampoco presume de verticalidad—, se buscó una fórmula arquitectónica para deslumbrar. Y Fenwick Iribarren y sus colegas de Serrano Suñer Arquitectura apostaron por dotar de carácter escultórico al edificio: las líneas esbeltas, el color negro del revestimiento de vidrio y su ubicación en el centro del CTBA han logrado el objetivo: Torre Caleido es casi como un tótem entre cuatro centinelas.
Una vez resuelto al aspecto estético del edificio, tocaba afrontar la herencia del fallido Centro de Convenciones de Madrid. Y es que Torre Caleido debía aprovechar los cimientos de aquel proyecto para erigir el nuevo. La solución llegó a través de un diseño en T invertida formada por dos piezas principales: el basamento de 250 metros de longitud que se extiende a ambos lados de la pieza vertical, la torre de 180 metros de altura.
Por supuesto, a la hora de presentar su proyecto, Fenwick Iribarren y Serrano Suñer debían integrar términos como sostenibilidad e innovación tecnológica: nada se puede presentar hoy en día en ningún sector que no incluya esa palabras mágicas, como si fueran el abracadabra de los antiguos druidas.
Las dos capas de vidrio separadas 20 cm. entre sí que cubren el edificio junto a las capas de control solar aplicadas a dicho materiales generan una fachada que aspira a altas cotas de eficiencia energética: esta cámara entre placas se encarga de extraer el aire frío en invierno y el caliente en verano. Además, su color oscuro no es solo una solución estética kubrickiana: ofrece una protección solar extra al interior.
La sostenibilidad, por su parte, viene garantizada por la certificación LEED ORO, un certificado desarrollado desde 1993 por US Green Building Council que aboga por el uso de estrategias sostenibles en todo el proceso de construcción de un edificio, incluyendo facetas como el aislamiento acústico, el aprovechamiento de la luz solar o la eficiencia en el uso del agua.
Torre Caleido y el primer campus vertical de Europa
Un edificio representativo siempre es un reto estético y arquitectónico, pero también ha de cumplir una función y Torre Caleido no es una excepción. Entre sus huéspedes se encuentra IE University, una universidad privada gestionada por Instituto de Empresa —de ahí sus siglas— con sedes en Segovia y Madrid.
Reconocida en su día como una de las dos únicas universidades españoles entre el top 50 mundial junto a la Universidad de Navarra, IE University apuesta por Torre Caleido —pagando su elevado alquiler— para ocupar uno de sus espacios principales en la torre y dar forma al primer campus vertical de Europa.
6000 alumnos ocupan 64 aulas de configuración flexible y 30 espacios que, según sus promotores, favorecen la interacción y la creatividad incluyendo cuatro plazas en forma de ágora para que los alumnos puedan relacionarse.
Inauguración Torre Caleido
Fue en octubre del año 2021 cuando, con la presencia de Felipe VI, se inauguró este singular espacio universitario. Según sus valedores, el campus vertical viene a romper con la tradición de los campus ‘horizontales’ que “invaden los barrios colindantes generando una tensión entre residentes y universitarios”, como señalaba Martha Thorne, decana de la Escuela de Arquitectura y Diseño del IE en una entrevista con El País.
Pero, pese el entusiasmo de sus defensores, todavía queda por ver cuáles pueden ser los beneficios prácticos de que los estudiantes —los que lo pueden pagar, claro— se formen en un rascacielos, por mucho que sea el primero de Europa, en vez de hacerlo en una estructura ‘clásica’ horizontal donde el contacto parece más natural y ‘abierto’. Otra cosa es que en los centros de las grandes ciudades, efectivamente, falte espacio para esta clase de complejos educativos.
De cualquier forma, IE University no son los únicos huéspedes que viven con entusiasmo los primeros meses de vida de Torre Caleido. La clínica privada deportiva Quirón ocupa parte de la estructura horizontal del edificio, tras la renuncia del popular grupo hospitalario estadounidense Monte Sinaí que, presuntamente, renunció por los elevados costes del alquiler.
Así mismo, Torre Caleido cuenta con un centro comercial —no podía faltar—, así como espacios para restauración y celebración de eventos culturales. Más interesante y probablemente necesario, no obstante, parecen las más de 3 hectáreas de zona verde que se extienden hacia el oeste del complejo Caleido, un espacio natural desde el que se tienen espectaculares vistas de esta PlayStation gigante que luce espléndida, todo hay que decirlo, en el CTBA madrileño.
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