Las agencias de viajes forman parte de nuestra vida de tal forma que, por un lado, parece que siempre han estado ahí, pero por otro tenemos una extraña sensación de que son un invento reciente. Pero tal vez, no lo sean tanto como imaginamos.
Lo cierto es que todo empezó de la mano de un pastor baptista cuyo nombre acabó siendo famoso por todo el mundo siglos después de su muerte y que surcó los cielos impreso sobre los fuselajes de grandes aviones. Descubre con nosotros la curiosa vida de Thomas Cook y la primera agencia de viajes de la historia.
Thomas Cook & Son
Thomas Cook (1808-1892) era un ebanista y pastor baptista inglés, al que se recuerda por ser el fundador de la primera agencia de viajes de la historia, así como el inventor del concepto de turismo moderno.
Todo empezó en el año 1841, cuando convenció a la compañía ferroviaria de Midland Counties Railway Company para que le permitiera ofrecer los servicios de un tren especial entre las localidades de Leicester y Loughborough. El ferrocarril sería ocupado por un grupo de 500 viajeros seleccionado por él mismo.
Y es que al religioso se le ocurrió la idea de incentivar la asistencia a las reuniones de su parroquia, en las que aleccionaba a su público sobre los peligros del alcohol, con la posibilidad de realizar un viaje en tren hasta Loughborough, donde se celebraba un congreso de alcohólicos anónimos. Así que la primera salida que organizó Cook fue como una acción de marketing para conseguir más feligreses en aquellas convocatorias.
El trayecto se convertiría en la primera excursión que se ofrecía para viajar en tren, así como la primera en ser publicitada en Inglaterra. Se trataba de un recorrido de unos 19 kilómetros que costaba un chelín por persona y que se promocionaba por medio de pequeños carteles que se colgaban por la calle.
Después de aquello, la compañía ferroviaria le propuso planificar y organizar más excursiones en tren de forma permanente, para las sociedades antialcohólicas o para los grupos de alumnos de Sundayschool, siempre y cuando fuera él mismo el encargado de organizarlos, lo cual incluía conseguir y atender a los viajeros. Su labor como agente de viajes no había hecho más que empezar.
Pocos años después, comprendiendo el potencial que tenían aquellas excursiones y con la idea en mente de que los trabajadores pudieran tener algún entretenimiento y ocio para evadirse de las duras condiciones de vida de la época victoriana, fundó la que se considera la primera agencia de viajes del mundo: Thomas Cook & Son. Corría el año 1845.
Primera revista de viajes de la historia
A la par que su actividad, y con la intención de publicitarla, Cook comenzó a publicar un folleto mensual con unas 60 páginas en el que narraba y detallaba la ruta de cada uno de sus viajes, con el título de The Excursionist. Por tal motivo, al creador de la primera agencia de viajes del planeta también se le considera el precursor de la primera revista de viajes de la historia.
El proyecto en su conjunto fue un éxito y pronto se extendieron trayectos y paquetes de viajes turísticos por todo el país. Entre los viajes más destacados que Cook organizó por aquel entonces, hay que mencionar el que tuvo lugar en 1851, formado por 150 000 trabajadores que fueron a visitar la Gran Exposición de Londres. A partir de aquí, su empresa no paró de crecer.
Este viajero y empresario continuó ampliando su ámbito de actuación, pues en 1855 cruzó el Canal de la Mancha y visitó París. Desde este otro punto, pudo continuar extendiendo su oferta a otros destinos en Europa, a los que seguirían Estados Unidos, Asia y Oriente. Su primer establecimiento a pie de calle como agencia de viajes abrió sus puertas en Fleet Street, en Londres, en 1865, un año después de que se asociara con él su hijo. En 1872 ya organizaban rutas alrededor del mundo.
El negocio no paraba de crecer y las ideas de Cook tampoco habían dejado de surgir. A finales de la década de los sesenta del siglo XIX ya había creado una especie de cupones (vouchers) para pagar el alojamiento y la comida en los hoteles, pero fue en 1874 cuando también inventó los cheques de viaje, denominados Cook’s Circular Note.
En 1890, Thomas Cook & Son contaba con 1714 empleados, 84 oficinas y 85 agencias en distintos lugares del mundo, y todavía no había terminado el siglo XIX.
Thomas Cook Airlines
Cuando Cook falleció, con 83 años, en 1892, se puso al frente del negocio su hijo John Mason Cook (1834–1899). El éxito seguía acompañando a la empresa. En 1896, Thomas Cook & Son fue seleccionada como la agencia de viajes oficial de los primeros Juegos Olímpicos modernos, en Atenas (Grecia).
En 1899, la empresa fue heredada por los nietos de Thomas Cook y siguió siendo un negocio familiar hasta 1928. Ese año, cuando se jubilaron, vendieron el negocio a la Compagnie Internationale des Wagons-Lits et des Grands Express Européens, los propietarios del Orient Express. Sin embargo, cuando estalló la Segunda Guerra Mundial, la compañía fue nacionalizada y pasó a estar a cargo de la British Transport Holding Company. Privatizada de nuevo en la década de los setenta, cuando la compañía cambió su nombre oficial por el de Thomas Cook ya era una de las agencias de viajes más destacadas de Europa.
En 1991 la compañía dio el salto como operadora de vuelos con la creación de su propia aerolínea: Thomas Cook Airlines, a la que fueron sumándose otras como Thomas Cook Airlines Balearics, Thomas Cook Aislines Scandinavia, Condor y Thomas Coor Aviation.
A principios del siglo XXI seguía consolidándose como una de las compañías de viajes más grandes e importantes del mundo y fue adquirida por la compañía alemana C&N Touristic AG, fusionándose pocos años después con el grupo MyTravel.
Sin embargo, la compañía Thomas Cook, que se había convertido en la segunda touroperadora europeo, fue acumulando deudas de tal forma que su negocio terminó quebrando, después de llevar a sus espaldas 178 años de recorrido histórico desde aquellos primeros viajes en tren. La compañía cerró tras presentar suspensión de pagos, en un suceso que dejó a muchos de sus viajeros desperdigados por el mundo.
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