La esperanza, la honradez y la marginación, la unión fraternal entre Cáceres y Badajoz, la fusión entre la tradición musulmana y la herencia cristiana, aunque a nosotros nos gusta ver a una cigüeña sobrevolando la dehesa. Es la bandera de Extremadura, con su singular combinación cromática, verde, blanca y negra, cuyo origen sigue siendo debatido por los historiadores.
El misterio tras la bandera extremeña no deja de ser una metáfora de una de las tierras más desconocidas de nuestra geografía, por eso el impacto en el viajero que todavía no ha profundizado por este territorio es aún mayor cuando descubre que no hay nada en España como la belleza agreste, indómita y rebelde de Extremadura.
Qué ver en Badajoz
Con sus casi 22.000 kilómetros cuadrados es la provincia más extensa de España, pero sí, una de las más ocultas para al turismo masivo, más allá de Mérida, capital de la comunidad autónoma. Pero la provincia de Badajoz es mucho más que la inolvidable herencia romana de Emérita Augusta: desde la alcazaba musulmana más grande del mundo, hasta la belleza rural de localidades como Zafra, Jerez de los Caballeros o Fregenal de la Sierra, sin olvidarnos de paisajes como los de la Playa de Orellana, la Siberia o la propia dehesa.
Qué ver en Badajoz ciudad
¿De verdad aún no conoces una de las fortalezas musulmanas más impresionantes del mundo? Así es la Alcazaba de Badajoz, con sus 8 hectáreas de extensión y sus 1.300 metros de lienzo de muralla que, en su momento cumbre, pudo llegar a sumar hasta 6.000 metros y 50 hectáreas.
¿Y la Plaza Alta con sus famosas casas coloradas? Y es que Badajoz está plagada de secretos sorprendentes, una ciudad que lleva tiempo demandando, y con razón, un lugar de privilegio en la historia cultural española. La Plaza de España, la Catedral de San Juan Bautista, la Puerta de Palmas, la Giraldilla, el Guadiana y las vistas desde el Puente de Palmas son enclaves que destacan en la capital provincial.
Qué ver en Mérida
Ya lo sabes: no es posible profundizar en la historia de España sin hacer parada y fonda en Mérida, una de las ciudades más florecientes del Imperio romano. El anfiteatro y el teatro, que acoge desde 1933 el Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida, el Museo Nacional de Arte Romano diseñado por Rafael Moneo, las termas, el obelisco de Santa Eulalia o el templo de Diana son algunos de los monumentos imprescindibles de la ciudad.
Pero Mérida también custodia un interesante patrimonio medieval en espacios como la basílica de Santa Eulalia, la niña emeritense martirizada en el siglo IV d.C. según indica una de las leyendas más populares de la ciudad. O la iglesia de Santa Clara que nos recuerda la Mérida visigoda, sin olvidarnos de la Concatedral de Santa María la Mayor.
Los pueblos más bonitos de Badajoz
Tal vez Jerez de los Caballeros sea algo más que un “pueblo” con sus casi 10.000 habitantes, pero no te puedes olvidar de incluir en tu ruta por Badajoz a esta localidad en la que conocer más de cerca la siempre estimulante historia de los templarios: su castillo, la Casa Museo de Vasco Núñez de Balboa y su excelente patrimonio religioso bien valen una visita.
Algo parecido se puede decir de Zafra que supera los 15.000 habitantes y que te ofrece impresionantes monumentos como el Palacio de los Duques de Feria, que alberga un Parador de Turismo, además del encanto de su Plaza Grande o su Plaza Chica, el lugar perfecto para degustar la pantagruélica gastronomía extremeña.
Puede que Alburquerque te suene al otro lado del Atlántico (allí sin una “r”), pero antes de que los conquistadores extremeños se llevaran el nombre a América, ya existía esta localidad en la que puedes contemplar los castillos de Luna y de Azagala, además de su Villa Adentro, su barrio gótico intramuros.
En el extremo suroriental de Badajoz, cerca de la frontera con Córdoba y Sevilla, pásate por Azuaga y descubre su barrio mudéjar y su alcazaba que recuerda el esplendor de su etapa musulmana. Y no muy lejos de Azuaga, Llerena, que llegó a ser Mesa Maestral de la legendaria Orden de Santiago.
Pero si hay dos pueblos que no se pierden ninguna lista de los más bonitos de Badajoz, esos son Olivenza y Fregenal de la Sierra. En el primero de ellos destaca su ciudadela medieval y su alcázar, además de su castillo levantado por la Orden del Temple. Por su parte, Fregenal de la Sierra, ya cerca de la frontera con Huelva, es uno de esos inolvidables pueblos blancos del sur peninsular.
Los paisajes más bonitos de Badajoz
¿Sabías que Badajoz cuenta con la primera playa de interior con Bandera Azul de toda España? Porque no todos los habitantes de este país vivimos al borde del mar ni tenemos una segunda residencia mediterránea para descansar, lugares como la Playa de Orellana, a tres cuartos de hora al este de Don Benito, son refrescantes paraísos interiores.
Y es que los embalses ofrecen algunos de los paisajes más bonitos de la provincia como el embalse de la Serena, al sur del de Orellana, que es nada menos que la segunda mayor bolsa de agua de la península ibérica, aprovechando las aguas del río Zújar, el afluente más caudaloso del Guadiana.
El agua también es el protagonista principal de la Reserva Regional de Cíjara, cerca de la frontera con Ciudad Real, o del Parque Natural de Cornalvo, que con sus 11.000 hectáreas está a un paso de Mérida.
Mención aparte merece la Siberia extremeña, ubicada al noreste de la provincia, uno de los parajes más impresionantes de Badajoz, caracterizado por su dinámico relieve y sus temperaturas extremas, serranías que constituyen las estribaciones meridionales de los Montes de Toledo junto a las llanuras onduladas de la cuenca del Zújar, que ya hemos visto con los embalses.
Pero si hay un paisaje que es emblema extremeño como ningún otro, ese es la dehesa, con su más de un millón de hectáreas de superficie que podemos contemplar en cualquier punto de la provincia y que te llevará a conocer lugares como Monesterio y su Museo del Jamón o Higuera la Real y su Centro de Interpretación del Cerdo Ibérico: porque un buen plato de jamón de pata negra también es un bonito “paisaje”, ¿verdad?
Qué ver en Cáceres
Del Patrimonio de la Humanidad de su capital, a la deslumbrante naturaleza de Monfragüe, del misterio desolador de Granadilla a uno de los monasterios más bonitos de España en Guadalupe, y de uno de los barrios judíos mejor conservados de Europa a un Monumento Natural con aroma a Juego de Tronos. La provincia de Cáceres no da tregua al viajero más exigente: tiene de todo.
Qué ver en Cáceres ciudad
Ya es ciudad de moda, por su tamaño, por su carácter y por su ambiente desenfadado que combina a la perfección con sus ancestrales tradiciones. Y ambas vertientes, la moderna y la tradicional, ya las podemos degustar en su Plaza Mayor, la mejor toma de contacto con la ciudad.
En la cercana Plaza de Santa María, debes visitar la Concatedral, el Palacio Episcopal, la Torre de Espaderos y la Casa de los Carvajal, además del Palacio de los Golfines de Abajo que combina el estilo sobrio de las casas-fortaleza del siglo XV con la estética humanista del XVI, destacando la crestería plateresca del segundo piso.
La iglesia de San Francisco Javier con su vibrante combinación de tonos, el blanco para las torres y el ocre para la portada, la Casa Museo Árabe y la Judería son tres visitas más para conocer la historia cacereña. Pero la actualidad la podemos contemplar en espacios como el Museo de Arte Contemporáneo Helga de Alvear del que dicen contiene ¡la colección privada de arte contemporáneo más completa de Europa!
Los pueblos más bonitos de Cáceres
En Cáceres son bonitos hasta los pueblos sin gente, como el legendario Granadilla, que iba a quedar cubierta del embalse de Gabriel y Galán y que, finalmente, ni cuando el embalse está lleno, lo llega a cubrir. Pero mejor prevenir, ¿no?
Montánchez es otro bonito pueblo, aunque esta vez sí con vecinos, muchos de ellos especialistas en el noble arte del jamón ibérico, no en vano su entorno está plagado de dehesas en las que pulula a sus anchas el cerdo ibérico.
Cuacos de Yuste es de parada obligada por su Monasterio cercano, donde un tal Carlos I de España y V de Alemania se retiró hace un tiempo. Pero si hablamos de monasterios en Cáceres, tendremos que citar Guadalupe, ¿verdad?, uno de los edificios más bonitos de toda Extremadura.
Para bonitos, también, pueblos como Cabezuela del Valle en el Valle del Jerte, Robledillo de Gata en la sierra homónima, Garganta de la Olla en la comarca de la Vera o Hervás en el Valle del Ambroz. Y no podemos hacer una ruta por los pueblos de Cáceres sin pasarnos por Alcántara donde luce uno de los puentes romanos más impresionantes de toda la península ibérica.
Y, para terminar, dos localidades que no deben faltar en cualquier recorrido cacereño: la impresionante Trujillo donde brilla con singular esplendor su castillo y la estatua de Pizarro, su trujillano más célebre, y Plasencia, otra ciudad en la que late el corazón ancestral de la provincia junto a su brillante porvenir.
Los paisajes más bonitos de Cáceres
Si con los pueblos ya lo teníamos difícil para nombrar tantos en tan poco tiempo, con los paisajes cacereños el reto es aún mayor, así que vamos a ello, de norte a sur.
En el extremo septentrional de Cáceres, en la frontera con Salamanca, se ubica uno de los territorios más fascinantes de España, Las Hurdes, un relieve serrano cuya cima está en el Pico Rongiero con sus 1.622 metros de altura. En este entorno encontramos paisajes alucinantes como el Meandro de Melero del que dicen es uno de los meandros más bonitos de toda España.
En el extremo noroccidental de Cáceres debes pasar por la Sierra de Gata donde ya hemos visto alguno de sus famosos pueblos. Y en el lado oriental de Las Hurdes, el Valle del Ambroz que ofrece uno de los mayores espectáculos otoñales de la península ibérica.
Y al este del Valle del Ambroz, otra leyenda natural cacereña, el Valle del Jerte, quizás el lugar más famoso para contemplar el inicio de la primavera y la floración de los cerezos, una fiesta que cada año suma a más fieles en torno a pueblos como Tornavacas, Navaconcejo, Piornal, el ya mencionado Cabezuela del Valle o el propio Jerte.
Al sur del Valle del Jerte se ubica la comarca de La Vera, una de las tres agrupaciones rurales vinculadas a la histórica comunidad de villa y tierra de Plasencia. Más allá de sus pueblos, como los mencionados Garganta de la Olla o Cuacos de Yuste, además de Jarandilla de la Vera o Robledillo, puedes visitar hasta 50 gargantas, además del Lago de Jaraíz que se forma en la garganta Pedro Chate.
Más al sur llegamos al que es el espacio natural más celebre de la provincia, el Parque Nacional de Monfragüe, atravesado por los ríos Tajo y Tiétar y que es un paraíso para los senderistas y para los aficionados a la ornitología que vibran con las vistas desde el famoso Mirador del Salto del Gitano, uno de los muchos miradores que jalonan este excelso parque.
Tras pasar por las cercanías de Cáceres para degustar el Monumento Natural de Los Barruecos y el singular museo de arte contemporáneo de su entorno, terminamos esta ruta por los paisajes más bonitos de Cáceres en el Parque Natural del Tajo Internacional, una entidad transfronteriza de más de 50.000 hectáreas compartida con Portugal y en que el podrás hacer rutas fluviales por varios tramos del río más largo de la península ibérica.
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