Nuestro país puede presumir de un patrimonio excepcional, tanto artístico como arquitectónico y monumental. Sin embargo, en algún que otro lugar, como en las numerosas rotondas que se encuentran en nuestras carreteras, se alzan estatuas y monumentos que producen más horror y extrañeza que admiración ante su belleza.
Como lo artístico siempre es discutible, y ahí cada cual puede valorar tales objetos como considere, vamos a detenernos solo en el componente estético, pues la mayoría de vecinos y viajeros coinciden en señalar que las esculturas que hoy os traemos son algunas de las más feas de España. Juzga tú mismo si tienen razón.
Las esculturas más feas de España
El Sireno (Vigo)
En la gallega ciudad de Vigo, se encuentra una escultura que fue objeto de numerosas polémicas cuando se colocó. Y es que El sireno, obra del escultor Francisco Leiro, se alza de forma inconfundible en la Puerta del Sol, en pleno centro vigués, aunque su autor la denominó Hombre Pez en un principio.
Ahí está desde 1991 y, pese a no ser precisamente bonita, lo cierto es que se ha convertido en todo un icono de la ciudad. Está elevada sobre un par de columnas de granito negro de unos 11 metros de altura y su aspecto desentona todavía más si tenemos en cuenta que a su alrededor destacan algunas de las fachadas más emblemáticas de la ciudad, como la del Edificio Simeón.
La patata (Vizcaya)
Otra de esas esculturas que a primera vista suele parecer fea o, cuando menos, extraña, es La patata. La obra, de Andrés Nagel, representa a una patata pinchada con numerosos palillos de dientes como si fueran pinchos o banderillas.
Se inauguró en el año 2003 en la rotonda situada en el cruce de calles Sabino Arana, Carmen, San Miguel y San Pedro de Amorebieta-Etxano. Esta escultura de bronce mide 9 metros de altura y pesa 2 toneladas y media y, aunque el artista no bautizó su obra, los transeúntes fueron los que terminaron llamándola La patata.
El hombre avión (Castellón)
Otra de esas estatuas que no es nada bonita se encuentra en la rotonda de acceso al aeropuerto de Castellón, la cual fue inaugurada en el año 2011. Se trata de El hombre avión, que supera los 20 metros de altura, diseñada por el artista Juan Ripollés. La figura humana resulta inconfundible, coronada con un avión en la cabeza, pero como suele suceder con el arte de vanguardia puede parecer tan extravagante como fea.
David y Goliat (Barcelona)
Una de las esculturas en Barcelona que no suele parecer bonita a la gente es David y Goliat. Se trata de una obra del artista Antoni Llena, con 18 metros de altura, compuesta por acero inoxidable y resina, ubicada en frente del edificio Mapfre en el parque de las Cascadas. Y como ha sucedido con otras, aunque al principio fue objeto de rechazo por algunos vecinos, al final ha temrinado convirtiéndose en uno de los símbolos del barrio.
Rana de la fortuna (Madrid)
Otra escultura urbana que tiene defensores y detractores es la Rana de la fortuna, del artista Eladio de Mora, más conocido como dEmo. Se encuentra en el paseo de Recoletos, en la acera del Casino, frente a la Biblioteca Nacional y la plaza de Colón, en el centro de Madrid.
Se supone que esta escultura representa la buena suerte, de manera que en las patas y en el cuerpo de la rana hay símbolos y signos de la fortuna, además de la firma de su autor.
El Oso Verde (Boadilla del Monte)
Aunque seguramente, entre las esculturas de dEmo, que siempre van precedidas de polémicas y opiniones no demasiado favorables, se lleva la palma el Oso Verde de Boadilla del Monte (Madrid), que asemeja una gominola de tamaño colosal.
Se alza en una rotonda, donde en nuestro país podemos encontrar las estatuas más variopintas, en las proximidades de la urbanización La Reserva del Mayorazgo. Si vas por allí la verás sin necesidad de acercarte mucho, pues mide 7 metros de altura y su color no es precisamente discreto.
Rotonda (Alcudia)
En la localidad mallorquina de Alcudia se halla otra de esas esculturas que no tiene muy contentos a algunos vecinos, porque hermosa no es. La idea es buena, pues se trataría de un caballo que se alza sobre las patas traseras para dar la bienvenida a quienes llegan a la localidad, pero el resultado estético final no es nada bonito. Juzga por ti mismo.
Glorieta Santos Peralba (Baiona)
En Baiona, en la provincia de Pontevedra (Galicia), se encuentra una escultura que poco estética y extraña. Nos referimos al ala de avión que se ubica sobre una glorieta en el barrio de Sabarís. Esta obra fue instalada como homenaje al aviador José Santos Peralba. Como resultado, la parte central del monumento consiste en una hélice y un ala de avión F86 Sabre.
Homenaje a la libertad de expresión (Cádiz)
Sin duda, el motivo y la representación de esta escultura que se encuentra en la Glorieta de los Periodistas en Cádiz (Andalucía) es excepcional, pero su belleza brilla por su ausencia. Creada por el escultor Luis Quintero, se trata de un candado abierto como metáfora de la libertad de expresión. La escultura resulta fría y gris, realizada en acero inoxidable y bronce. En su base, puede leerse el artículo 317 de la Constitución de 1812.
Cuatro cuadros (Torrelavega)
En la rotonda de Torrelavega (Cantabria) se erige la escultura titulada Cuatro cuadros, del artista Chema Alvargonzález. Como suele suceder con el arte vanguardista, las opiniones son de lo más variadas y algunos catalogan este conjunto de barras de acero y neón como decididamente feo en medio de la glorieta que se sitúa entre el barrio Covadonga y la carretera que conduce a Cartes.
No son pocas las obras de este tipo que coronan las glorietas de nuestras localidades, seguro que cerca de tu casa hay más de una que cada vez que la ves no te explicas qué hace ahí.
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