¿Ya conoces las principales ciudades de España, y en tu próxima escapada te gustaría descubrir uno de esos bellos rincones del país que no suelen aparecer en los medios? Pedraza, en Segovia, es una de las maravillas mejor guardadas que tenemos a nivel nacional. Ubicada en la provincia de Segovia y rodeada de murallas con la Sierra de Guadarrama como fiel testigo de su atractivo, esta villa medieval es ideal para olvidarse de la rutina.
En efecto, si quieres dejar de lado por un par de días las obligaciones y sumergirte en uno de las localidades antiguas mejor conservadas de España, es mejor que vayas buscando tus pasajes a Pedraza. 360 vecinos y un sinfín de puntos de interés te esperan con los brazos abiertos.
Qué ver en la villa de Pedraza
Como decíamos, desde la llegada a esta región nos encontramos rodeados de naturaleza, pasando entre los ríos Cega y Vadillo, hasta alcanzar finalmente nuestro destino, uno con rica historia por haber sido clave para la repoblación de Castilla en la Reconquista. De hecho, durante siglos estuvo bajo el mando de los Condestables de Castilla y quienes conformaban tal linaje.
Desplegando una importante actividad comercial durante todos esos años, Pedraza ha conseguido seguir en pie hasta estos días, manteniendo en buen estado la mayor parte de sus edificaciones. Gracias a ello se ha colocado como una de las más completas propuestas en turismo rural que tenemos en España, especialmente si nos limitamos al interior del país.
Motivos de sobra posee para ello, ya que no sólo podemos reparar en su arquitectura o la forma de vida de los lugareños, sino también en su gastronomía única, los eventos históricos que allí han tenido lugar, o los increíbles paisajes que la circundan.
Declarada Conjunto Monumental allá por el año 1951, desde entonces no ha dejado de crecer la simpatía que genera en todos los afortunados que la visitan, descubriendo alguno de los parajes que vamos a recopilar a continuación. Si tienes la oportunidad, no deberías perdértelos.
Castillo de Pedraza
Como muchos otros pueblos medievales en toda España, el principal atractivo de Pedraza es el Castillo de la ciudad. No sólo es el monumento arquitectónico de mayor relevancia en la zona, sino que dentro estuvieron presos, por ejemplo, los hijos de Francisco I de Francia.
Construido durante el siglo XIII, para acceder a él tienes que llegar hasta el final del conjunto medieval de la villa, donde se levanta sobre una inigualable base con estilos romanos y árabes. Asimismo, sufrió modificaciones en los siglos siguientes, realizándole las últimas grandes durante los años 1500. La imagen que brinda hoy es la heredada de aquella época.
En el interior del mismo, podemos hallar muchos de los famosos frescos del pintor Ignacio Zuloaga, teniendo en cuenta que pertenece a sus herederos, encargados de la conservación del Castillo. Cuando lo recorras, préstale atención también al patio de armas y a su aljibe.
Puerta de la Villa
Si Pedraza coincide con otras villas medievales en su clásico Castillo, se diferencia de ellas por ser una de las pocas que nos recibe con una Puerta. Incluso, no hay otra posibilidad de entrada viable.
La Puerta de la Villa era utilizada ya en el siglo XI, aunque debe su aspecto actual a la reconstrucción que se llevó adelante en el siglo XVI. Sobre ella podemos ver el escudo del señor de Pedraza que se encargó de esta tarea.
La historia cuenta que, en sus primeros siglos, la puerta era cerrada por la noche para evitar los ataques enemigos, siendo el carcelero el único autorizado para abrirla en caso de emergencia.
La Cárcel de la Villa
Si cada paso que damos en Pedraza es situarnos un poco en la España del pasado, esa sensación nunca es tan evidente como cuando caminamos por las instalaciones de la Cárcel de la Villa.
Esta edificación, que data del siglo XIII, no tuvo otro uso durante siglos que el de prisión medieval, y podemos hallarla a muy poca distancia de la Puerta de la Villa. Se la puede conocer por dentro pagando la visita guiada al precio de tres euros. Se trata de un precio justo, a nuestro entender, porque permite conocer las mazmorras y los cepos que aprisionaban a los delincuentes de forma original y fehaciente.
Plaza Mayor
Esta villa medieval posee una de las plazas más hermosas de toda España, con la curiosidad de que, al ser modificada en prácticamente todos los siglos, respeta varios estilos sin limitarse a ninguno.
A sus alrededores florecen las casas blasonadas y algunos palacios de cientos de años, colgados de los cuales aún lucen los logrados escudos de armas de las familias que residían en ellos.
Iglesia de San Juan Bautista
Entre todos los edificios que surcan el horizonte sobre la Plaza Mayor de Pedraza, seguramente el más destacado es la Iglesia de San Juan Bautista. Éste mantiene su torre de doble alquería, además de ciertos detalles románicos y sobre todo barrocos, visibles en su revestimiento interno.
Igualmente, la pieza más buscada por los viajeros es su pila bautismal, románica y del siglo XIII.
Ermita de San Pedro
Algunos la conocen como Ermita de la Florida. En cualquier caso, para conocerla tienes que trasladarte hasta las afueras del municipio. En esta ocasión, no hay información certera sobre su origen, aunque se da por hecha su existencia desde mediados del siglo XIII. En ella predomina el estilo románico, visible en toda su nave.
Lo más sorprendente es que, desde hace años, es una vivienda de uso particular, lo que ayuda a asegurar su mantenimiento, pero descarta cualquier posibilidad de recorrer su interior.
Iglesia de Santa María
Otro atractivo que se ubica fuera de la villa en sí es la Iglesia de Santa María. Se levantó entre los siglos XI y XII, como otra muestra del estilo románico imperante en aquellos tiempos.
Hoy en ruinas, todavía podemos ver la torre y la cabecera del edificio, además de algunos de los muros que conforman el viejo perímetro, hoy vulnerado.
Las visitas, normalmente, se realizan sólo en verano.
Mirador de las Tongueras
¿Quieres presenciar desde un punto privilegiado todo el esplendor de la villa medieval de Pedraza? El Mirador de las Tongueras es el mejor espacio para hacerlo, alcanzando desde allí con la vista el Castillo, todo el conjunto amurallado y las torres de las iglesias.
Por detrás de ello, casi completando un fin de semana de ensueño, la imponente Sierra de Guadarrama.
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