El Parque Natural de Somiedo es uno de los espacios más representativos del paraíso natural asturiano. Conjuga el pletórico esplendor de una naturaleza siempre extática, hogar de la población cantábrica más importante de osos pardos, con un patrimonio etnográfico único en el norte de España que comprende el origen de los míticos vaqueiros d’alzada y las cabanas de teito, esas delicadas construcciones de piedra y paja que emergen del verdor de las brañas somedanas: el recuerdo más inolvidable de nuestro viaje al Parque Natural de Somiedo.
Parque Natural de Somiedo, territorio vaqueiro:
30.000 hectáreas que se extienden a lo largo de cinco valles: Pigüeña, Perlunes, Valle del Lago, Saliencia y Puerto y Pola de Somiedo. En total, 283 kilómetros cuadrados de parque en el centro-sur de Asturias ya lindando con León. Tiene el honor de haber sido, desde 1988, el primer Parque Natural del Principado, recibiendo también la protección de la Unesco en el año 2000 al incluirlo dentro de la red mundial de Reservas de la Biosfera.
Todas estas entidades de protección tienen en esta tierra su máximo sentido: el Parque Natural de Somiedo es un testimonio natural y etnográfico de valor incalculable. No solo ofrece al visitante un paisaje de asombrosa belleza, sino que cobija la historia de los trashumantes asturianos conocidos como vaqueiros d’alzada, cuyos herederos mantienen viva la tradición con la cría de ganado vacuno en la zona.
En una de sus cartas de viaje, fechada en 1782, el gijonés Jovellanos —uno de los próceres más importantes de la Ilustración española— ya se refería a la existencia de este grupo social diferenciado del resto de los de su entorno. Eran ‘vaqueiros’ porque se dedicaban al criado del ganado vacuno, y ‘de alzada’ porque se alzaban, no tenían residencia fija, emigrando hasta dos veces al año —de la costa a la montaña, y de la montaña a la costa— para asegurar los pastos para su ganado y los recursos para su propia subsistencia.
Su nomadismo y su carácter hermético ayudó a configurar un mito del folclore asturiano. Y como les sucedió a los cowboys en el Far West americano, los vaqueiros también mantuvieron unas conflictivas relaciones con los agricultores —conocidos por los vaqueiros como xaldos— especialmente por la explotación de los pastos, así como con la Iglesia, por negarse a pagar los diezmos. Jovellanos llega a denunciar que muchos de sus vecinos llegaron a discriminarlos al considerarlos ‘una raza montaraz e inferior’.
Unas de las consecuencias de la protección de estos valles en las últimas décadas ha sido justamente el mantenimiento de las brañas, las cabañas y otras construcciones tradicionales de la zona que ha permitido la recuperación de algunas de las costumbres de aquellos antiguos vaqueiros cuya tradición tratan de vivificar los pastores de los valles de Somiedo.
Parque Natural de Somiedo, lugares de interés y rutas:
Una de las mejores maneras de conocer de primera mano la tradición de esta tierra es acudir al Ecomuseo de Somiedo cuyo corpus expositivo se divide en tres partes: ‘La casa’ situada en Veigas al lado del Ayuntamiento de Somiedo, incluye la visita a tres casas de teito de escoba, la icónica cubierta vegetal de estas cabañas somedanas que daban cobijo a los vaqueiros; ‘Los oficios y la trashumancia’, en Caunedo, a 5 kilómetros al sur de Pola de Somiedo, aprovecha un edificio que fue escuela para mostrar un recorrido por los distintos oficios artesanales propios del territorio; ‘Trabajos agrícolas’, ya en la misma Pola, ofrece un recorrido por la agricultura tradicional en territorio somedano.
También en Pola, capital del concejo, encontramos el Centro de Recepción e Interpretación del parque, un paso obligado para recabar información sobre otros aspectos del territorio, especialmente sobre su geología, fauna y vegetación, además de recoger información sobre las rutas senderistas.
Nosotros nos embarcamos en primer lugar en la Ruta AS-12 por las Brañas de Saliencia, un sendero que discurre por la zona noreste del parque arrancando del pueblo de Arbellales, a cinco minutos al este de Veigas, y que nos llevará a conocer algunas de las brañas y cabañas más icónicas del territorio. Las brañas son esos pastizales de frondosa sensualidad ubicados generalmente a más de 1.000 metros de altura y que constituían el alimento principal del ganado de los vaqueiros.
Y engalanando algunas brañas, encontramos esas famosas cabanas de teito de escoba, que forman el conjunto más importante de construcciones de cubierta vegetal en Europa occidental junto a algunos corros, construcciones de piedra con techo de falsa bóveda de piedra, así como las otcheras, fresqueras que se usaban para mantener la leche y la manteca protegidos del calor. Los hórreos y los molinos son otras de las construcciones tradicionales típicas de este territorio.
Para completar nuestro recorrido por el Parque Natural de Somiedo nos adentramos ahora en la Ruta de los Lagos (AS-15) que nos lleva a la zona sureste del parque en la confluencia entre el Valle del Lago y el Valle de Saliencia. Se trata de un conjunto formado por el Lago del Valle al que hay que sumar los cuatro lagos de Saliencia: Laguna de Almagrera o La Mina, Calabazosa o Lago Negro, Cerveriz y La Cueva, lago este último junto al que se explotó una mina de hierro hasta hace pocas décadas lo que le otorga ese tono rojizo.
Conocido como el Monumento Natural del Conjunto lacustre de Somiedo, este grupo de lagos ofrece al senderista estampas increíbles que le ayudan a conocer el origen glaciar del territorio: un conjunto de lagos de circo glaciar originados por procesos de excavación entre los que se eleva un macizo calcáreo que incluye diversas formas típicas de la erosión glaciar como los poljés, las uvalas o las dolinas.
Y no nos podemos ir del Parque Natural de Somiedo sin hacer una referencia al oso pardo, el incuestionable tesoro de la fauna somedana. En la Pola podemos abrir boca en el Centro de Interpretación “Somiedo y el Oso”.
¿Y se pueden ver los osos en el parque? Dicen los expertos que es casi una lotería, si bien a finales del verano (y a las últimas horas del día) es cuando aumentan las posibilidades de que nos toque: es en ese momento cuando los osos bajan a buscar alimento, sobre todo las cerezas que alcanzan su madurez en esa época del año. Con todo, lo más indicado es ir acompañado por expertos en avistamiento de osos, para evitar también riesgos innecesarios, tanto para los osos como para nosotros mismos.
Y así, siguiendo las huellas del venerable y escurridizo oso pardo, nos despedimos del Parque Natural de Somiedo, una experiencia fascinante para conocer algunos de los tesoros naturales y humanos que forman parte indeleble del origen de Asturias.
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