En 2019, la Fundación New 7 Wonders propuso a los argentinos que votaran por los escenarios naturales más hermosos de su país. Tras decidir entre 400 nominados, uno de los siete elegidos fue el Parque Nacional Talampaya, ubicado entre los departamentos de Independencia y Coronel Felipe Varela, en la provincia de La Rioja.
Y es que la belleza de este paisaje es subyugante, desde Los Balcones, a las chimeneas, desde la Ciudad Perdida a los propios cañones de Talampaya o Shimpa, un lugar de ensueño que es también celebrado por paleontólogos de todo el mundo: Talampaya es el conjunto continental de fósiles del Triásico más completo del planeta, un verdadero manual en piedra de la historia terrestre.
Talampaya, la piedra que habla
En 1997, Talampaya pasó a ser Parque Nacional de Argentina tras su incorporación al listado de Patrimonio Natural de la Humanidad junto al vecino Parque Provincial Ischigualasto: la Unesco certificó que este paraje ofrecía material paleontológico de excepción y de vital importancia para el estudio de los grandes grupos de vertebrados.
Más de 25 años después de este reconocimiento, esta depresión rodeada de sierras en el centro oeste de La Rioja se ha convertido en uno de los espacios naturales más visitados de toda Argentina, un paisaje apabullante fruto de la evolución geológica y la acción erosiva del viento y el agua que ha tallado piedras capaces de narrarnos con todo lujo de detalles la historia del Triásico.
El río seco del tala —significado del término Talampaya en cacán— comenzó a ser estudiado a finales del siglo XIX y pronto los paleontólogos rubricaron la importancia del paraje al custodiar fósiles que permiten trazar la evolución de todo el periodo de Triásico, un periodo de unos 40 millones de años que arrancó hace 250… casi nada.
Predinosaurios y ‘astronautas’ en Talampaya
Los dinosaurios ocupan un lugar de privilegio en la historia terrestre. Pero ¿nunca te has preguntado cómo evolucionaron?, ¿cuáles fueron sus ancestros? La fauna hallada en la Formación Chañares de Talampaya es una de las más importantes del mundo ya que contiene ejemplares únicos de los antepasados de los dinosaurios, tal y como señala este informe del geólogo Alberto Tomás Caselli para el Servicio Geológico Minero Argentino.
Es el caso del Lagosuchus, unos ejemplares de apenas 50 centímetros que desarrollaron rasgos anatómicos que indican fueron tendencia evolutiva hacia los primeros dinosaurios, los cuales, también vivieron en Talampaya: desde los temibles grupos de cocodrilomorfos, a los Herrerasaurus o los grandes prosaurópodos hervíboros, los primeros saurópodos en caminar por la Tierra.
El Sendero del Triásico que encontrarás en el Área del Cañón de Talampaya, muy indicado para los más pequeños, es la mejor manera de conocer de cerca algunos de los ejemplares que poblaron esta tierra hace más de 200 millones de años, incluyendo al Riojasaurus, un herbívoro que superó los 10 metros de largo y que en su nombre homenajea la región en la que sus fósiles han sido encontrados.
Pero no solo grandes reptiles y pequeños predinosaurios poblaron este paraje, mucho después, comunidades humanas llegaron hasta Talampaya para convertirla en su hogar. En la denominada Puerta de Talampaya se encuentran vestigios de culturas con hasta 2000 años de historia, las cuales grabaron con punta de cuarzo o granito los paredones y las piedras.
Podrás observar dibujos mascariformes con probable significado mágico-religioso, signos tridígitos que se asemejan a pisadas de avestruz, improntas de pies, dibujos zigzagueantes o cruciformes y algunas figuras humanas que han despertado todo tipo de especulaciones.
Es el caso de los hombres con alas de mariposa o los dos “astronautas”, una suerte de figuras humanas que aparecen vestidos con “escafandras” y que señalarían al cielo. Por supuesto, las teorías sobre la presencia de extraterrestres no han tardado en circular, aunque no existe ningún vestigio arqueológico que las apoye.
Así mismo, también llama la atención la presencia de morteros, las llamadas piedras tacitas, unas oquedades en la piedra que se usaban para moler sustancias para generar pinturas: en los huecos se han encontrado restos animales… y humanos, lo que podría sugerir sacrificios rituales.
Excursiones en Talampaya
Dada su relevancia científica, el Parque Nacional de Talampaya no es un lugar que puedas visitar por libre como otros parques a nivel mundial. La empresa Volterra es la concesionaria del Área de Servicios del Cañón de Talampaya que junto al Área del Cañón Arco Iris son los dos lugares desde los que parten las diferentes excursiones.
Estas se realizan siempre con guías especializados no pudiendo salirte en ningún caso del camino marcado. De hecho, una gran parte del parque está zonificada como “intangible” lo que supone que, salvo investigaciones científicas, está terminantemente prohibida la visita.
Para llegar al parque puedes acceder desde el norte, desde Villa Unión, siguiendo la Ruta Nacional nº 76. O desde el sureste, desde Patquía viniendo por la RN 150. En el kilómetro 144 de la RN 76 se encuentra al área de visitantes que lleva a Ciudad Perdida y Cañón Arco Iris y en el 148 el área del Cañón de Talampaya que incluye un camping, el único lugar para pernoctar dentro del parque.
Para acceder al parque, por cierto, necesitarás dos tickets: uno el que te da acceso al parque, y otro con el que podrás realizar las excursiones que hayas pagado, siete en el caso del Cañón de Talampaya y dos en el caso del Cañón del Arco Iris.
El Cañón de Talampaya
Entre las excursiones, la más habitual es la que nos lleva a conocer el Cañón de Talampaya, la joya de la corona, un recorrido en vehículo de unas dos horas y media que transita por el cauce del río Talampaya, entre paredes verticales de 150 metros de altura. Esta excursión tiene cuatro paradas: los petroglifos, el Jardín Botánico, La Catedral y el Monje.
Tanto la Catedral como el Monje son dos de las formaciones rocosas más famosas del parque, mientras que en el Jardín Botánico podrás ver la conocida como Chimenea, una suerte de tubo tallado en la piedra que hace un eco que no olvidarás en tu vida: algo inaudito.
A esta excursión se puede sumar el Cañón de Shimpa, un desfiladero que no supera los siete metros de ancho con paredes de 80 metros de altura, o Los Balcones, un trekking ascendente que te permite tener una impresionante perspectiva de Talampaya desde las alturas.
La Ciudad Perdida
Mención aparte merece la excursión a la Ciudad Perdida a la que se accede desde el área del Cañón Arco Iris: se trata de un lugar donde cientos de geoformas han sido talladas por la acción del viento y el agua dando la impresión de una ciudad que emerge del suelo.
Al contrario de lo que sucedió en el Cañón de Talampaya, en la Ciudad Perdida, las rocas inferiores también sufrieran desgaste dando origen a esa extraña colección de geoformas que han despertado la imaginación de los seres humanos que llegaron aquí muchos miles de años después de su génesis: otro de esos parajes de belleza indescriptible que configuran una de las maravillas naturales más sublimes de Argentina.
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