El Balcón de Europa, la cueva de Nerja, la playa de Calahonda, la ruta del río Chíllar, la vecina Frigiliana… Nerja ofrece experiencias para todos los gustos que son disfrutadas por miles de viajeros que acuden a este rincón oriental de la Costa del Sol ya en la frontera con Granada, cerca de Almuñecar.
Pero además de sus atractivos naturales y su ambiente turístico, Nerja siempre será conocida como el escenario de Verano Azul, una de las series más populares de la historia de la televisión española que marcó a varias generaciones de espectadores. Acompáñanos en este viaje a Nerja para vivir un nuevo verano azul, un verano como los de antes.
Nerja, en busca de luz y calma
“Vine aquí a mediados de julio en busca de luz y calma. En aquellos primeros días de convalecencia, mi soledad voluntaria fue como un caramelo refrescante (…) Y justo cuando mi caramelo comenzaba a perder sabor, apareció aquella amable comparsa que me fue arrastrando y metiendo en su pequeño y divertido mundo”.
Y aquella amable comparsa eran Tito, Javi y Quique, los primeros visitantes de la casa de Julia, la pintora cuyas palabras abren el primer episodio de Verano Azul, una leyenda televisiva de la década de los 80 en España. Rodada durante 16 meses entre finales de agosto de 1979 y diciembre de 1980, marcó desde su primera emisión en 1981 a millones de espectadores que se vieron reflejados en las andanzas de aquella cuadrilla de chavales que disfrutaban del verano en Nerja.
Pero la mayoría de espectadores no sabían exactamente dónde se ambientaba la serie… y poco importaba. Aquel pueblo era nuestro pueblo, el escenario del verano de nuestras vidas, cuando la llegada de julio anunciaba una nueva aventura más allá de pupitres y deberes, armados con bicicletas y bañadores e iluminados cada mañana con el esplendor de la inocencia.
Pero Verano Azul fue, poco a poco, como nuestros veranos, perdiendo color hasta convertirse en una serie maldita de la que ya nadie quería acordarse, como esas fotos quemadas que palidecen antes la precisión de los megapíxeles de las imágenes digitales.
Y un buen día, al calor de la nostalgia que ahora lo invade todo y en un contexto de adicción seriéfila, Verano Azul ha vuelto para reivindicar su legado, porque la historia de la televisión y de la cultura popular española está incompleta sin una mención a aquella serie que marcó una época, aquella historia de amistad, amor y helados de fresa.
Nerja: de la Dorada al Balcón de Europa
Con el tiempo, el ayuntamiento de Nerja ha sabido aprovechar la leyenda de Verano Azul rindiendo homenaje a varios de sus protagonistas. Como la Dorada, el barco de Chanquete, del que no nos moverán, os acordáis, ¿no? La Dorada es uno de los hitos del parque Verano Azul que también cuenta con los retratos de los personajes de la serie y de los 19 capítulos en azulejos: un lugar de peregrinaje para todos los fanáticos de la serie.
Del parque Verano Azul nos dirigimos hacia al este para visitar la Plaza de España, el epicentro nerjeño, en una de cuyas esquinas se ubica el Museo de Nerja. Porque la historia de la localidad malagueña, por supuesto, no arrancó con la serie de Antonio Mercero: una buena ocasión para conocer los episodios más importantes de Nerja y la Axarquía, con especial atención al siglo XVIII, siglo de oro nerjeño, que vive una de sus etapas de mayor esplendor.
Dejamos ya la Plaza de España y callejeamos un rato por el casco antiguo de Néjar en calles como Pintada o Almirante Ferrándiz para después seguir por Tajillo e Iglesia y alcanzar la parroquia del Salvador, la iglesia más popular de la localidad, levantada en el siglo XVII.
Y ya estamos un paso del Balcón de Europa, símbolo por excelencia de Nerja. Cuentan que cuando Alfonso XII visitó la zona tras el terremoto de 1884 quedó embrujado por el paisaje que se divisiva desde este promontorio entre la playa de Calahonda y la playa El Salón: “parece el Balcón de Europa”, dijo. Y así fue como se construyó este magnífico mirador que cuenta con la estatua del monarca… y de Chanquete que, desde 2019, también mira al horizonte nerjeño desde una pasarela anexa al balcón.
Nerja: cuevas, rutas y playas
Pasando el acueducto del Águila construido en el XIX para transportar el agua a los molinos de la antigua fábrica de azúcar de San Joaquín en la vecina Maro llegamos a la cueva de Nerja, el icono natural del municipio.
Fue localizada en 1959 por cinco jóvenes que fueron a cazar murciélagos descubriendo posteriormente esqueletos junto a cuencos de cerámica: casi como un capítulo de Verano Azul. Son 5 kilómetros de galerías con estratos arqueológicos con más de 40.000 años de antigüedad encontrándose pinturas rupestres, objetos medievales como amuletos andalusíes además de espectaculares estalactitas, estalagmitas, coladas y columnas.
Otra buena forma de conocer la naturaleza del entorno de Nerja y Frigiliana es recorrer la ruta del río Chíllar que parte del norte de la localidad de Nerja, en la esplanada de la antigua cantera, siguiendo el curso del río Chíllar hasta la presa, en un camino que transita por la zona sur del parque natural de las Sierras de Tejeda, Almijara y Alhama.
Y después de sudar a la vera del río regresamos sobre nuestros pasos para darnos un merecido chapuzón. Hasta 10 playas se pueden visitar en el entorno de Nerja. De oeste a este nos acercamos en primer lugar a el Playazo, la más larga de todas con sus dos kilómetros de longitud.
El extremo oriental del Playazo pasando la desembocadura del Chíllar se conoce como la playa del Chucho. Y al otro lado de la atalaya de la Torrecilla tenemos la playa de La Torrecilla. Más al este llegamos a la playa de La Caletilla y después a la pequeña playa del Salón junto al Club Náutico, una de las preferidas de los nerjeños.
Y pasando el Balcón de Europa se ubica la playa de Calahonda, el arenal por excelencia de Nerja, al que se puede acceder por el conocido como Boquete de Calahonda, uno de los rincones más fotografiados del pueblo. Tras Calahonda continuamos hacia el este y visitamos el Chorrillo —la preferida para hacer snorkel— y Carabeo, dos entrañables arenales entre moles pétreas como Calahonda.
Tras pasar Carabeillo delante del Mirador del Bendito que compite con el Balcón de Europa por las mejores vistas de Nerja, finalizamos nuestra ruta playera en Burriana, la playa más frecuentada de Nerja por su longitud y servicios.
Casi en el extremo oriental de Burriana nos acercamos al chiringuito de Ayo que cuentan fue el cuartel general de Verano Azul, donde comían equipo y actores, el lugar perfecto para brindar con una sangría bien fría por la inocencia de nuestros veranos más azules.
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