Los hoteles pioneros son los que hacen cosas que, más allá de las tendencias de cada momento, avanzan la manera de concebir cómo dormiremos y comeremos en el futuro. Son establecimientos que, cuando abren, parecen demasiado estrictos con algunas de sus propuestas -tener un huerto propio para sus restaurantes, defender el bioclimatismo con cubiertas vegetales, contar solo con productos ecológicos en el minibar…- pero que, con el paso de los años, son imitados por muchos otros proyectos.
Esta es el caso de Mas Salagros, el primer EcoResort 100% ecológico de toda la península ibérica, que es toda una lección de turismo responsable y sostenible. Esta antigua masía fechada en el año 1497 se erige sobre el pueblo de Vallromanes, dentro de una reserva natural rodeada por el Parque de la Cordillera Litoral. El microclima propio del lugar y la sensación de pasear entre edificios centenarios nos da pistas de que este será un hotel diferente al resto.
Mas salagros: Del huerto a la mesa
Mas Salagros cuenta con dos restaurantes cuyos ingredientes son íntegramente ecológicos y de proximidad. Es más: mucho de lo que probaréis en la carta del Cibus y de su gastronómico 1497 se cultiva en el propio hotel, gracias a un huerto que dicta al chef Beniamino Campolo y a su equipo qué ingredientes deben ser protagonistas cada semana. Una temporalidad que es todo un reto y que hace que la experiencia en los restaurantes sea siempre distinta.
La bodega de ambos locales, por su parte, representa todo el rango de sabores de la Denominación de Origen Alella, aunque también esconde pequeñas joyas nacionales e internacionales que los profesionales de la sala van descubriendo a los comensales. Y es que el cuidado y la interacción es muy importante en la concepción de estos espacios, que quieren cuidar no solo los estómagos sino también los corazones de los visitantes.
Momentos de relax
No lo veréis a primera vista porque parece esconderse entre el paisaje. Pero uno de los edificios del hotel esconde un circuito termal que invita a olvidar todas las preocupaciones que podamos tener. Gestionado por la prestigiosa firma AIRE Ancient Baths, el espacio combina piscinas con distintas temperaturas con baños de sal y piscinas al aire libre. También ofrece masajes, que se pueden hacer en pareja, y que en algunas ocasiones cuentan con cosmética vegana.
Otra manera de relajarse durante la visita es sumarse a alguno de los talleres y excursiones que organizan desde la recepción, que en este caso son solo para huéspedes. Estos incluyen salidas en ebike por el entorno natural, baños de bosque y clases de acuarela y sketching para redescubrir cómo de relajante puede ser dibujar, además de sesiones de pilates o yoga sobre tablas de paddle surf.
Los foodies también pueden relajarse con catas de cervezas o talleres de cócteles y de cocina con el chef, perfectos para conocer de primera mano la cuidadosa labor de todos aquellos que demuestran con su manera de trabajar que la sostenibilidad es una esencia, no una moda. Y también son una gran manera de despedirse de este ecoresort del cual siempre se sale un poco más feliz de lo que se entra.
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