Acercarse a Marchena es una invitación a pasear por un pedazo de historia de Andalucía. Un lugar que todavía conservan partes de sus antiguas murallas y esos muros parecen mantenerse en pie para proteger los grandes monumentos y tesoros artísticos que ha legado una historia que se prolongado durante más de dos milenios atrás. ¿La descubrimos?
Dónde está Marchena
Marchena se encuentra a solo unos 60 kilómetros de Sevilla. Así que acercarse hasta esta interesante localidad supone una fabulosa excursión de un día desde la capital de provincia. Además de que las buenas comunicaciones por carretera, convierten a este viaje por el corazón de la campiña sevillana en algo tan rápido como atractivo. Un territorio agrícola muy rico, como demuestras los olivares y los campos de cereal que abundan en el entorno.
Viaje a la historia
Tal y como hemos avanzado, la historia de Marchena se remonta a tiempos muy lejanos. De hecho, los amantes de la arqueología pueden informarse sobre el yacimiento de Montemolín, situado al sur de la localidad. Unos vestigios prehistóricos que los estudiosos datan en la Edad del Bronce.
Más tarde se asentarían por aquí los íberos, y después llegó la conquista romana. En ese momento el lugar se llamó Marcia, un topónimo que con el paso de los años ha evolucionado hacia el actual de Marchena. Y es que la historia no había hecho más que empezar. De alguna forma, fueron los siglos de ocupación musulmana y los tiempos inmediatos a la Reconquista los que configuraron gran parte del rico patrimonio de esta población andaluza.
Qué ver en Marchena
Actualmente el centro de la moderna Marchena solo coincide parcialmente con su casco histórico. Algo lógico teniendo en cuenta el crecimiento de la población y sus nuevas necesidades. Así que para alojarse o ir de compras lo más apropiado es recorrer el centro moderno. Mientras que para turistear hay que dirigirse al núcleo antiguo. Allí se concentra gran parte de las cosas que hay que ver en Marchena.
Si bien para ello lo primero que hay que hacer es atravesar por cualquiera de las puertas históricas que abren sus murallas. En origen habría más de 3 kilómetros de amurallamiento, pero hoy solo quedan tramos. Y también quedan tres puertas: la de Sevilla o Arco de la Rosa, la puerta medieval del Morón y la puerta de Carmona que da paso a la Alcazaba. Crucemos cualquiera de ellas y descubramos el patrimonio de Marchena.
Iglesia de San Juan Bautista
Posiblemente este templo de arquitectura mudéjar sea la gran joya del patrimonio de Marchena. Lo es por su arquitectura del siglo XV y también por el interior del templo donde destaca su retablo y su coro tallado en maderas nobles durante el siglo XVI. Pero sobre todo es un tesoro por lo que guarda en su sacristía.
Allí cuelgan varios cuadros de unos de los mayores pintores del Barroco español. Ni más ni menos que nueve obras de Francisco de Zurbarán. Es un pequeño museo de este gran artista del Siglo de Oro y que destacó por sus pinturas de temática religiosa, dominadas por unos juegos de luces y sombras que dotan a su arte de gran espiritualidad.
Más iglesias de Marchena
Hay otros templos interesantes que ver en Marchena. La lista es larga, pero queremos detenernos en dos iglesias que están prácticamente pegada una a otra. Son la de Santa María de la Mota y la de Santa María la Pequeña. Esta última perteneció al convento de la Inmaculada Concepción, mientras que la primera construida en el siglo XVI en la práctica fue la capilla privada de los duques que vivían en el palacio vecino.
Palacio Ducal
Mientras que la visita a otros palacios históricos que tuvo la aristocracia en España son un paseo por la opulencia. En el caso del Palacio Ducal de Marchena es todo lo contrario. Es la muestra de cómo también el poder de antaño puede quedar desmantelado. Los duques de Marchena alcanzaron tal grado de ruina que tuvieron que vender la fachada de su casa, la cual hoy está en el Alcázar de Sevilla.
La Alcazaba de Marchena
Al igual que ocurre con las viejas murallas de origen musulmán, también el castillo o alcazaba que había en la parte más alta se conserva solo por partes. Lo principal es la torre octogonal que se descubre al atravesar la Puerta de Carmona. Tal vez su presencia no sea imponente, pero merece la pena subir hasta ahí para contemplar todo el conjunto de la población.
Sin duda desde ahí se aprecia porque podemos considerar a Marchena uno de los pueblos más interesantes de Sevilla. Un lugar que todavía tiene muchas cosas que ofrecernos. Desde su rica gastronomía hasta su devoción por el flamenco, ya que ha sido la cuna de grandes cantaores como Pepe Marchena. Y por si fuera poco, Marchena se incluye en la singular ruta de Washington Irving que une Sevilla y Granada.
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