Puedes encontrarlos en cualquier ciudad de España y todos son pieza clave en la vida cotidiana de sus habitantes. Los tradicionales mercados de abasto son esenciales puntos de aprovisionamiento de productos frescos de todo tipo y, también, lugares de encuentro ideales para el contacto directo entre comerciantes y consumidores.

Algunos de estos mercados son, además, monumentos, pequeños tesoros de arquitectura civil moderna que guardan mil historias entre puestos repletos de mercancías de lo más variadas y de productos gourmets listos para probar. Descubre los mercados de abastos más bonitos y amenos de España e inclúyelos en el recorrido cuando visites la ciudad donde están.

Mercado de Colón (Valencia)

El mercat de Colón, declarado Monumento Nacional, es un magnífico edificio, ejemplo del Modernismo valenciano que, en la actualidad, combina su función principal de mercado de abastos con actividades de ocio y restauración. Abrió sus puertas en 1916, es obra del arquitecto Francisco Mora y su silueta inconfundible sobresale en este céntrico barrio, que fuera primer ensanche de la ciudad.

El mercado es un gran espacio rectangular formado por tres naves unidas por una compleja y bella estructura metálica. En el edificio destacan sus dos fachadas, con gran arco central y ricos adornos, que reciben a todo el que se acerca a comprar productos frescos de calidad o a disfrutar de sus terrazas, restaurantes o cervecerías.

Mercado de San Miguel (Madrid)

Interior mercado de San Miguel, Madrid. Imagen de Paconi, trabajo propio Wikipedia

Fue todo un pionero a la hora de pasar de ser exclusivamente un mercado de abastos a uno también gastronómico, logrando ser, en la actualidad, uno de los mejores mercados gourmets del mundo. La coqueta estructura en hierro y cristal hace que la silueta del mercado de San Miguel llame la atención y su privilegiada ubicación, muy cerca de la madrileña plaza Mayor, lo convierte en parada ‘imprescindible’ en el recorrido por el centro histórico de la capital.

Con más de 7 millones de visitantes al año, este mercado, con más de un siglo de antigüedad, ha sabido adaptarse a los gustos y demandas de los consumidores actuales, que buscan ante todo productos de calidad. Madrileños y turistas acuden a saborear su extensa oferta de tapas, embutidos, platos tradicionales de toda España, vinos, cervezas, vermús

Mercado de la Boquería (Barcelona)

Mercado de La Boquería

La Boquería es todo un emblema de Barcelona cuyos orígenes se remontan a los siglos XIII – XIV, cuando, en el espacio que ocupa el actual mercado, ya se instalaban puestos ambulantes de venta de alimentos.

Hoy en día, este animadísimo mercado barcelonés, en plena Rambla, es un tándem perfecto entre el comercio tradicional, basado en productos frescos de calidad, y una variada oferta gastronómica que conquista a todo el que lo visita, incluyendo turistas de todo el mundo.

En la actualidad, la antigua boquería Sant Josep, que abrió sus puertas en 1836, reúne a más de 200 comerciantes en un entramado de coloridos puestos de todo tipo: carnicerías, fruterías, pescaderías… junto a enclaves ideales para una parada con degustación de ricas propuestas. El edificio actual, que ha experimentado distintas ampliaciones, destaca por la cubierta de metal y vidrio que no se instaló hasta 1914.

Mercado de Atarazanas (Málaga)

Mercado de Atarazanas

Atarazanas es el nombre de uno de los principales mercados municipales de Málaga que hace referencia a los antiguos astilleros nazaríes que ocuparon este recinto hasta el siglo XIV. De hecho, de aquella primera atarazana árabe se conserva el antiguo arco monumental que marca la entrada principal en la fachada del mercado.

El edificio, declarado Bien de Interés Cultural, mantiene su diseño original, según el proyecto realizado por Joaquín Rucoba en 1879, aunque ha tenido varias remodelaciones.

Hoy en día, llama la atención la gran vidriera, en vivos colores, de la fachada posterior, que recibe a los visitantes deseosos de descubrir lo que el actual mercado guarda en su interior. Recorrer los distintos puestos, degustar alguna tapa o adquirir excelentes productos, entre los que no faltan los procedentes del mar y también las frutas exóticas cultivadas en la Axarquía malagueña, es un verdadero placer.

Mercado de la Ribera (Bilbao)

Mercado de La Ribera

La Ribera no puede faltar entre los mejores mercados de España por múltiples motivos. Es uno de los mercados cubiertos más grandes de Europa y, como detalle, hay que recordar que, en 1990, obtuvo el récord Guinness como el mercado Municipal de Abastos más completo.

Además de estos curiosos datos, el mercado de la Ribera tiene encanto propio por dentro y por fuera. Se trata de un coqueto edificio de aires art decó situado en pleno casco antiguo bilbaíno, casi ‘navegando’ en la propia ría.

En su interior, conserva toda la animación de una plaza tradicional que apetece recorrer para asomarse a esos puestos llenos de alimentos de calidad óptima, desde mariscos o sabrosas carnes, hasta frutas y verduras de las huertas cercanas. La oferta gastronómica también ocupa un lugar destacado en este mercado sede de la escuela de cocina ESHBI – Ribera.

La Recova (Tenerife)

Mercado La Recova, Tenerife. Trabajo propio de Mataparda, en Wikipedia

Aunque su nombre oficial es mercado de Nuestra Señora de África, la Recova es como se conoce popularmente a este mercado de abastos inaugurado en 1943. Superada la etapa de cierto declive que supuso, en la década de los 80 – 90, la llegada de las grandes superficies, hoy La Recova es uno de los mercados municipales más importantes de Tenerife y un lugar perfecto para disfrutar de la buena gastronomía y de múltiples actividades de ocio.

Se trata de un mercado autogestionado por la cooperativa creada por los propios comerciantes que, en sus más de 200 puestos, ofrecen una amplia variedad de alimentos de máxima calidad, incluyendo excelentes productos canarios.

En el exterior del recinto, de aires coloniales, destaca el gran arco de medio punto que da la bienvenida a todo el que se acerca a visitarlo. El mercado cuenta con dos pisos y, con el paso de los años, ha ido extendiendo su superficie incorporando la llamada Rambla Azul, una galería externa, a modo de mercadillo, con puestos de todo tipo desde moda, hasta artesanía.

Mercado Central de Valencia

Mercado Central de Valencia

Casi enfrente de la Lonja de la Seda (Patrimonio de la Humanidad), en pleno casco antiguo de Valencia, se encuentra el Mercat Central de la capital de Turia, un mercado de abastos que conserva todo el encanto de antaño a la hora de exponer productos de calidad y un sinfín de propuesta para degustarlos. Con sus 8.000 metros cuadrados, se considera el mayor mercado de productos frescos de Europa y todo el edificio es una espléndida muestra de arquitectura modernista valenciana.

Dentro, los ingredientes de la dieta mediterránea son protagonistas junto a otras originales opciones que van desde sorprendentes encurtidos a deliciosas chacinas procedentes de toda España.

En el recorrido, hay que levantar la vista para contemplar la magnífica cúpula central por la que la luz natural inunda este mercado (tal vez por eso se le conoce como la ‘catedral’ de los sentidos).

Mercado de la Esperanza (Santander)

Mercado de la Esperanza

Hacerse una idea de la calidad y variedad de los productos esenciales de la gastronomía cántabra es sencillo recorriendo los puestos de este bonito y alegre mercado, que se encuentra en pleno corazón de la ciudad, a espaldas del ayuntamiento de Santander. El mercado de la Esperanza, Monumento Histórico – Artístico, es una de las pocas muestras de arquitectura en metal del siglo XIX que existen en España y que además está magníficamente conservada.

Siguiendo el diseño de Eduardo Reynals y Juan Moya, el edificio, de considerables dimensiones, está hecho principalmente en acero y cristal, con basamento en piedra y detalles de estilo modernista. Los productos del mar ocupan toda la primera planta del mercado y llegan directamente desde la cercana lonja. En la segunda, se puede encontrar una extensa gama de alimentos, desde carnes, hasta quesos, conservas (anchoas) o dulces típicos de Cantabria.