Lo cierto es que los museos no suelen ser una de las primeras cosas en las que piensa el viajero cuando prepara un viaje a Berlín. Y es que esta ciudad cuenta con tantos atractivos, una historia tan subyugante y un dinamismo tan cosmopolita que los museos suelen quedar en un segundo plano de cara al recién llegado. Pero, para ser justos, Berlín es una de las ciudades europeas con mayor oferta museística y, además, para todos los gustos. En el siguiente artículo repasamos algunos de los mejores museos de Berlín.
La isla de los museos
Berlín lo pone fácil. Buena parte de los museos más importantes de la ciudad están situados en el mismo espacio: Spreeinsel, la isla del Spree, río que baña la capital germana. Por supuesto, no recomendamos visitar varios en un solo día, mejor dejar uno (o dos, como mucho) para cada jornada.
Altes Museum es el más antiguo de la isla ubicado en un edificio neoclásico de 1830 diseñado por Schinkel. Su función inicial fue la de custodiar la colección de arte de la familia real prusiana, una vez que el rey Federico Guillermo IV ordenó que la parte norte de Spreeinsel se convirtiera en el centro del arte y la ciencia de la ciudad… Y así ha sido desde entonces. Hoy, Altes Museum alberga una importante colección de escultura griega, etrusca y romana además de su famoso gabinete numismático.
Por su parte, Neus Museum, que reabrió sus puertas en 2009, presenta una colección procedente del Museo Egipcio, entre otros, destacando el celebérrimo busto de Nefertiti. Y para obras famosas, el Altar de Pérgamo que da nombre al Museo de Pérgamo —el más visitado de Berlín—que recrea otras míticas construcciones como la Puerta de Ishtar o la puerta del mercado de Mileto: una deliciosa forma de imaginar la Antigüedad.
Ubicado en la punta norte de la isla, el Museo Bode custodia colecciones de escultura y arte de la tardoantigüedad y la etapa bizantina mientras que la Galería Nacional Antigua es el lugar ideal para el aficionado a la pintura moderna, encontrando joyas de Monet o Friedrich. Finalmente, la galería James Simon pone el contrapunto con el diseño contemporáneo del edificio: James Simon, que fue el donante más importante de la Isla de los Museos —a él se debe el busto de Nefertiti—, da nombre a este museo inaugurado en 2019 que funciona como centro de recepción de visitantes, además de albergar exposiciones especiales.
Museo de Arte Contemporáneo de Berlín
Berlín es puro arte contemporáneo —tan solo hace falta echar un vistazo a los grafitis de sus calles— y la ciudad está plagada de galerías y museos consagrados a las vanguardias y las últimas tendencias del arte. Mientras esperamos que reabra de una vez la Neue Nationalgalerie situada en el edificio de Mies van der Rohe y que lleva en obras desde 2015, recomendamos Hamburger Bahnhof, un museo situado en una antigua estación de tren al estilo del parisino Orsay y que calma la sed del aficionado al arte contemporáneo con obras de Andy Warhol, Roy Lichtenstein o el polémico Joseph Beuys.
Topografía del Terror
Viajamos en el tiempo al Berlín más turbio para conocer una de las etapas más salvajes de la historia de la capital alemana. La exposición Topografía del Terror es un imperdible de Berlín: una muestra extraordinariamente bien documentado sobre los centros del terror nacionalsocialista: la Gestapo, las SS y la Oficina Central de Seguridad del Reich. Situada al lado del edificio de la Luftwaffe, las Fuerzas Aéreas alemanas —uno de los pocos edificios berlineses que sobrevivió a los bombardeos aliados—, esta exposición permanente ofrece al visitante una crónica del funcionamiento del aparato burocrático que sostuvo durante años la Alemania nazi.
Museo de la RDA
Junto a la Topografía del Terror, el Museo de la RDA es uno de los más visitados de Berlín. Y es que la República Democrática Alemana todavía sigue despertando fascinación entre nostálgicos y curiosos. Aunque parezca que ha pasado un montón de tiempo, un muro dividía Berlín hace poco más de 30 años. Al ‘otro lado’ estaba la RDA con un sistema político y un modo de vida radicalmente distinto al occidental. Este museo se consagra a recuperar aquellas cuatro décadas de RDA en una exposición muy curiosa en la que te puedes meter, literalmente, hasta la cocina…
Museo de la Stasi
Y después de conocer el lado más pop de la antigua RDA, debemos descubrir la vertiente más inquietante de aquella crítica etapa del Berlín dividido. El Museo de la Stasi nos ofrece un recorrido por los métodos de trabajo de una de las policías secretas más implacables del siglo XX como se puede ver en la película La vida de los otros. Las estrategias de espionaje, contraespionaje e investigación de sospechosos alcanzaron límites inimaginables a ambos lados del muro. El Museo de la Stasi es la mejor forma de descubrir un mundo que nos parece tan lejano, pero que no lo es tanto…
Museo del cine y la televisión
Berlín también es cine. Solo debemos acercarnos a la Potsdamer Platz y mirar a nuestro alrededor: Metrópolis cada vez es menos ciencia ficción. Al lado de esta plaza, los aficionados al cine tienen una visita obligada al Museum für Film und Fernsehen, un espacio con un diseño único que ya en sí mismo justifica la visita: un escenario expresionista que recuerda aquella edad de oro del cine alemán de entreguerras.
La exposición permanente nos llevará de Caligari a Franka Potente, de Fritz Lang a la polémica Leni Riefenstahl. Por cierto, en frente del museo está el conocido como Bulevar de las Estrellas, al estilo Hollywood, consagrado a las estrellas del cine alemán.
Casa de la Conferencia de Wannsee
Y para terminar nuestra selección de los mejores museos de Berlín, una curiosidad, ya a las afueras de la ciudad. La Casa de la Conferencia de Wannsee es uno de los lugares que mejor expresa la escalofriante contradicción de la Alemania Nazi: una preciosa casa de campo a la orilla del lago Wannsee en la que los dirigentes del gobierno del Reich y de las SS se reunieron el 20 de enero de 1942 para organizar la conocida como ‘solución final’: la deportación y exterminio de millones de personas en los campos de concentración de Europa del Este, un lugar casi paradisiaco en el que se fraguó aquel infierno que aún hoy sigue avergonzando a toda la humanidad.
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