El 28 de diciembre de 1895 varios espectadores salieron huyendo del Salon Indien del Grand Café en París: un tren se aproximaba a ellos a gran velocidad. Pero el tren no estaba en el salón, sino que había sido rodado para formar parte de la primera proyección cinematográfica abierta al público de la historia. Pocos días más tarde, un colaborador de los hermanos Lumière llevaba La llegada de un tren a la estación de La Ciotat y otras películas a Madrid causando idéntico impacto. 125 años después, ir al cine sigue siendo una de las actividades de ocio más apreciadas por los madrileños. Estos son los cines más míticos de Madrid que aún resisten.
Cine Doré – Filmoteca Española (Calle Santa Isabel, 3)
Tras la primera proyección en el desaparecido Hotel de Rusia en la Carrera de San Jerónimo, surgieron diversos barracones y salones para continuar deleitando a los espectadores que quedaron deslumbrados por aquel mágico espectáculo. El 19 de diciembre de 1912 surge el Salón Doré dedicado a espectáculos de variedades en los que se incluye el cine. Una década más tarde se construye el actual Cine Doré siguiendo la estética modernista de los cinematógrafos de la época.
50 años después, el Palacio de las Pipas —como se le conocía por aquellos tiempos en el barrio— echa el cierre: durante 20 años, el Doré estuvo abandonado hasta que en 1982 el Ayuntamiento de Madrid adquiere el inmueble y se inicia la restauración que termina en 1989 convirtiéndose en sede de la Filmoteca Española. A día de hoy, el Cine Doré sigue siendo el más antiguo de Madrid y uno de los más antiguos de España.
Cine Ideal (Calle Doctor Cortezo, 6)
Su cartel de neón, las vidrieras y esa inconfundible fachada amarilla con molduras blancas. A cinco minutos del Doré, los madrileños tienen otro de esos cines míticos que ocupan un lugar muy especial en la historia cultural de la ciudad.
Fue en 1916 cuando se inauguró uno de los cinematógrafos con más aforo de su época: nada menos que 3.000 personas según las crónicas. A día de hoy es uno de los preferidos de los aficionados al cine de la capital por su selección de películas en versión original… y por su envidiable ubicación.
Cine Callao (Plaza de Callao, 3)
Pero para ubicación privilegiada la del Cine Callao, uno de los iconos del centro de Madrid. Fue inaugurado en 1926 con un diseño de Luis Gutiérrez Soto, su primer proyecto tras licenciarse en la Escuela Madrileña de Arquitectura. Poco años más tarde, diseñaría también el Cine Barceló, uno de los iconos del racionalismo expresionista madrileño.
El cine Callao, por su parte, responde a un estilo ecléctico que combina detalles historicistas con el gusto Art Decó que triunfaba en los años 20 en toda Europa. El 13 de junio de 1929 esta sala de cine tuvo el honor de proyectar El cantante de jazz, la primera película sonora de la historia del cine.
Palacio de la Prensa (Gran Vía, 46)
Al otro lado de la Gran Vía se erige otro de los edificios históricos del centro de Madrid vinculados desde su inicio al séptimo arte. Aunque su construcción comenzó antes que el vecino cine Callao, la obra se retrasó durante años debido también al lento progreso de urbanización de la Gran Vía.
Una vez finalizado, este edificio multifuncional fue uno de los más altos de la ciudad hasta que el edificio Telefónica rompió todos los registros. El 2 de enero de 1929 se inaugura su cine con la proyección de El destino de la carne de Victor Fleming, cinta muda hoy desaparecida.
Cine Proyecciones (Calle Fuencarral, 136)
Solo la fachada de este cine bien merece una visita: se trata de uno de los testimonios más interesantes de arquitectura racionalista madrileña junto al mencionado Cine Barceló. Manuel López-Mora Villegas y Antonio Sala Bazán dieron forma a este edificio que durante años fue uno de los referentes en Fuencarral.
Tras numerosas vicisitudes, el cine se reinauguró en 2004 tras una intervención de Rafael de la Hoz. En 2015 el inmueble es adquirido por un fondo de inversión manteniendo el alquiler a Cinesa, conocida firma de exhibición con diversas salas en toda España.
Cine Capitol (Gran Vía, 41)
Regresamos a la calle más cinematográfica y teatrera de Madrid para acercarnos al Capitol, otra de las salas más famosas de Madrid. Perteneciente también a la red de salas de cine Cinesa —que a su vez pertenece al conglomerado empresarial chino Wanda— el Capitol está situado en el no menos mítico edificio Carrión. Fue diseñado por Luis Martínez-Feducchi y Vicente Eced inaugurándose en 1933. La Gran Vía no sería lo mismo sin su legendario cartel de neón.
Cines Verdi (Bravo Murillo, 28)
El 11 de febrero de 1926 se inaugura en el número 32 de la calle Verdi de Barcelona el Salón Ateneo Cine, una de las primeras salas de la ciudad. Años más tarde, los Verdi son exportados a Madrid llegando a Bravo Murillo. Hoy en día su cartel de neón sigue siendo uno de los más entrañables de esta calle de Madrid y el Verdi es una de las salas más destacadas por los aficionados al cine de la ciudad gracias a su cuidada selección de cine independiente en versión original.
Cineteca (Plaza de Legazpi 8, en Matadero)
Y aunque la historia de la Cineteca de Madrid es mucho más reciente que las salas mencionadas (fue abierta en 2011), merece un hueco por mostrar un camino de futuro para la exhibición cinematográfica que se ha visto obligada a luchar en los últimos años contra enemigos (más o menos) devastadores como la crisis económica, la piratería, Netflix… y hasta una pandemia mundial. Cineteca Matadero es la primera sala española dedicada en exclusiva al cine de no ficción. Todo ello en una sala espectacular con los últimos medios técnicos.
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