La provincia de Cáceres es una de las más amplias de toda España, concretamente la segunda más extensa, tan solo superada por su vecina Badajoz. Por lo tanto posee una superficie muy variada y repleta de atractivos. Tanto naturales como culturales, si bien la magia de esos lugares es la imbricación entre ambos.
Es el conjunto entre tradiciones, historia y naturaleza lo que marca un recorrido por los más bellos pueblos de Cáceres. Poblaciones que se integran en sitios como el valle del Jerte, la Vía de la Plata, la frontera hispano-lusa, la Sierra de Gata o la comarca de las Hurdes. ¡Descubrámoslos!
Pueblos bonitos de Cáceres
Trujillo
Trujillo no solo es uno de los pueblos más atractivos de Cáceres, también es una de las localidades que mejor expone uno de sus periodos históricos más carismáticos. Los años en los que las tierras extremeñas se convirtieron en tierra de conquistadores, como el famoso Francisco Pizarro, cuya escultura ecuestre domina la Plaza Mayor de su pueblo natal, una de las más bonitas de toda España.
Guadalupe
En Guadalupe se levanta uno de los monumentos más reconocibles del patrimonio de Cáceres. Es el Real Monasterio de Nuestra Señora de Guadalupe. Una obra de enorme interés por su claustro gótico, sus pinturas de Zurbarán o la Hospedería modernizada por Rafael Moneo.
Pero en esta población cacereña todavía hay más cosas que admirar: su antigua judería, el Colegio de los Infantes, la iglesia de la Trinidad o los viejos molinos del entorno.
San Martín de Trevejo
Y de pronto el tiempo se detiene. Estamos llegando a la frontera entre la provincia española de Cáceres y las vecinas tierras portuguesas. Allí nos aguarda San Martín de Trevejo, que parece detenido en un limbo de la Edad Media con su arquitectura tradicional perfectamente conservada a base de edificios que combinan la madera, el barro y la piedra, y calles que se requiebran, suben y bajan. No es extraño que su casco urbano sea Conjunto Histórico-Artístico. ¡Una joya!
Riomalo de Arriba
Ahora viajamos hasta una de las regiones más carismáticas de la provincia, sobre todo desde que hace años le dedicará un documental el oscarizado director Luis Buñuel. Nos referimos a la comarca de Las Hurdes. Allí hay distintos pueblos que plasman el carácter especial de esta tierra.
Y uno de ellos es Riomalo de Arriba que guarda sus casas populares con pizarra negra y tejados curvos, todo ello a un paso del Parque Natural Las Batuecas – Sierra de Francia, ya en territorio salmantino.
Alcántara
La localidad de Alcántara nos propone un viaje mucho más largo en el tiempo. Gracias a su puente sobre el río Tajo, podemos evocar los tiempos del Imperio Romano que dejó un legado tan importante en Extremadura como es su capital: Mérida.
No obstante, en el propio casco urbano de Alcántara podemos dar un paseo por la historia del arte yendo desde los tiempos medievales de la iglesia de San Pedro de Alcántara hasta la elegancia renacentista y barroca de diversas casonas como las de los Reina, los Domínguez o los Bernáldez.
Garganta de la Olla
Esta otra localidad en la comarca de la Vera, una de las más visitadas de toda la provincia de Cáceres es un perfecto ejemplo de una población que se ha sabido adaptar al medio natural. Todo el núcleo se escalona en bancales, y por ahí van surgiendo sus edificios más atractivos como la Casa de la Muñecas o la de la Peña, además de su iglesia parroquial. Y por si fuera poco, en su entorno podemos darnos un refrescante chapuzón en sitios como la Cascada del Calderón.
Robledillo de Gata
Pero si hablamos de una encantadora comunión entre el medio natural, el urbanismo rural y la arquitectura popular, entonces hay que nombrar Robledillo de Gata, obviamente ubicado en la Sierra de Gata.
Esta población está bañada por el río Árrago, el cual horada el terreno e incluso circula bajo las casas. Es un sitio de lo más fotogénico y curioso. Merece un paseo tranquilo y mucho mejor si se va caminando hasta sus ermitas, como las del Cordero o la del Humilladero.
Cabezuela del Valle
Pero si hablamos de zonas turísticas de Cáceres, pocas alcanzan la fama del Valle del Jerte. Espectacular durante la floración de los cerezos, pero que puede ser visitado todo el año, sobre todo por sitios como la localidad de Cabezuela del Valle. Un auténtico laberinto con diversos edificios históricos, las propias aguas del Jerte en el corazón del pueblo y por supuesto un Museo de la Cereza.
Cuacos de Yuste
Antes hemos nombrado Guadalupe y su célebre centro de peregrinación. Pues bien el otro gran monasterio de Cáceres se halla en Cuacos de Yuste. Allí está el Monasterio de Yuste que se convirtió en la última residencia del emperador Carlos I a mediados del siglo XVI. Y de esa misma época son el resto de edificios interesantes de esta monumental población, como por ejemplo la Casa de Juan de Austria o la de Rafael Castaño.
Montánchez
Cuándo pensamos en los productos estrellas de la gastronomía extremeña, hay varios sabores que nos vienen inmediatamente al paladar. Comenzando por sus jamones, y siguiendo por sus vinos y aceites. Pues bien, todo ello se puede adquirir en Montánchez, cuyo entorno de cultivos es de lo más sabroso. Para otear toda esa zona, aquí va una recomendación. Subir hasta el castillo en lo alto de una colina.
Granadilla
Vamos a acabar este recorrido por los pueblos de Cáceres más hermosos yendo hasta Granadilla. Pero no es un pueblo cualqueira. ¡Está abandonado desde hace décadas! En los años 60 se iba a construir en la zona un pantano y Granadilla quedaría inundado.
Así que la población salió del lugar, dejando todo como en reposo. Y así se ha mantenido, ya que finalmente no se construyó aquel embalse. Una fortuna, ya que ahora podemos visitar un sitio tan singular como este.
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