Cáceres, al norte de Extremadura, es una ciudad tan pequeña como acogedora. Y sobre todo muy atractiva. Que no os engañe su tamaño. Es cierto que sus dimensiones no son grandes y que todo está cerca, pero hay mucho que ver. Es fácil pasar como mínimo un fin de semana repleto de visitas en Cáceres, y aún así nos quedarán cosas para un próximo viaje.
Cáceres, Patrimonio de la Humanidad
La ciudad extremeña atesora un patrimonio magnífico y en excelente estado de conservación. Esas son sus armas turísticas y también los motivos para que sea una de las ciudades españolas consideradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. En definitiva, recorramos sus lugares más carismáticos:
La Plaza Mayor
Cualquier recorrido turístico por Cáceres debe comenzar por su plaza Mayor, y seguramente también acabará allí, aprovechando la amplia oferta de restaurantes que abren sus puertas en los soportales de la plaza.
Esta plaza actúa como bellísima entrada a Cáceres, ya que de hecho está fuera de las viejas murallas, y desde la plaza se atraviesa el Arco de la Estrella para adentrarse en el bello laberinto cacereño. Si bien antes de eso os recomendamos fijaros en algunos de los reclamos más atractivos.
En la plaza Mayor de Cáceres está el Ayuntamiento, la Torre de la Yerba y el Foro de Balcos, y sobre todo la Torre de Bujaco, de origen árabe a la que podéis subir para tener una de las panorámicas más hermosas de la urbe.
La Plaza de Santa María
Si la Plaza Mayor de Cáceres es la bienvenida, y la Plaza de Santa María es algo así como el punto álgido de la visita. El patrimonio que os espera en este espacio os puede llevar una mañana de visita. Aquí está la Concatedral de Santa María de orígenes románicos, pero con un interior repleto de arte sacro de diversas épocas, entre el cual destaca un magnífico Retablo Mayor. Al lado del templo está el Palacio Episcopal, la Torre de Espaderos y la Casa de los Carvajal.
Y hemos dejado otra joya de esta plaza cacereña para el final. Nos referimos al Palacio de los Golfines de Abajo. Para algunos en el más bello de Cáceres. Si bien que no os lleve a engaño su fachada a caballo entre el arte gótico y el renacentista, ya que su interior es más moderno, pero de enorme elegancia.
El Museo Provincial
Los palacios en Cáceres son una constante. Otro que debemos mencionar es el de Las Veletas. Entre otras cosas porque hoy está transformado en sede del Museo Provincial. Aquí se puede dar un repaso a la historia de la urbe y como nos indica su nombre, de toda esta provincia extremeña.
No obstante por el mero hecho de descender hasta la planta subterránea del palacio ya merece la pena la visita al museo. Allí nos espera la visión de un viejo Aljibe de época árabe. Un tesoro artístico y acuático de gran valor y una estética de lo más sugerente.
La plaza de San Mateo
De nuevo en el exterior, llegamos a la plaza de San Mateo, cuyo nombre se debe a la iglesia gótica dedicada a ese santo. Aunque no es el único, ya que un paso está el convento de San Pablo, donde ese tradición probar sus dulces.
Iglesia de San Francisco Javier y Casa Museo Árabe
Lo cierto es que abundan las iglesias monumentales en Cáceres. Hay muchas, pero no queremos acabar sin mencionar la de San Francisco Javier, también conocida como de La Preciosa Sangre. No dudéis en subir a cualquiera de sus dos campanarios y en ver la increíble colección de belenes de su interior.
Y al salir, a un paso está la Casa Museo Árabe. Una delicia no demasiado conocida de Cáceres, pero nos proporciona un viaje al siglo XII, cuando esta parte de España estaba bajo el dominio musulmán. ¡No os la perdáis, porque la visita os va a sorprender!
Judería de Cáceres
Además como ocurre en otros lugares con una historia medieval muy conservada, como pueden ser Toledo o Córdoba, también en Cáceres se puede seguir los rastros de la convivencia que hubo entre cristianos, musulmanes y judíos. Estos últimos vivían en el actual barrio de San Antonio. De hecho, la ermita que da nombre a la barriada, originalmente fue una sinagoga.
Y todo esto no es más que el comienzo. Todavía podríamos hablar de Iglesia de Santiago a las afueras o del Colegio de la Compañía de Jesús. Además de nombrar palacios y casonas como los del Generala o la Casa del Mono. O el Palacio del Mayoralgo que guarda viejos restos romanos. Es decir, que definitivamente hay mucho que ver en Cáceres y como decíamos al principio puede que un fin de semana no baste para ver y disfrutar de todo lo que ofrece.
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