Toda la semana esperando la llegada del sábado para enfundarte el mono, ponerte el casco, escuchar el rugido de tu moto y salir de la gran ciudad. Para un motero, las rutas de fin de semana valen su peso en hora. Y más en Barcelona, ciudad española con más motos por habitante, acumulando más de medio millón de unidades. Aunque seguro que conoces algunos de estos itinerarios, a continuación, repasamos las mejores rutas en moto cerca de Barcelona.
Barcelona – Parque del Garraf (40 kilómetros)
Comenzamos nuestra ruta motera desde Barcelona con un itinerario corto pero muy refrescante. Porque no hay nada como respirar el aire del Parque del Garraf, uno de los pulmones verdes más importantes de la provincia de Barcelona.
Con sus 12.000 hectáreas, se trata de un parque ubicado entre las comarcas del Bajo Llobregat, el Alto Penedés y el propio Garraf. Su faceta más sorprendente es que se trata de una gran pradera cubierta de encinares y pinares a un paso del Mediterráneo lo que ofrece una estampa única.
Iniciamos nuestra ruta por la C-32 pasando Casteldefells, para después entrar en la C-31 y empezar a disfrutar de las vistas del mar a nuestra izquierda y del parque a nuestra derecha. Es entonces cuando se nos abren varias opciones para conocer el parque y su entorno.
Podemos empezar tomando la denominada Carretera de Casteldefells en dirección norte, la única carretera que atraviesa al parque. Se trata de una carreterita estrecha que atraviesa el parque hasta alcanzar Olivella pasando por el monasterio Budista del Garraf. Son 20 deliciosos kilómetros en los que respirar aire fresco disfrutando de la carretera y su entorno.
Otra opción muy habitual entre moteros en esta zona es continuar por la C-31 hasta Aiguadolç en Sitges para hacer luego la ruta en sentido inverso hasta el pueblo de Garraf, una ruta conocida por sus miradores: poco más de 10 kilómetros, pero muchas curvas y preciosas vistas.
Barcelona – Montserrat (60 kilómetros)
Esta ruta no necesita presentación, se trata de uno de los itinerarios en carretera más cautivadores de la provincia de Barcelona que nos conduce a un símbolo de toda Cataluña: la abadía de Montserrat.
Ubicado en plena montaña de Montserrat a más de 700 metros de altura, su historia comienza a finales del siglo IX cuando, cuenta la leyenda, apareció la imagen de la Virgen de Montserrat. Fue así como comenzó el culto a la denominada Moreneta que llevó a los locales a construir diversas ermitas que fueron el origen del monasterio construido a partir del siglo XI.
Para llegar a Montserrat debemos tomar la A-2 para después desviarnos hacia la BP-1101 y en la zona del parking Can Maçana, donde se ubica el centro de información de Monserrat, tomar ya la BP-1103 que nos llevará al monasterio. Son tan solo diez kilómetros hasta llegar al destino pero que saben a gloria: uno de los tramos en carretera más simbólicos de Cataluña.
Si tenemos ganas de más y preferimos una ruta diferente para volver a Barcelona, podemos tomar la BP-1121 en dirección Monistrol de Montserrat y, de paso, conocer el monasterio de San Benet de Montserrat en la falda norte de la montaña homónima.
Barcelona – Montseny (90 kilómetros)
30.000 hectáreas de parque entre Barcelona y Gerona, una de las grandes joyas naturales de estas dos provincias y una de las escapadas más habituales de fin de semana por encontrarse bien cerquita de Barcelona, apenas a 60 kilómetros.
Ubicado entre las comarcas del Vallés, Osona y La Selva, el Montseny es un paraíso para los senderistas por combinar paisajes de bosques mediterráneos, centroeuropeos —el bosque natural de abetos más meridional de Europa—, prados, landas, acantilados y eriales: un espectacular y heterogéneo bloque montañoso que es también un placer por sus carreteras paisajísticas.
Para llegar a Montseny desde Barcelona, podemos tomar la C-31 y la C-32 hacia Mataró para luego coger la C-60 hacia el norte. Poco después tomaremos un desvío hacia la C-35, para después coger la BV-5301 que nos conduce ya al interior del parque natural del Montseny.
Una vez en el parque tenemos varias rutas para descubrir Montsery que discurren por la propia BV-5301 y otras carreteras cercanas como la BV-5303. Para abrir boca, por ejemplo, podemos alcanzar Seva desde la propia localidad de Montseny en un fantástico itinerario de 20 kilómetros. Desde Seva podemos también hacer otra ruta por varias localidades que se ubican en el parque como Viladrau y Arbúcies.
Barcelona – Cadaqués (220 kilómetros)
Esta cuarta y última ruta en moto desde Barcelona es la más larga y ambiciosa. Porque sí, gastaremos bastante gasolina y tendremos que darnos un madrugón de aúpa, pero quién puede resistirse a recorrer buena parte de la Costa Brava en moto para terminar en uno de los pueblos más bonitos de toda España.
Aunque la forma más rápida de llegar a Cadaqués desde Barcelona es tomando la AP-7 hasta Figueras, nosotros buscamos una ruta un poco menos concurrida y más seductora para nuestra moto: la mítica N-II que recorre una parte de la costa.
Tras pasar Mataró y Arenys de Mar, empieza lo bueno de camino a Blanes, ya en Girona, la localidad que para muchos marca el inicio de la Costa Brava. Poco antes de llegar a esta localidad, debemos dejar la N-II que continúa hacia el interior para tomar la B-682 que, una vez en Girona, pasa a ser la GI-682 y que será nuestro asfalto en los próximos kilómetros.
A partir de aquí se abre ante nosotros un edén mediterráneo sin parangón que recorre localidades legendarias como Tossa de Mar, Calella de Palagrufell, Begur y Roses.
Y es entonces cuando llega la guinda del pastel: la GI-614, una pesadilla para los que se marean con facilidad y un paraíso para los moteros que disfrutan de las carreteras con curvas que custodian un tesoro al final del camino. Y ese tesoro es Cadaqués, el pueblo blanco de Dalí al borde del Cabo de Creus, el punto más oriental de la península ibérica, uno de los mejores lugares para pasar nuestro reparador fin de semana motero.
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