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Olvidad el sabor a limón, vainilla o chocolate con leche. La nueva generación de helados artesanos rompe con las imposiciones clásicas para apostar por combinaciones que consiguen sorprender y refrescar a partes iguales. Desde la sandía con shiso de Paral·lelo, el kéfir de L’Atelier Barcelona, la cerveza de Cloud o El bocadillo de media tarde de Natalia de Mamá Heladera, os proponemos un recorrido por cinco espacios que apuestan por ingredientes de alta calidad y procesos de elaboración artesanos.

Mamá Heladera, en busca del tiempo perdido

Mamá Heladera

¿Os imagináis recrear un recuerdo en formato helado? Eso es precisamente lo que propone Irene Iborra, fundadora de Mamá Heladera en el barrio de Poblenou. Los clientes le explican detalladamente una experiencia o un recuerdo y ella lo convierte en un sorbete o un helado ad hoc. Cada semana elaboran dos sabores nuevos, que rozan la neurogastronomía, y conservan aquellos que más éxito tienen.

Actualmente destacan los sorbetes Sin eufemismos (açaí con plátano, pasta de cacahuete y lichi) y Tarazona (tomillo, romero, frambuesas y moras), así como Tardes de verano con la yaya María (sorbete de moras y agua de mar) y Recuerdo de primavera (helado de mascarpone con fresas, naranja, manzana y canela). Como novedad, empezarán a idear helados para bodas que recreen la historia de amor de los novios.

Cloud, la búsqueda de los helados umami

Cloud Heladería

Esta heladería de Gracia ideada por Maurizio Lunardi equilibra a la perfección sabores, matices y cremosidades. El maestro heladero, que cuenta con otras heladerías en Italia seleccionadas por la prestigiosa guía Gambero Rosso, prepara cada una de sus propuestas diariamente. Entre los sabores que más triunfan, destaca los que elabora con pistacho (variedad Bronte natural, pistachos sicilianos tostados, pistachos iraníes…) y también el helado de crema umami, que busca reconfortar todos los sentidos en un único bocado.

También convierte tartas de Santiago en helados y elabora opciones con fragola y aguacate con el mínimo azúcar. Y es que Lunardi quita todo lo innecesario para que el producto final sea lo más auténtico y natural posible. Artesanía y atención personalizada que nos trasladan al corazón del Piemonte.

L’Atelier Barcelona, con alma de pasteleros

L’Atelier Barcelona

Los helados de L’Atelier Barcelona siempre son una apuesta segura. La pastelería ideada por Eric Ortuño y Ximena Pastor se posiciona, año tras año, como uno de los mejores lugares de L’Eixample para disfrutar de opciones artesanas de sabor intenso. Encontraréis propuestas tan curiosas como el helado de pecan pie, el de cúrcuma latte y el de cascarilla de cacao, así como pasteles Tatin, Sacher y Selva Negra en versión helado.

Su propuesta más demandada, no obstante, es el cono de croissant con soft de vainilla, praliné de avellana, caramelo salado y galleta Reus (Mejor Pasta de Té Artesana de España en 2020). Para rizar el rizo, The Champ es un helado soft de vainilla con trozos de esta galleta sobre un mini panettone de chocolate. Muy recomendable también es su affogato con Cafés El Magnífico.

Paral·lelo, los helados más contemporáneos

Paral·lelo

Matteo, Marco y Francesco han creado un universo en el que la temporada y la imaginación dictan sabores radicalmente propios a tocar de la Diagonal. Las novedades de este verano incluyen sabores como el de parmesano con ciruelas, el de miel de romero, el de melón con menta o el de chocolate negro de L.O.T. con café SLOWMOV, que remarca la colaboración con dos grandes proyectos de la ciudad.

También tienen diversas opciones veganas, como el mítico polo de pistacho recubierto de chocolate negro, y otros polos tan originales como el de té matcha con chocolate blanco y coco, así como cookies y brioches elaborados en su obrador. Su buen ojo con los proveedores locales y su espíritu libre de normas los posicionan como los enfants terribles del mundo heladero barcelonés.

Aurélien, la física de los helados

Aurélien

La tendencia de helados de autor no para de crecer en Barcelona. Un buen ejemplo es este local del barrio de Gracia que apuesta por sabores naturales y contrastes de vanguardia. El proyecto ha sido creado por el físico Aurélien Léon, que aplica sus conocimientos científicos a la elaboración heladera.

Es por ello que sus sabores son tan originales, como demuestran los helados de flores y especias como el de jazmín, lavanda, rosa y azafrán, así como el de miel de naranjos de la Sierra Nevada o el best-seller de dátiles. Mantecados a diario, todos los sabores apuestan por fruta y leche de productores locales y priorizan las opciones veganas y libres de gluten. Si os gusta el contraste de temperaturas, la recomendación es introducir la bola de helado que más os guste en bollo de croissant caliente. ¡Magia!