La Edad Media tiene mala fama. Por suerte, esos clichés están desapareciendo gracias a las nuevas investigaciones que, efectivamente, niegan que el medievo fuera tan terrible y el Renacimiento tan maravilloso.
Ajustes de cuentas históricos aparte, lo que es seguro es que las ciudades medievales siguen despertando la admiración y sorpresa de quienes las visitan. ¡Además en Europa sobran! Si te estás preguntando cuál elegir para tus vacaciones, te lo ponemos fácil con esta selección de las 10 ciudades mejor conservadas de Europa (a nuestro parecer). ¡Vamos allá!
Rocamadour
En general, lo que se vive cuando se viaja por la región francesa de Midi-Pyrénées es una sensación de síndrome de Stendhal constante debido a que en esta zona se encuentran tantos castillos y ciudades medievales como en medio continente europeo. Rocamadour no es una de las localidades más populares y, sin embargo, se convierte en una visita obligada por su belleza y carácter pintoresco.
Cuenta con una antigüedad que se remonta al siglo XII y en este pueblo de cuento de hadas hay rincones tan espectaculares como el santuario, la Cueva de las Maravillas. ¿La mejor manera de visitar Rocamadour? En coche o en Camper. Es una experiencia única.
Carcassone
Para muchos esta es la ciudad medieval mejor conservada de Europa. Y no están nada alejados de la realidad. Considerada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco (por cierto, todas las ciudades de las que hablaremos lo son), la ciudadela es una suerte de retorno al pasado. ¡Incluso es habitual ver espectáculos de espadas dentro!
Dentro de ella se encuentra el castillo condal, la basílica Saint-Nazaire, la catedral, el canal du Midi y los parques y jardines. El precio de entrada de Carcassone es 12€ por adulto y 6€ por niños de hasta 10 años. Los menores de 5 años entran gratis.
Conques
Conocida entre los viajeros por ser una de las paradas dentro del Camino Francés de Santiago cuenta con solo 300 habitantes pero es una de las poblaciones más visitadas de Midi-Pyrénées. A pesar de que puedes visitar ciertos monumentos como la Abadía Sainte-Foy que lo diferencian del resto, lo cierto es que será lo que menos te importe. Pasear por sus callejuelas y perderte entre sus casas tradicionales será suficiente.
Si tienes la suerte de viajar por tu cuenta, no te puedes perder uno de los atardeceres más hermosos de Europa en el que las casitas se impregnan de las tonalidades del cielo. ¡Un espectáculo!
Saint Michel
También llamado Mont-Saint-Michel es el Minas Tirith francés por excelencia. Quizás lo que le resta autenticidad a una de las ciudades medievales mejor conservadas de Europa es el hecho de que cada vez es más turística. Este mal también lo padece Carcassone. Puede que incluso se den cita más viajeros que en la urbe de la ciudadela en proporción ya que esta última tiene un precio de entrada por lo que se limita bastante la afluencia de viajeros mientras que Saint Michel no.
El entorno natural de Saint Michel también merece la pena, sobre todo si tienes la suerte de visitarla con la marea alta. La joya de Normandía culmina en la no menos monumental abadía del Mont Saint Michel. Las vistas desde lo alto de la antigua ciudadela son insuperables.
Berna
No es la única en Suiza ni mucho menos pero es una capital y eso la convierte en un caramelo apetitoso para el viajero que quiere conocer una ciudad europea bien conservada sin tener que complicarse demasiado en tomar diferentes medios de transporte y pasar horas entre trenes y autobuses.
En Berna te puedes perder durante horas pero desde luego que la principal atracción es su centro histórico que, originariamente, estaba datado en el siglo XII. Por cierto que en la época navideña tiene uno de los mercados navideños de Europa que merece la pena visitar.
Dinant
A orillas del río Mosa se yergue esta ciudad belga que tiene el orgullo de ser una de las más bonitas del país – aunque no la única -. Al fin y al cabo hablar de Bélgica es imaginarse localidades como Brujas, de una belleza que supera todas las expectativas que se puedan tener. Adéntrate en el castillo renacentista de la ciudad, en su fortaleza medieval y visita el castillo de Velves, del siglo XV.
Hallstatt
Como todas las demás, Hallstatt está considerada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. Nos encontramos con una localidad plagada de lugares de interés que van desde la mina de sal o la plaza principal hasta el macabro osario de la ciudad. No olvidemos que numerosas ciudades europeas siguen manteniendo su propio osario, como sucede con la Capela de los Osos en la ciudad portuguesa de Évora. En Hallstat, además, te enamorarás de su entorno natural, uno de los más hermosos de Austria.
Toledo
Toledo no necesita presentación. Es posiblemente la urbe medieval española mejor conservada aunque es cierto que otras como Ávila le siguen a la zaga. La ciudad es tan famosa por su casco histórico como por sus espadas. En ella podrás perderte por el Monasterio de San Juan de Los Reyes o contemplar la espléndida Iglesia Catedral Primada. Un imponente espectáculo tanto para los amantes de la arquitectura como para los neófitos.
Guimaraes
Desde el castillo de la ciudad hasta el palacio ducal o los antiguos asentamientos conforman un todo muy atractivo para el viajero que se identifica como uno de los destinos más populares para los visitantes. Los habitantes se enorgullecen de vivir en donde, según dicen, nació Portugal.
Besalú
Terminamos con Besalú porque de veras merece la pena conocerlo a fondo. A pesar de que solo es un pueblo de interior de Girona y no la propia capital(que, por cierto, también merece la pena), el estado de conservación en el que se encuentra es francamente impresionante. No dejes de pasear por su centro histórico que data del siglo X. En Besalú no te pierdas la antigua fortaleza y los barrios incluidos en ella, entre ellos el barrio judío.
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