Las obras de Jaume Plensa (Barcelona, 1955) irradian espíritu, promesa y sensibilidad, son esculturas que comunican, que se abren al mundo. Las cabezas femeninas del artista catalán han logrado ganarse el favor de crítica y público, algo poco habitual en la disciplina escultórica, a menudo demasiado hermética, demasiado preocupada por sí misma. Su último hito ha sido Water’s Soul, su celebrada instalación en Newport al otro lado del Hudson, nuestra primera parada en un viaje alrededor del mundo descubriendo la obra de Jaume Plensa.
Jersey City (Estados Unidos)
Una escultura monolito de 22 metros de altura que desde Newport pide silencio a Manhattan, la ciudad que nunca duerme y a la que tal vez le vendría bien un descanso. Pero Plensa matiza que su obra no pretende callar la Gran Manzana, sino que pide silencio para escuchar el sonido del agua, el rumor del Hudson.
El artista catalán suma así un nuevo hito en su carrera, una gigantesca obra titulada Water’s Soul y que pone en primer plano la importancia del agua como parte indispensable del ser humano y del ecosistema. Carlota —que así se llama la niña— es una estatua de 30 toneladas formada por 114 módulos de fibra de vidrio, polvo de mármol y óxido de calcio que aporta eso tono blanco puro que tanto destaca sobre el azul y gris de Nueva York.
Chicago (Estados Unidos)
Crown Fountain (2004) fue una de las primeras grandes instalaciones urbanas de Plensa. Ubicada cerca de la bulliciosa Michigan Avenue en pleno Millennium Park, el artista catalán apostó en este caso por crear una fuente formada por dos torres de 16 metros de altura formadas por acero, vidrio, granito y pantallas LED por la que discurren una lámina de agua en la que aparecen los rostros de 1000 residentes de Chicago.
Una interpretación contemporánea de la vieja gárgola vertiendo agua desde su boca: una idea ciertamente chocante que terminó fascinando en Windy City y que le abrió las puertas de diversos proyectos alrededor del mundo.
Gustavsberg (Suecia)
El agua, el silencio, el lenguaje, la poesía y el cuerpo. Los temas que desarrolla Plensa provienen de “una espiral de obsesiones” tal y como afirma el artista catalán. Y es que vivir entregado a las obsesiones puede ser de lo más peligroso, pero si consigues domar la obsesión y transformarla en material artístico ya tendrás la mitad del camino recorrido.
Eso ha hecho Plensa en Ainsa VI, volviendo una vez más a reflexionar sobre la poesía y el cuerpo en una figura perfilada por letras al borde del agua en Gustavsberg, una pequeña ciudad en la isla de Värmdö, al este de Estocolmo.
Venecia (Italia)
Dice Plensa que suele tener envidia de sus esculturas por la maravillosa ubicación de muchas de ellas. Es el caso de Rui Rui, una escultura temporal que estuvo colocada en el Palazzo Cavalli-Franchetti de Venecia en el contexto de la 55ª Bienal de Venecia. De nuevo con los ojos cerrados, tal y como es habitual en Plensa, seguro que esta cabeza femenina, cuando nadie miraba, echaba un vistazo al Gran Canal, que la belleza también está en el exterior, sobre todo en Venecia.
Niza (Francia)
Este grupo escultórico se ubica en la Plaza Masséna, espacio que, cada carnaval, vibra de luz y color en uno de los grandes eventos anuales de Niza. Este grupo de hombres sobre altos pedestales se unen a la fiesta tiñéndose de vivos colores cuando cae la noche. Ubicado a lo largo de un tramo del tranvía que recorre la ciudad francesa, este insólito grupo escultórico representa los siete continentes.
Río de Janeiro (Brasil)
“Es un homenaje a los habitantes de Río. Ellos mantienen una maravillosa relación con la naturaleza, pero les falta el arte en el espacio público”. Y a Plensa no se le ocurrió mejor forma de solucionar el problema de la falta de arte en los espacios públicos que ofrecer a los cariocas una de sus gigantescas cabezas surgiendo de las idílicas aguas de la playa de Botafogo, sin duda una de las ubicaciones más asombrosas de una obra del artista catalán.
San Petersburgo (Rusia)
Regresamos a Europa en este viaje alrededor del mundo siguiendo la obra de Jaume Plensa para volver a disfrutar del sueño con Carlota, la misma niña que pide silencio a los neoyorquinos. En este caso, la cabeza de Plensa se ubica a las puertas del Museo del Hermitage en San Petersburgo, una estampa deslumbrante como nos tiene acostumbrados el artista catalán.
Ogijima (Japón)
Aunque Jaume Plensa se ha hecho célebre estos últimos años con sus cabezas femeninas, el autor catalán también ha diseñado otro tipo de instalaciones como es el caso El Alma de Ogijima, un embarcadero cubierto por un techo elaborado con diferentes alfabetos con letras en hebreo, latín, árabe, ruso, hindi y, por supuesto, japonés. Tal y como el propio Plensa afirma: “los alfabetos son los autorretratos de las culturas y el mejor ejemplo de la diversidad en el mundo”.
Para elaborar este proyecto Plensa se asoció con el arquitecto Tadashi Saito. La idea era ofrecer a la comunidad de la isla de Ogijima en el mar de Seto un espacio para recibir a los viajeros, un lugar que comunicase al recién llegado que, venga de donde venga, es bien recibido.
Madrid (España)
Y finalizamos este viaje alrededor del mundo siguiendo la obra de Jaume Plensa en la plaza de Colón en Madrid donde, desde diciembre de 2018, descansa la mirada de Julia, una niña que, desde entonces, ha conmovido el corazón de los madrileños hasta el punto de que ya son muchos los que piden Julia no se despida de Madrid este mes de diciembre, tal y como estaba previsto.
Y es que esta niña nos dice algo, Julia nos susurra al oído. Es un secreto que cada espectador descubre por sí mismo. Para Plensa es un “canto a la ensoñación”, pero para un espectador puede ser otra cosa. Pero es, que es lo importante.
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