Te vas de viaje, con móvil y/o cámara de fotos preparados, toda la ilusión del mundo, has visto ese monumento millones de veces en todo tipo de medios y publicaciones, revistas, televisión, periódicos, etc… tus expectativas son tremendas y cuando llegas… ¡Oh! ¿Pero qué es esto? ¿Te suena? Se trata de los monumentos más decepcionantes del mundo.
Puede ser por pequeños, por sucios, por estar atestados de turistas o otros factores, pero el caso es que el planchazo puede ser de órdago. Vamos a ver algunos de ellos que son comunes en todas las listas que pululan por el mundo. Pero estaremos encantados de conocer cuáles os dejaron más fríos que comerse un Frigopie en enero.
La Sirenita, Copenhague
Dinamarca es un país muy bonito con construcciones típicas, castillos de fábula, paisajes de cuento… Y hablando de cuentos, ¿quién no recuerda la famosa Sirenita de Hans Christian Andersen, posteriormente llevado al cine por Disney? Por supuesto que cuando vas a visitar el famosísimo monumento danés, tú igual ya te has creado la imagen en tu mente de Ariel a tamaño real, y no solo eso, te has imaginado el parque temático en el que están Neptuno, sus hijas e incluso el cangrejo Sebastián si te descuidas, en una playa estupenda con sus rocas.
Pero lo cierto es que en Copenhague hay unas cuantas rocas, mar y una estatua muy chiquitita de la Sirenita, porque mide poco más de un metro, y se ubica en una zona con vistas industriales que deja a casi todos los visitantes con cara de sorpresa, y no precisamente para bien.
Paseo de la Fama, Hollywood, Los Ángeles
“Algunos sueños se hacen realidad, otros no, pero sigue soñando, esto es Hollywood”. Imagina ver esas estrellas en el suelo y pensar que estás en la fábrica de los sueños de millones de actores y actrices de todo el mundo. Ya observas la foto perfecta, te vas sentir famoso por un día.
Y cuando llegas… estrellas no van a faltar, porque hay más de 2.000, y tampoco brillo en la acera, al igual que un montón de artistas callejeros, vagabundos, turistas fotografiando cada una de las estrellas… Eso es hoy en día el Paseo de la Fama. En la tónica de lo que es Los Ángeles, una ciudad sucia, peligrosa y con construcciones desvencijadas. Ya lo dicen, la fama cuesta, en especial si la calle es tan larga.
La Gioconda. Museo del Louvre, París, Francia
Ahora te ves observando tan famoso y significativo cuadro de cerca y durante el tiempo que necesites hasta que desveles el significado de su sonrisa. Ya te estás preparando hasta el discurso de agradecimiento del premio que vas a recibir por realizar un descubrimiento de tanta envergadura…
Bueno, por intentarlo que no quede si llevas zapatos que te eleven y unos prismáticos, puesto que, además de que la obra en cuestión no es muy grande (77x53cm), el enjambre de turistas que rodean a la parisina Gioconda hace que sea más difícil acercarse a ella que a Justin Bieber.
Stonehenge, Inglaterra
Un lugar mágico, de culto, un avance en los conocimientos astronómicos hace cinco mil años. Los enigmas que rodean a este monumento megalítico son muy interesantes, pero si quieres sentirte como el Mago Merlín, puede ser que en este caso la alquimia te falle y te deje chamuscado.
Después de un viaje de más de 100 kilómetros, no podrás contemplar Stonehenge más que de lejos, y probablemente el clima sea espantoso fastidiando la gama de colores del paisaje. No te preocupes, la magia es así, tiene sus trucos. Lo mismo encuentras una espada clavada en la roca y te conviertes en el próximo Rey Arturo. Quien no se consuela…
Manneken Pis, Bruselas, Bélgica
Vale que es un símbolo para los habitantes de Bruselas y que las leyendas indican que se trata de un niño pequeño. Pero realmente ¿era necesario que fuera tan pequeño este Manneken Pis? Igual si fuera más grande el chorro de pis sería tipo catarata y mojaría a los turistas. Sea como fuere, si eres miope, no olvides las gafas porque entre lo pequeñín que es y la cantidad de turistas que hay, te va a costar verlo.
La Torre de Pisa, Italia
No cabe duda que la Torre de Pisa es uno de los monumentos más fotografiados del mundo y cada día miles de personas se acercan en excursiones hasta esta localidad para admirar su belleza. Pero sinceramente, no es para tanto. Si te acercas a Pisa, harás la típica foto sujetando la Torre y al cabo de diez minutos te preguntarás si merecía la pena el viaje. Porque no hay mucho más.
La plaza donde se ubica el famoso monumento es bonita, eso sí, pero ahí comienza y acaba la visita a Pisa. Con el agobio además de verte rodeado por miles de turistas que llegan en auténticas mareas humanas. A pocos kilómetros de Pisa puedes encontrar la localidad de Lucca, mucho menos conocida que su vecina pero indudablemente mucho más bonita y recomendable.
La Estatua de la Libertad, Nueva York, EE.UU.
La famosa figura es sin duda emblema y símbolo de Nueva York. Y la verdad es que desde lejos se ve imponente dando la bienvenida al nuevo mundo. Desde ese punto de vista quizás se injusto situarla como un monumento decepcionante, pero la realidad es que si viajas a Nueva York te puedes ahorrar su visita. Se tarda en llegar hasta su isla, tendrás que aguantar largas colas y férreos controles de seguridad para una construcción que desde cerca pierde mucho. Casi mejor si dedicas tu tiempo en la ciudad para otras cosas.
Las Pirámides de Guiza
Vamos subiendo el nivel y seguramente este ejemplo ya no te valga. Porque vale, hay que reconocer que vistas de cerca las Pirámides son espectaculares y resulta impresionante viajar en el tiempo y pensar cómo fue posible su construcción. Pero hay que asumir que la experiencia es bastante decepcionante.
Primero porque en tu cabeza te imaginas las Pirámides en mitad del desierto y en realidad la ciudad del Cairo prácticamente las ha absorbido. Y luego, porque el negocio turístico que hay alrededor, con cientos de pesados vendedores molestando, no ayuda a evadirse y disfrutar de las vistas. En fin, tampoco te vamos a recomendar no visitar las Pirámides si vas a Egipto, pero baja tus expectativas por si acaso.
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