No hace falta irse a Dakota o a Montana en Estados Unidos para admirar un paisaje de tierras baldías. En España también sabemos lo que son las bad lands: las Bardenas Reales de Navarra, las tierras baldías de Huesca… y el Desierto de Tabernas en Almería, el que dicen es el único desierto de Europa. Aquí llueve poco, reina el silencio y las lagartijas no están para bromas. Pero si afinas bien el oído tal vez escuches silbar las balas…

A 30 kilómetros al norte de la capital de la provincia se extiende uno de los parajes naturales más asombrosos de España. Con una extensión de 280 km² plagada de cañones, cárcavas, barrancos, canales, chimeneas de hadas —esas columnas de roca con caprichosas formas en sus picos que caracterizan las tierras baldías—, el Desierto de Tabernas deja estupefacto al viajero: ¿cómo es posible que a pocos kilómetros de este maravilloso infierno esté el Parque Natural del Cabo de Gata y algunas de las playas más bonitas de la Costa de Almería?

El desierto de Tabernas, un paisaje único

Desierto de Tabernas
Desierto de Tabernas

La sorprendente orografía de Tabernas tiene una sencilla explicación. Hace 10 millones de años, el mar cubría esta depresión en cuyos taludes se fueron depositando gran cantidad de materiales blandos. Al retirarse el mar de este territorio, los materiales quedaron expuestos a los procesos erosivos.

Junto a ello, hay que señalar el aislamiento de las humedades del Mediterráneo por la protección de varias cadenas montañosas —la sierra de los Filabres, al norte; la de Alhamilla, al sur y Sierra Nevada, al oeste— lo que tiene como resultado una precipitación media anual de poco mas de 200 mm —en buena parte de las regiones del norte peninsular la media supera los 800 mm—. ¿El resultado? Un paraje inquietante, inhóspito y fascinante.

Pese a que las temperaturas medias del Desierto de Tabernas rondan los 18 °C, se han superado en numerosas ocasiones los 40 °C en verano, aunque sin llegar a rozar el récord del Valle de la Muerte en California. Y aunque llueve poco, las tormentas suelen ser salvajes lo que desfigura aún más las malas tierras almerienses ayudando a configurar esa orografía en taludes que tanto alucina al viajero.

Qué hacer en el Desierto de Tabernas

Desierto de Tabernas
Fuente: Wikipedia

Lo primero, admirar el paisaje. Lo segundo: una buena gorra, calzado cómodo y una cantimplora. Y a recorrer el desierto. Tranquilos, esto no es el Sahara ni el Gobi. Hay buenas formas de atravesarlo sin peligro de perderse.

Nosotros recomendamos el conocido como Sendero del Desierto (PR-A 269) que nos conduce a través de las ramblas de Tabernas en un recorrido prácticamente llano de unas 3 horas que empieza y termina junto al mismo punto: el panel informativo del sendero al lado del Parque Temático Oasys MiniHollywood a 8 kilómetros al sur del pueblo de Tabernas. Se recomienda evitar las horas centrales del día, sobre todo si es verano, y cuidado con el invierno: como en cualquier buen desierto, las noches invernales pueden ser muy frías.

Otra opción es recorrer la zona en bicicleta por la conocida como Ruta Cicloturística Tabernas – Lucainena de las Torres de unos 23 kilómetros que corre paralela al fondo de la ladera norte de Sierra Alhamilla. Se atraviesa el paisaje típico de estas bad lands cruzando ramblas y subiendo y bajando por pendientes suaves.

Desierto de Tabernas
Fuente: David Rubio

Otra opción más cómoda pero también espectacular es subirse a un 4×4 y realizar una visita guiada al Desierto de Tabernas. No solo conocerás este espectacular paraje natural, sino que contarás con explicaciones de guías especializados que te contarán todas esas historias que rodean el mito de Tabernas.

Y, por supuesto, no nos podemos ir del desierto sin acercarnos a Tabernas, el pueblo. Con poco más de 3.500 habitantes, el pueblo se encajona entre los taludes del desierto dejándonos algunas panorámicas espectaculares. Además de tomar unas cañas y probar la gastronomía almeriense podemos acercarnos al castillo de Tabernas, una fortaleza nazarí en ruinas desde la que también tenemos espectaculares estampas.

El Desierto de Tabernas y el cine

Desierto de Tabernas
“Por un puñado de dólares”

Uno de esos viajeros que quedó extasiado ante el panorama tabernero fue Sergio Leone. El director italiano aterrizó en Tabernas en 1959. Buscaba localizaciones para Los últimos días de Pompeya, uno de esos peplum italianos que todavía estaban de moda a finales de los 50. Leone sustituía al director por enfermedad y descubrió que el desierto almeriense podía ser un buen escenario para recrear uno de los desastres naturales más famosos de la historia. Pero a Leone se le ocurrió que, además de representar la furia de un volcán, en Tabernas bien podrían silbar las balas del Far West.

Cinco años más tarde se trajo a su equipo hasta aquí, incluyendo a un tal Clint Eastwood. ¿La película? Por un puñado de dólares, primera parte de la conocida como Trilogía del dólar. El éxito fue abrumador: se consolidó el subgenéro conocido como spaghetti western, Clint Eastwood se convirtió en un nuevo icono del cine y Tabernas apareció en el mapa de las producciones cinematográficas: primero en las europeas… y después en Hollywood.

Clint al aparato: “Almería no tenía aeropuerto y para llegar había que soportar nueve horas y media en coche por caminos polvorientos y estrechos desde Madrid. Y una vez allí no había absolutamente nadie que hablara inglés en toda la ciudad. Nadie (…) Unos hablaban en español, otros en italiano, otros en alemán y yo no entendía más que inglés, que Leone hablaba fatal”. ¡Pero qué bien lo pasamos! ¿Eh, Clint?

Poblado mexicano en Tabernas
Poblado mexicano en Tabernas

El ascendiente del séptimo arte en Tabernas es tal que existen hasta tres parques temáticos que rememoran la época dorada de las vaqueradas taberneras: Parque Temático Oasys MiniHollywood, escenario en el que se rodó parte de La muerte tenía un precio y El bueno, el feo y el malo —cuya famosa escena final en un cementerio se rodó en Burgos—, Fort Bravo Texas Hollywood y Western Leone, escenario de Hasta que llegó su hora, obra maestra incontestable del director italiano, ya sin Eastwood, pero con Charles Bronson, Henry Fonda y Claudia Cardinale.

La visita a uno de estos parques temáticos es una de las actividades obligadas para el viajero que llega a Tabernas, sobre todo si va con niños, que se lo pasarán pipa en estos escenarios que recrean los viejos poblados del Lejano Oeste.

Y, por último, citar el Almería Western Film Festival que en octubre de 2019 cumplió su 9º edición. Y es que aunque los tiempos de Clint y Leone ya han pasado, el Desierto de Tabernas todavía tiene mucho que aportar al séptimo arte y cada año siguen celebrándose en la zona numerosas rodajes: hace poco más de dos años Joaquin Phoenix, alias Joker, se pasaba por Almería para rodar The Sisters Brothers. Las lagartijas de Tabernas no se libran: siguen vigilando las espuelas de los cowboys desde hace 60 años.