Hemos aprovechado la presentación del Anuario 2020 sobre el estado de las áreas protegidas de España para conocer la situación del ecoturismo en nuestro país. Al fin y al cabo, España es el país de Europa con mayor diversidad biológica y el que cuenta con más porcentaje de territorio protegido, lo que nos ofrece una cantidad inmensa de posibilidades para acercarnos a la naturaleza y disfrutar de la misma.
La pandemia ha potenciado además un tipo de turismo más cercano, más preocupado por disfrutar de espacios naturales y al aire libre. Hemos hablado con tres expertos para conocer cuál es la importancia de estas áreas protegidas y cuáles son las mejores estrategias para concienciar al turista y a las autoridades públicas.
Javier Puertas de la Federación Europarc
Recientemente se ha presentado el Anuario 2020 sobre el estado de las áreas protegidas de España. ¿Cuáles serían sus conclusiones más destacadas?
Se puede afirmar que 1 de cada 3 pasos lo damos en un área protegida. El diverso y rico patrimonio natural en España ha sido objeto de reconocimiento a través de diferentes figuras de protección de la naturaleza, a través de diferentes áreas protegidas, lo que contribuye a la conservación en un sentido amplio y al mantenimiento de los numerosos beneficios que para el bienestar humano genera la naturaleza adecuadamente gestionada. Estas son las luces. En las sombras, no se está produciendo un aumento de los recursos (económicos, materiales y humanos) acorde al incremento de la superficie protegida.
¿Está afectando ya el cambio climático a nuestro país?
El cambio climático está afectando a nuestro país, también lógicamente a nuestros territorios protegidos, que son arte y parte en la lucha contra el cambio climático. Desde la perspectiva de la mitigación, como bien se reconoce en la Red Natura 2000, hay numerosos sistemas naturales forestales que están contribuyendo a la fijación de CO2.
Desde la perspectiva de la adaptación al cambio climático, en la mayoría de los espacios naturales protegidos en los que hay gestión activa del territorio, particularmente en los parques naturales y nacionales, se llevan a cabo actuaciones de gestión sobre el territorio considerando los escenarios de cambio climático a diferentes escalas.
¿Cuáles son las zonas que se encuentran en mayor peligro?
Los espacios naturales protegidos de montaña y los espacios litorales, junto con los humedales, espacios fluviales y ecosistemas acuáticos en general, son los ecosistemas más sensibles a los impactos del cambio climático, que afectan a muchas especies y procesos naturales fundamentales. También el cambio climático está afectando a la vida en nuestros mares y océanos.
Los espacios naturales protegidos, tanto terrestres como marinos, juegan un papel fundamental como centinelas del cambios, como observatorios de las afecciones sobre el medio natural derivadas del cambio climático.
Ignacio Jiménez, de Fundación Global Nature y coordinador de la campaña Nuestros Espacios Protegidos
¿Crees que en España se valora lo suficiente la riqueza natural de nuestro país?
Creo que los españoles tenemos otros temas identificados como motivo de orgullo e identidad nacional, como sucede con la gastronomía, los lugares históricos o los deportistas profesionales. Poca gente sabe que tenemos la mayor diversidad biológica de Europa y menos todavía la mayor superficie terrestre protegida por país. Y lo peor es que, aunque lo supiéramos, probablemente nos parecía algo trivial porque no apreciamos su importancia.
Por eso es tan importante comunicar esta riqueza nacional y, sobre todo, explicar el papel crucial que ésta juega no sólo en términos ambientales sino también económicos, sociales, sanitarios y culturales. Ese es el propósito fundamental de nuestra campaña: demostrar lo mucho que tenemos en este sentido y lo mucho que esto hace que nuestras vidas sean más ricas, para –a partir de ello– que empecemos realmente a cuidar (y disfrutar) este patrimonio.
¿Por qué es tan importante el cuidado de estas zonas protegidas?
Las zonas protegidas representan las áreas de nuestro país que tienen una clara vocación para, no sólo conservar, sino también producir naturaleza. Esta naturaleza es esencial para el funcionamiento de nuestras sociedades. Sin estas zonas no tendríamos el agua que usamos o buena parte de los suelos que generan nuestra comida, las catástrofes ambientales se multiplicarían (como sucede en Haití).
Igualmente las culturas locales adaptadas al medio desaparecerían y los españoles sufriríamos un sinfín de dolencias psicológicas y físicas asociadas con la ausencia del contacto cercano con la Naturaleza. La evidencia médica acumulada en las últimas décadas en este sentido es abrumadora. Las matemáticas son claras: zonas protegidas= naturaleza y cultura = bienestar humano. Sin ecología no hay economía.
Y sin zonas protegidas nuestros ecosistemas estarían infinitamente peor, al quedar totalmente expuestos a los intereses de explotación del mercado global. Sin hablar de nuestra obligación moral con las siguientes generaciones y con las criaturas no humanas que comparten espacio con nosotros y cuyo futuro depende (para bien o para mal) de nuestras acciones.
Amanda Guzmán, gerente de la Asociación de Ecoturismo en España
¿Qué aspectos debería cuidar un turista que quiera adentrarse en estas maravillas de la naturaleza?
Lo primero, ser consciente de que está viajando a un área protegida, al igual que quien visita un monumento. Para ello, es importante investigar un poco antes del viaje, buscar la web del espacio y saber de antemano dónde hay un centro de interpretación de ese espacio protegido dónde podrán informarle de por qué está protegido, qué lo hace tan especial, así como las mejores opciones para visitarlo, según los intereses de cada y en función de la época del año. Siempre recomendamos hacer al menos una actividad guiada durante su viaje, los guías intérpretes de la naturaleza le hará descubrir maravillas difíciles de ver o conocer para la mayoría.
También es importante contratar empresas locales comprometidas con el territorio, disfrutar de la gastronomía y los productos locales y artesanos, y cuándo se sale al campo, por supuesto, seguir las recomendaciones habituales para generar el menor impacto posible, como no salirse de los senderos, no hacer mucho ruido, no acercarse demasiado a la fauna y menos darles de comer, no arrancar plantas, etc. Es importante conocer las recomendaciones y normas de cada área protegida que se visita.
¿Se ha notado algún cambio en las tendencias del ecoturismo tras esta pandemia?
La Naturaleza, y las áreas protegidas en particular, son claros motivadores de viaje, como muestran los datos de Turespaña y del Observatorio de Ecoturismo de España. Esta tendencia estaba claramente en alza antes de la pandemia, pero desde su irrupción, la búsqueda de aire libre, naturaleza, deporte y zonas no masificadas se ha incrementado exponencialmente.
Como consecuencia, se acercan a estos espacios nuevos visitantes, algunos de los cuales todavía no están familiarizados con este tipo de viajes, por lo que se hace más necesario que nunca sensibilizar y gestionar para evitar aglomeraciones y malas experiencias, que suelen ser puntuales. Afortunadamente, además de esta mayor demanda, la pandemia ha generado una mayor conciencia de viajeros, administraciones y empresarios sobre la importancia de la conservación de la naturaleza, la lucha contra la despoblación y la sostenibilidad del turismo. Por ello vemos una clara tendencia hacia el auténtico ecoturismo en estos territorios que atesoran nuestra naturaleza mejor conservada.
¿Cuáles deben ser los retos del ecoturismo para los próximos años?
El principal reto es asegurar que estas áreas protegidas se mantienen bien conservadas, así serán también atractivas para el viaje y mantendrán su capacidad de ser motor económico para mantener las poblaciones locales. Por eso es tan importante esta campaña.
A partir de ahí, el reto es hacer del ecoturismo el tipo de turismo principal de las áreas protegidas, porque es el que permite dar a conocer su patrimonio natural y cultural, al tiempo que se contribuye su conservación y al desarrollo local, y genera experiencias de calidad para sus visitantes.
Por último, destacaría el gran reto de desestacionalizar el turismo en estos territorios y alargar las estancias, aprovechando que la naturaleza que ofrece espectáculos únicos en todas las épocas del año y el incentivo de disfrutarlos cuando menos gente los visita.
¿Recomendarías a nuestros lectores algún lugar no tan conocido que merezca la pena descubrir?
Para nosotros es difícil recomendar sólo alguno, pues todos nuestros destinos de ecoturismo certificados tienen rincones pocos conocidos o épocas en las que no suelen ser visitados. Si bien, animaría a los lectores a descubrir el Parque Natural del Alto Tajo, en Castilla-La Mancha, entre Guadalajara y Cuenca, el Parque Natural de la Subética Cordobesa, en Andalucía, la Reserva de la Biosfera de Urdaibai en el País Vasco, la Reserva de la Biosfera de Mariñas Coruñesas, en Galicia, o el Parque Natural de Sierra España en Murcia.
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