Viajar por el estado norteamericano de Tennessee es como sumergirse en la historia de la cultura americana. O, lo que es lo mismo, su cultura (la de los últimos 200 años). Atravesar la América profunda en moto es apoderarse del espíritu de El Capitán América, como hizo aquel joven Peter Fonda en la mítica película Easy Ryder. No existe otro país mejor que Estados Unidos para recorrerlo motorizado… ¡en una Harley!
Podemos comenzar el viaje por las tierras altas del noreste (en sentido este-oeste, de mito en mito), donde empieza una parte fundamental de la cultura de Norteamérica -en el condado de Greene-, donde nació Davy Crockett, uno de los personajes folclóricos más populares de la historia americana; amigo de los indios y, posteriormente, congresista de la nación. Fue uno de los héroes nacionales del país, que terminó sus días de mercenario muriendo en la batalla de El Álamo. Algunas placas de bronce, diseminadas por el camino, recuerdan la biografía de aquel prócer de la nación.
Luz de Luna: historia del whisky
A estas tierras llegaron a finales del siglo XVII los primeros colonos británicos, que siguieron con su tradición de elaborar whisky. De manera clandestina y protegidos por la frondosidad de los Montes Apalaches empezaron a producir su tradicional bebida, elaborándola de noche para que no se pudiera ver el humo del alambique. El producto se llamó moonshine, es decir: luz de luna. Acostumbrados a desconfiar de las autoridades y viviendo en un sistema de supervivencia aislado de la sociedad, para aquellas gentes de la montaña la elaboración de destilados alcohólicos constituyó una de las pocas maneras de generar efectivo, ya que resultaba más rentable llevar whisky al mercado que el maíz en grano.
Para saber más sobre este destilado ambarino, hay que parar en Lynchburg, un tranquilo pueblo en el que hace unos 170 años nació un personaje llamado Jasper Newton Daniel, que creó el producto más notorio del condado. Al producto se le conoce en el mundo entero como Jack Daniel’s, que no es otra cosa que el whisky americano más popular del mundo. Visita ineludible, aunque seamos abstemios.
Un distrito distinguido
Arrancamos de nuevo y entonamos la canción ‘¡Chattanooga Choo Choo!’ (pronúnciese ¡Chatanuga Chuu Chuuu!), amplificando el sonido del tren, porque así es como suena la canción que encumbró al músico y compositor Glenn Miller a principios de los años 40 del pasado siglo, y de la que se vendieron más de un millón de discos. La canción cuenta la historia de un viaje en tren desde Nueva York a la ciudad de Chattanooga.
Gracias a la popularidad alcanzada por este tema musical, la estación de ferrocarril de esta ciudad se salvó de la demolición y se convirtió en un peculiar hotel donde los clientes pueden elegir entre una habitación con vistas a los viejos vagones o alojarse propiamente dicho en un vagón. Todo sigue igual, recubierto con una pátina de añoranza de otros tiempos. Entrañable.
En los años 90 del pasado siglo, una entusiasta pareja formada -Charles & Mary Portera-, compraron varios edificios de estilo victoriano y decidieron transformar un barrio que no tenía buena fama y crearon un coqueto complejo de hoteles con encanto, restaurantes anti-fastfood, galerías de arte e incluso una panadería donde hacen pan ‘de verdad’. A esta esmerada labor le pusieron el nombre de Bluff View Art District. Ahora es un distrito especial, un barrio exclusivo.
Un tostadero de café impregna con su torrefacto olor un mirador con magníficas vistas al río Tennessee, por el que vemos navegar los típicos barcos con rueda de paletas en la popa. En una de las orillas, permanece varado el Delta Queen, un auténtico riverboat como los de las películas.
En Chattanooga hay una tienda oficial de Harley-Davidson, que exhibe permanentemente un centenar de motos para el disfrute de magnetizados moteros. Allí se puede cargar con algunos repuestos para atravesar el estado hasta el río Mississippi.
Al otro lado del Mississippi todo cambia, allí se encuentra la ciudad de Memphis -donde Elvis ‘vive’-. Como su homónimo egipcio, la ciudad de Memphis se encuentra en el vértice del delta de un río y conforma una salida entre dos territorios diferentes, hacia el sur las tierras del Estado de Mississippi y al oeste las planicies de Arkansas, donde empezó aquello de La Conquista del Oeste.
El Rey del Rock
Dicen que Memphis es la cuna del blues, del country, del rock and roll… ¡y vaya usted a saber de cuántas músicas más! Pero no hay leyenda musical comparable a la protagonizada por aquel jovencito con tupé que un buen día quiso regalarle a su madre una grabación cantada por él. La grabación se llamó: My Happiness; el año: 1953; el lugar de grabación: Sun Records; la ciudad: Memphis; y el jovencito: Elvis Aaron Presley.
Al año siguiente todo aquello ya era historia y Elvis se convirtió en el rey del rock. Pronto pudo comprar una mansión, que se llamaba Graceland, a la que no cambió el nombre porque le gustó aquello de ‘tierra de gracia’, pero que sí personalizó su interior decorándola con llamativos colores, forrándola con tapicerías de terciopelo y satén que contrastaban con ambientes selváticos entre cascadas de agua en un jardín, al que llamó Meditation Garden, donde ahora está su tumba junto a la de sus padres.
Pero el mito Elvis sigue estando en todas partes. La legión de fans e imitadores lo mantienen vivo y su música sigue generando pingües beneficios. Graceland, el lugar real donde vivía el mito real, se ha convertido en un parque temático visitado por miles de turistas. Es parte de la historia de América y es parte de la historia que derribó barreras sociales, que falta le hacía a aquella América de los años sesenta. Aunque en aquella época, la ciudad de Memphis fue también el escenario del asesinato de Martin Luther King -en 1968- en un balcón del Motel Lorraine, convertido ahora en el Museo de los Derechos Civiles, y donde podemos ilustrarnos sobre los más significativos momentos de la lucha de los negros para conseguir sus derechos.
La música vive cada día en Memphis, en Beale Street, una peculiar calle donde al anochecer explota el jolgorio de los bares de copas y garitos de música en vivo. Allí, en uno de los locales de esa misma calle, W.C.Handy (1873 -1958) escribió el tema Memphis Blues, la canción que se convirtió en el primer éxito comercial de los blues melancólicos. Ahora tiene su estatua al final de la calle. Cualquier noche Beale Street es maravillosamente excitante. Se puede escuchar música e intérpretes de primera calidad mientras tomamos unos tragos. Allí tenía su club B.B. King… otro ‘Rey del Blues’.
A orillas del Mississippi se construyó en los años noventa una pirámide gigantesca, réplica de la Gran Pirámide de Keops y casi tan grande como la egipcia. Está revestida de planchas de acero inoxidable que proyectan cegadores rayos de sol a cualquiera que la mire. Es la tercera pirámide más grande del mundo y tiene un espacio interior utilizable con cabida para más de 20.000 personas. La polémica construcción tuvo sus detractores, pero al final ha sido más o menos aceptada.
Se utilizó como estadio de los Grizzlies -el primer equipo de baloncesto americano (en el que jugó Pau Gasol)-; y también como espacio para macroconciertos. Una gigantesca estatua del faraón Ramsés El Grande custodia la entrada de la Gran Pirámide. Aunque ha habido numerosas propuestas con respecto a su uso, en la actualidad su futuro sigue siendo incierto. ¿A nadie se le ha ocurrido que sería el lugar ideal para enterrar allí al Rey del Rock?
Cómo llegar
Para viajar por Tennessee, lo recomendable es volar hasta la ciudad de Atlanta, en vuelo directo desde España.
Dónde y cómo alquilar una Harley
Entre Atlanta y Chattanooga, exactamente a 22 kilómetros del aeropuerto de Atlanta, se encuentra un gran aparcamiento que hace las delicias de cualquier motero: Rent-a-bike. 993 South Cobb Drive, situado en la localidad de Marietta (Georgia). Es un excelente lugar para alquilar una moto preparada para el viaje. Las tienen tuneadas, decoradas… o relucientes salidas de fábrica. Naturalmente, tienen la Harley Davidson Electra-Glide-Classic, ideal para parejas; y también tienen la Honda Shadow (otro estilo). Los precios oscilan entre 120 dólares por día, o 700 dólares por semana.
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