En cuanto se escucha el nombre de Talavera de la Reina, de manera inmediata y lógica nos viene a la mente su bella cerámica de colores, sin duda una de las artesanías más populares de toda España. Y si alguien no tiene la imagen de esas cerámicas de vivos tonos, basta una sola visita a esta población manchega para que su vistosidad se haga inolvidable porque la cerámica talaverana inunda la ciudad.
Pero además de esa tradición artesanal de animadas formas y sus fuertes colores hay mucho más que descubrir en Talavera de la Reina. Vamos a darnos un paseo virtual por sus calles, plazas y jardines para conocerlo de primera mano. Y por supuesto, en ese paseo también se incluye recorrer las orillas del Tajo, la verdadera arteria de la urbe.
El río Tajo a su paso por Talavera de la Reina
El río más largo de la península, el Tajo, nace en tierras de Teruel y va creciendo durante más 1.000 kilómetros hasta desembocar en el océano Atlántico a la altura de la capital lusa, Lisboa. Un largo recorrido con numerosos lugares de interés. Podríamos hablar de Aranjuez e incluso de la monumental Toledo, pero hoy nos vamos a detener en Talavera de la Reina.
Pasear por sus orillas es casi obligado durante una estancia en Talavera. Pasear por sus orillas y también cruzar sus diversos puentes, los cuales por sí mismos proporcionan la sensación de ir cambiando de época, ya que nos encontramos desde el puente pétreo de Santa Catalina hasta el ultramoderno puente de Castilla La Mancha. Sin olvidar las arcadas del Puente de Hierro.
La Colegiata de Santa María la Mayor
Desde esos puentes se ve el particular skyline de Talavera de la Reina, y en él tiene un protagonismo especial la Colegiata de Santa María la Mayor situada en la plaza del Pan, algo así como la principal plaza de la población desde la Edad Media. Incluso antes, ya que el actual Centro Cultural Rafael Morales ubicado en el viejo Hospital de la Misericordia se levantó sobre el foro romano que tuvo la primigenia Caesarobriga, origen talaverano.
Ese antiguo hospital renacentista es uno de los edificios destacables de la plaza, como el bello Teatro Victoria y su ornamentación de cerámica. No obstante, el más llamativo de todos es la Colegiata.
Este templo se empezó a construir en el siglo XIII con aires románicos. Aunque en tiempos del gótico se transformó por completo y es la apariencia que hoy descubriremos, con detalles tan extraordinarios como su espectacular rosetón.
La Basílica y los Jardines del Prado
Y tras la Colegiata, el segundo gran monumento es la Basílica de la Virgen del Prado, quizás no tanto por su arquitectura, pero desde luego que sí por su repertorio cerámico. El propio rey Felipe II llegó a denominar a este templo como la “Capilla Sixtina de la Cerámica”. Y eso que él no lo vio como lo vemos nosotros ahora, ya que todo el conjunto es fruto de diversas intervenciones desde el siglo XVI hasta el pasado siglo XX.
Además, antes o después de adentrarnos en esta joya de Talavera de la Reina hay que recorrer con calma los jardines que la rodean. Donde de nuevo los murales cerámicos adornan puentes, fuentes, estanques o los bancos de este espacio natural dominado por los pinares y los parterres florales.
El Museo Ruiz de Luna y la cerámica
Después de dar un paseo por la ciudad, incluidos los jardines del Prado y también el vecino Parque de la Alameda, es cuando mejor preparado se está para entrar al Museo Ruiz de Luna de Cerámica. El museo por antonomasia en Talavera de la Reina.
Allí se puede conocer en profundidad la historia de este arte único, del que afortunadamente nos podemos llevar una muestra a casa. Son muchos los negocios en Talavera donde se pueden adquirir piezas cerámicas, de manera que por cantidades asumibles podemos comprar una pequeña o gran obra de arte, todo depende del bolsillo de cada cual.
Más visitas y cosas qué hacer en Talavera de la Reina
No acaban aquí los atractivos durante la estancia en esta ciudad situada a apenas una hora de la capital provincial y manchega, Toledo. Todavía es bueno descubrir las murallas y las torres albarranas que nos hablan del pasado musulmán del lugar. E igualmente recomendamos descubrir un sábado el mercadillo callejero de San Jerónimo.
Así como es obligado aprovechar la visita para saciar el paladar con algunos de los productos gastronómicos estrellas. A la cabeza podrías situar las alubias denominadas carillas, que suelen guisarse con chorizo. Por no hablar del cochifrito manchego, a base de carne de cabrito o de cordero, y que tiene orígenes musulmanes. ¡Es imposible llevarse mejor sabor de boca tras el descubrimiento de Talavera de la Reina!
Únete a la conversación