La capital de Rusia es una ciudad imponente por donde se la mire: extensión, habitantes, patrimonio (histórico, cultural, arquitectónico), como centro político y económico de relevancia mundial, etc. Por tal motivo, proponerse conocerla a fondo no es tarea fácil. Y menos aún si cuentas con poco tiempo. Te contamos, entonces, los lugares que no puedes perderte si quieres hacer un recorrido por Moscú en tres días.
Circundada por colinas y surcada por el río Moscova, esta metrópolis cuenta con una interesante oferta de transporte público que te facilitará el desplazamiento. Prefiere el metro que, además, es una auténtica obra de arte.
Comienza por la Plaza Roja de Moscú
Tu recorrido por Moscú en tres días debería empezar, sin duda, por la mítica Plaza Roja, una de las de mayor tamaño del mundo. Allí te encontrarás con el Mausoleo de Lenin, construido en granito rojo procedente de Ucrania. En su interior, momificado y en una urna de cristal, descansan los restos del líder de la Revolución Rusa.
Detrás del Mausoleo, junto a los Muros del Kremlin, hay tumbas y nichos de otros importantes referentes para la historia de este país. Entre ellos: Iósif Stalin, Maksim Gorki, Yuri Gagarin y el americano John Reed.
En uno de los extremos de la plaza está el Museo Histórico del Estado, el más antiguo de Rusia. Y por el lado este se encuentran los almacenes GUM (Gosudarstvenniy Universalniy Magazin). Construidos a finales del siglo XIX, albergan gran cantidad de tiendas bajo una estructura de hierro y cristal.
La Catedral de San Basilio, por su parte, se erige al sur. Su torre central, con formato de piña, se encuentra rodeada por nueve cúpulas de diversos tamaños y colores. En su frente se halla el Lobnoye Mesto, un pedestal de piedra de forma circular. Allí se leían los edictos de los zares y se ejecutaban las penas capitales. Y entre la Catedral y el pedestal está el Monumento a Minin y Pozarski, una escultura que homenajea a los héroes que liberaron la ciudad del dominio polaco en 1612.
Adéntrate en el Kremlin
A estas alturas ya estás en condiciones de atravesar la muralla y conocer uno de los conjuntos artísticos más impresionantes que puedas imaginar. Esta ciudadela dentro de la ciudad está ubicada sobre una colina de 40 metros de altura y rodeada por 2 kilómetros de muralla. Debes acceder por una de sus 20 torres (Spasskaia), que puedes recorrer por un paseo junto al río y al jardín Alesksandrovskiy.
En su interior no puedes perderte el palacio Ivanovskaya Ploschad, donde los oficiales zaristas presentaron la última resistencia ante los revolucionarios en 1917. En el jardín se emplazan 875 cañones de los dos ejércitos.
Aprecia también el Senado, un palacio triangular que no es fácil de visitar, ya que está reservado para delegaciones estatales. Pero si lo logras, podrás conocer las estancias en las que residía Lenin, el lugar en que se llevaban a cabo las sesiones plenarias del Partido Comunista de la Unión Soviética (PCUS) y las salas utilizadas por el gobierno.
Seguidamente te encontrará con el Ex-Palacio del Presidium del Soviet Supremo que desde 1958 es sede del Teatro del Kremlin. Y seguro no te pasará desapercibido el Palacio de Congresos, un edificio de cristal, mármol y aluminio que alberga 800 habitaciones y una sala de conciertos para 6000 personas. Solo puedes ingresar si acudes a presenciar algún espectáculo.
Por esta zona también te cruzarás con una Estatua de Lenin, con una gran campana y con un imponente cañón de 200 toneladas que jamás fue utilizado. Y, como quien no quiere la cosa, tarde o temprano llegarás a la bella Plaza de las Catedrales. Déjate deslumbrar por joyas del Renacimiento ruso como el Campanario de Iván el Grande, la Catedral del Arcángel San Miguel, la de la Anunciación y el Palacio de los Patriarcas, que alberga al Museo de Artes Aplicadas del Siglo XVII.
También puedes admirar la Iglesia del Manto de la Virgen y la Cámara de Facetas, que es el edificio civil moscovita más antiguo. Si cuentas con un permiso especial, puedes visitar su interior y acceder, desde allí, al conjunto arquitectónico del Palacio de los Terem, formado por la Catedral de la Redención de Ogurkov, la Iglesia de la Resurrección, la de Santa Catalina, la de la Crucifixión, el Palacio de Oro de la Zarina y la vivienda del zar.
El Gran Palacio del Kremlin, por su parte, fue sede de la sala de sesiones del Soviet Supremo de la antigua URSS. Además de su hermosa fachada, destaca por impresionantes salas y por un jardín de invierno que alberga dos antiguas iglesias.
Por su parte, el Palacio de la Armería del Estado, sede actual del Museo Central de Artes Decorativas, guarda magníficas exposiciones de objetos diversos acumulados desde su fundación en el siglo XVI. También puedes visitar el Fondo de Diamantes, un museo en el que se exhiben piedras preciosas, en bruto o talladas.
Más allá del Kremlin
Otra lugar amurallado es Kitai-Gorod, una antigua ciudadela en la que se desarrollaba toda la actividad comercial moscovita. Hoy es un enjambre de calles que conservan los nombres de los gremios que actuaban en ellas y en las que se concentran importantes empresas, ministerios y otros edificios públicos y muchos de los mejores hoteles de la ciudad.
Si te pierdes por la calle Razina llegarás a la Plaza Nogina, la más oriental de Moscú. En sus alrededores se encuentra la hermosa Iglesia de la Trinidad de Nikitniki. En esta zona están también la Plaza Vieja -que alberga el edificio que fue sede del Comité Central del Partido Comunista- la Plaza Nueva, en la que está el Museo Politécnico, y la Iglesia de San Juan Evangelista, sede del Museo de la Historia y de la Reconstrucción de Moscú.
En los alrededores del Kremlin, y ya fuera de Kitai-Gorod, están las grandes avenidas que concentran la vida social, cultural y política de Moscú. Conoce la Plaza Lubianka, el Palacio del Conde Rostopcin (ex sede de la KGB) y el de la Checa, sede el Ministerio del Interior ruso.
Si tomas la Avenida de Marx te encontrarás con la Plaza Teatral. En sus alrededores se levanta el legendario Teatro Bolshoi. En el centro de la Plaza Sverdlova, por su parte, se erige el busto de Karl Marx, esculpido en un bloque de granito de 220 toneladas. Y, en sus alrededores podrás apreciar la Casa de los Sindicatos.
Visita también la Plaza del Picadero, la Universidad de Moscú, fundada en 1755, y que hoy alberga la Facultad de Letras, y el Palacio Manezh, sede del Salón del Libro. La Biblioteca Lenin, a su vez, está distribuida en varios palacios, entre ellos el Paskov.
Si te alejas un poco más y llegas a la Plaza Kropotkin, te encontrarás con el Museo de Bellas Artes A.S. Pushkin y su importante colección de obras de distintas épocas.
Por la calle Frunze encontrarás las Casas de Dostoievski, Chaikovski y Rubinstein y la Biblioteca Fundamental de Ciencias Sociales de la Academia de Ciencias. Y en la calle Vorovskogo están el Museo de Gorki y la Unión de Escritores, emplazada en el Palacio Dolgoruki. La calle Kropotkinskaya, a su vez, alberga el Museo Pushkin, la Casa de los Científicos y el Museo de Tolstoi, en un palacete de madera de 1822.
Y si te queda tiempo…
Como ves, tendrás que planificar muy bien tus recorridos para poder aprovechar al máximo el tiempo y conocer lo más posible de Moscú en tres días. Así que seguro podrás también visitar la zona de Sadovaya, donde podrás admirar un puente colgante y el rascacielos más alto de la ciudad, que alberga al Ministerio de Asuntos Exteriores y del Comercio Exterior.
También en la zona se encuentran el Zoológico, el Planetario, la Casa de Chejov, la Casa-Museo de Vasnecov, el Hospital Shremetiev -de estilo neoclásico- y el Museo de las Artes y la Cultura Popular del Oriente. Y si llegas hasta el Puente de la Colina Roja podrás observar en todo su esplendor el Kremlin y su entorno.
Al sur del Kremlin, por su parte, se sitúan hermosos espacios verdes. Entre ellos, la isla artificial del Moscova. Es recomendable también una visita al barrio histórico Zamoskvorece, donde se fraguó la Revolución de 1917. Disfruta de sus bellas edificaciones, sobre todo religiosas.
Tampoco deberías dejar de visitar el Monasterio del Don, circundado por murallas que contienen siete iglesias. La misma apreciación vale para el Monasterio de Novodievichi, que es el segundo conjunto arquitectónico de importancia tras el Kremlin. También rodeado por murallas, en su interior se levantan numerosas iglesias y palacios y un cementerio en el que descansan los restos de, entre otros, Chejov y Eisenstein.
Muy cerca de allí se ubican la Ciudad de los Deportes, la Universidad Estatal de Moscú y las Colinas del Gorrieón, desde donde se observan hermosas vistas panorámicas de la ciudad. Sin duda, el lugar ideal para terminar tu recorrido por la capital rusa con la clara conciencia de que te queda mucho por conocer. Y eso es lo bueno de todo viaje.
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