Nos diréis que Madeira ya es toda ella un paradisiaco jardín, pero la isla portuguesa también custodia un delicado tesoro natural a un paso de Funchal: los jardines de Monte Palace, reconocidos como uno de los jardines más bonitos del mundo.
Y así lo disfrutan sus sorprendidos visitantes que no imaginan que en esa colina al norte de la capital maderiense se oculte ese edén de 70.000 metros cuadrados con una colección de plantas exóticas procedentes de todo el mundo, junto a diversos animales que disfrutan de las aguas de su gran lago central.
Jardines de Monte Palace, el mejor secreto de Madeira
La mejor forma de llegar a los Jardines de Monte Palace es en teleférico que se puede tomar desde el muelle de Funchal. Y es que el mejor secreto de Madeira se ubica en la colina de una zona conocida como Nossa Senhora do Monte, apodada la “parroquia de los carritos”.
Porque si bien la mejor forma de subir es en teleférico, el medio de transporte más singular para bajar son las cestas de Madeira, los carrinhos do cesto o los toboganes de Funchal pilotados a casi 50 km/h por los carristas, una suerte de gondolieri maderienses que seducen a muchos turistas con el blanco impoluto de su indumentaria y la promesa de vivir una experiencia única camino de Funchal.
Pero eso será a la vuelta. Ahora nos espera una experiencia menos vertiginosa y más relajante mientras caminamos hacia la entrada de los jardines de Monte Palace y buceamos en su historia. Fue en el siglo XVIII cuando el cónsul inglés Charles Murray compra una propiedad al sur de la iglesia de Monte que transforma en una finca llamada Quinta do Prazer, la finca del placer…
Pero antes del placer, los negocios, que estamos hablando de británicos. Se habían asentado en Madeira, como en tantos otros lugares del mundo, buscando extender sus redes comerciales. ¿Y qué tenía Madeira que seducía el carácter comercial de los británicos? Su vino. Gran Bretaña y Portugal firman uno de los primeros tratados de libre comercio en el XVI que da vía libre a los británicos para comerciar con su vino.
Con el paso del tiempo, los maderienses van asumiendo que tal vez no fue tan buena idea dejar en manos extranjeras sus tesoros naturales y en este contexto de cambio, el comerciante Alfredo Guilherme Rodrigues adquiere la Quinta Prazer construyendo su residencia palaciega inspirada en los castillos franceses que había visto tras visitar la Exposición Universal de París de 1900.
Como el edificio era demasiado grande para una residencia, y para sortear algunas dificultades económicas, convierte su palacio en un hotel de lujo cuyos delicados jardines de 15 hectáreas entre los que abundaban las fuentes de agua y un lago con cascadas son el germen de los actuales jardines de Monte Palace.
Tras cerrar después de la II Guerra Mundial, la finca vive varias décadas de abandono hasta que el empresario José Manuel Rodrigues Berardo la adquiere para convertirla en lo que es hoy en día, el vibrante edén natural del entorno de Funchal.
Recorriendo los Jardines de Monte Palace
Los Jardines de Monte Palace cuentan con tres entradas, dos al noreste en la confluencia del Caminho do Desterro y el Caminho das Babosas, al lado de la parada del teleferico, y una al noroeste en la confluencia del Camino do Monte y el propio Caminho das Babosas.
Por cierto, si vas bien de tiempo no está de más visitar las dos iglesias que se encuentran a un paso de los jardines, la capilla de Santa María —con sus azulejos, que también veréis dentro de los jardines— y la iglesia parroquial de Nuestra Señora del Monte, donde también puedes encontrar numerosos carreiros.
Si entramos a los jardines por su entrada principal al noreste nos encontraremos en primer lugar uno de los olivares al lado del museo, una singular colección que cuenta con una exposición titulada Africa Passion: una muestra de escultura contemporánea de Zimbabue que suma más de 1000 piezas distribuidas por dos de las tres plantas del museo.
En el piso inferior del museo encontrarás los Secretos de la Madre Naturaleza que exhibe una las mejores colecciones privadas de minerales de diversos países del mundo, además de 300 gemas preciosas y semipreciosas. Y es que Monte Palace, como ves, es una celebración de la riqueza natural de nuestro planeta, desde África a Australia… pasando por Japón.
Tal vez el espacio más célebre y fotografiado de los jardines sea el Jardín Japonés. Y es que los portugueses, grandes navegantes como los españoles, han tenido una relación muy estrecha con Oriente desde hace muchos siglos.
José Berardo quiso rendir homenaje a esta estrecha vinculación cultural con un recuerdo de los legendarios jardines orientales marcados por su extraordinaria delicadeza y detallismo. Caminando por esa zona de Monte Palace encontrarás los característicos torii de entrada de los templos sagrados, los leones de Fu de mármol, animales míticos de Oriente que también se encuentran en la entrada de los templos, además de varias esculturas budistas.
Pasando el Jardín Japonés se llega ya a la zona central de la finca donde se ubica el gran lago donde conviven diferentes animales como sus famosas cisnes negros, peces koi, y pavos reales, que pululan libremente por todo el jardín.
Fue con la apertura del hotel a principios de siglo XX cuando este lago ofreció a sus huéspedes elegantes paseos en barco. Ahora es alimentado por una gran cascada diseñada por el propio José Berardo siendo además bordeado por un acueducto en la parte posterior que también proporciona le proporciona agua.
Pasando frente a la mansión del antiguo hotel, disfrutarás de otro olivar que conduce a un nuevo lago con peces koi. Ya a estas alturas de tu paseo por Monte Palace habrás notado que, además de deslumbrante naturaleza y entrañables especies de animales, los jardines de la parroquia de Nossa Senhora do Monte también cuentan con una extraordinaria colección azulejos, la más importante de Portugal con permiso del Museo Nacional del Azulejo de Lisboa.
Inspirado por la cultura árabe y norteafricana, el azulejo es una técnica que encontró gran éxito en España y Portugal y que, después, fue exportada a América. Monte Palace ofrece una colección de azulejos hispano-árabes y portugueses procedentes de diversos tipos de edificios como iglesias, palacios y capillas datados entre el siglo XV y el XX. Un tesoro más que disfrutar en este jardín edénico de Monte Palace.
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