Entre las suaves colinas volcánicas del Cabo de Gata brilla con mayor fulgor el blanco reluciente del caserío de Las Negras, uno de los pueblos más buscados de Almería. ¿Y por qué un pueblo tan blanco terminó con este nombre? Este es uno de los secretos que trataremos de desvelar en este viaje al sur, recorriendo el entorno y bañándonos en las playas de las Negras, un icono del parque natural del Cabo de Gata-Níjar.
La historia de Las Negras
Cuentan que hace unas décadas Las Negras no era más que un almacén de esparto, de ahí uno de sus primeras denominaciones: Los Almacenes. Este material, junto a los aperos y las barcas de los pescadores, ocupaban la explanada anexa a la playa. Por aquella época no se pensaba aún en términos turísticos y la asombrosa belleza de esta planicie rodeada de cerros era patrimonio de los escasos vecinos de los pueblos colindantes.
¿Y por qué el nombre de Las Negras? Son tres historias las que podrían explicar esta denominación. Por un lado, está el Cerro Negro, la mayor de las colinas que envuelve el pueblo y desde cuya cima se tienen las mejores vistas de su reluciente caserío.
Otra historia nos habla de la presencia de dos mujeres negras al servicio de los dueños de un cortijo cercano, las cuales habrían formado parte de un presente de unos marineros tras un naufragio con final feliz. Como era poco habitual la presencia de personas raza negra en la zona, ese término acabó dando nombre al pueblo.
La última historia es la que más ha calado entre los vecinos por su carácter trágico. Los marineros que vivían en el entorno de la vecina Cala San Pedro, a cinco kilómetros al norte de Las Negras, pasando el Cerro Negro, salieron a pescar… y nunca más se supo de ellos. Se supone que un fuerte temporal habría acabado con la vida de todos los pescadores del pueblo: sus familias decidieron abandonar aquel lugar desolado para asentarse en la planicie cercana, a unos minutos al sur. Como las mujeres vistieron de negro durante años para guardar luto, este término acabó denominando al pueblo.
Sea como fuere, no sería hasta la década de los 60 cuando Las Negras comienza a atraer el interés del viajero, entre los que se encuentran muchos hippies que llegan a todo el entorno del Cabo de Gata atraídos por la promesa de silencio, paz, libertad y olas del mar.
Actualmente, Las Negras es un pueblo de poco más de 300 habitantes con una considerable presencia de vecinos de otras latitudes, especialmente británicos que suman algo más de una cuarto de su población. Pero Las Negras aún no ha perdido ese carácter tranquilo y sereno propio del Cabo Gata: un puñado de hoteles, apartamentos y un camping apenas alteran la fisionomía de su caserío tradicional.
Las playas de Las Negras
El parque natural del Cabo de Gata nos ofrece uno de los litorales más espectaculares de la costa española, y Las Negras no es una excepción. Suaves colinas agrestes y oscuras que se precipitan al mar en un entorno que alterna vertiginosos barrancos con playas y calas idílicas.
Nuestra ruta por los arenales de Las Negras comienza en el sur, en la cala del Cuervo, una playita de arena y piedra protegida por dos cerros y un pequeño cabo al sur en la que es aconsejable el uso de escarpines. Al lado de la cala del Cuervo se sitúa el conocido camping La Caleta, con dos zonas de acampadas, una al lado de la playa y otra junto a la montaña, incluyendo mobilhomes y bungalós de madera.
La propia playa de Las Negras es una serpiente de arena oscura que recorre el litoral del pueblo. Son 850 metros de arena protegida por el cabo del Puntón y el Cerro Negro, una masa parda que se adentra un centenar de metros en las aguas del Mediterráneo y que ofrece una de las estampas más icónicas del entorno. Es una playa que combina arena con bolos y piedras y que, mar adentro, ofrece buenos rincones para hacer snorkel.
A algo más de media hora andando al norte de Las Negras alcanzamos la minúscula cala Hernández a la que se accede a través de un camino secundario desde el sendero que conduce a la vecina cala de San Pedro. Si eres un fanático de las calas pequeñas, apartadas y solitarias, no te la pierdas porque su enrevesado acceso provoca que sea poco frecuentada.
Y un poco más al norte llegamos a la cala de San Pedro, uno de los arenales más famosos del Cabo de Gata y origen del núcleo de población de Las Negras, como hemos mencionado. Pequeña cala nudista de unos 250 metros, desde los años 60 ha sido frecuentada por una comunidad hippie que la ha convertido en todo un símbolo de la zona.
Las espectaculares ruinas del castillo levantado en el XVI sobre una antigua fortaleza musulmana dominan este enclave que también destaca por la presencia de una fuente natural de agua potable que, sin duda, contribuyó al asentamiento en este paraje. Hoy sigue siendo una visita imprescindible en el entorno de Las Negras.
Senderismo en Las Negras
Ya hemos avanzado algunos de los mejores senderos que parten o cruzan las Negras, como la ruta que conecta con la propia cala de San Pedro, una de las más recorridas. Son algo menos de 9 kilómetros cruzando la cortijada del Estanquillo para después bordear los acantilados del Cerro Negro para descender después hacia San Pedro.
Otro interesante sendero nos conduce al interior para conocer Las Hortichuelas, a media hora de Las Negras para después seguir hacia el sur y llegar a Rodalquilar, una interesante localidad famosa por su antigua mina de oro, por la presencia del Eco Museo La Casa de los Volcanes y por su playa, conocido elocuentemente como el Playazo, otro de los arenales más famosos del Cabo de Gata.
Pero si quieres algo más exigente, puedes embarcarte en la ruta circular que conduce a Agua Amarga, otro de los pueblos más bonitos del Cabo de Gata, en un itinerario de casi 30 kilómetros y algo más de ocho horas: en la ida disfrutarás de los paisajes de interior incluyendo la visita al Cerro Ricardillo para volver por la senda litoral que pasa por la Cala de San Pedro.
Únete a la conversación