A media hora de los paisajes imposibles y los encantadores pueblos costeros del Algarve, se esconde otro paraíso natural mucho menos conocido: la Sierra de Monchique. Un destino que nos invita a respirar aire puro, caminar entre bosques milenarios, disfrutar de su rica gastronomía y descubrir las mejores vistas de la costa sur de Portugal.
Con motivo del Festival de Caminhadas estuvimos recorriendo Monchique y algunas de sus rutas de senderismo más icónicas para descubrir un destino que resulta ser perfecto para relajarnos y disfrutar de la naturaleza sin perder de vista, literalmente, las magníficas playas y pueblos de la costa algarviana.
Una introducción a la Sierra de Monchique
La Sierra de Monchique se ubica en el extremo occidental de la región del Algarve, en la zona sur de Portugal y gira alrededor de la ciudad del mismo nombre. Esta cadena montañosa de baja altitud se caracteriza por ser una de las zonas con mayor biodiversidad del país y por su particular identidad cultural y gastronómica.
Su rica historia se remonta a la antigüedad cuando los fenicios, atraídos por la abundancia de recursos naturales como el cobre y el estaño, se establecieron en la región. Más tarde llegarían los romanos y los musulmanes, que introdujeron nuevas técnicas agrícolas y sistemas de riego, transformando el paisaje en un exuberante oasis de huertos y jardines.
En los últimos tiempos, la Sierra de Monchique se ha convertido en un complemento perfecto para todo el turismo que llega a la costa del Algarve y busca algo de naturaleza o un mayor acercamiento a las tradiciones locales.
Qué ver y hacer en la Sierra de Monchique
El pueblo de Monchique
Merece la pena acercarse a conocer el pequeño pero encantador pueblo de Monchique, que refleja bien la arquitectura típica del Algarve, pero cuenta con algunas características propias de la montaña como sus bonitas y grandes chimeneas que adornan las casas. Este era el espacio de la casa donde las familias pasaban más tiempo y solían ocupar toda la base de la cocina, así que servían tanto para calentar la comida como para calentar la casa.
Una visita imprescindible son las ruinas del Convento de Nossa Senhora do Desterro, que se remonta al siglo XVII y sufrió graves desperfectos durante el gran terremoto de 1755. Hoy, su aspecto abandonado, que ha terminado siendo conquistado por la naturaleza, le otorga un aire muy melancólico que atrae a muchos fotógrafos y curiosos.
La parte más bonita de la ciudad son las calles que giran entre la Iglesia Parroquial y la Iglesia do Senhor dos Passos. Estas callejuelas empedradas y empinadas bajan hasta el bonito Jardim do Largo dos Choroes y un mirador perfecto para disfrutar del atardecer mientras cae sobre las montañas circundantes.
Rutas de senderismo
Los amantes de la naturaleza encontrarán en la Sierra de Monchique uno de los mejores lugares de la península para practicar senderismo. La variedad de paisajes, dificultades y su clima templado todo el año lo convierten en un lugar perfecto para salir a caminar e integrarnos en la naturaleza.
Existen muchas opciones, pero hemos seleccionado algunas de sus rutas de senderismo más frecuentadas. Muchas de estas rutas forman parte de la gran Via Algarviana, una ruta de larga distancia que cruza todo el Algarve desde la frontera española hasta el cabo de San Vicente en un total de 300 kilómetros y 14 etapas.
La ruta de Foia
Esta ruta de unos siete kilómetros tiene una dificultad media con bastantes subidas y bajadas. Empezaremos el recorrido en Fóia, desde donde tendremos la oportunidad de subir al punto más alto del Algarve. Continuaremos por la carretera asfaltada y, al llegar al cruce, seguiremos de frente para empezar a bajar en dirección a la EN 266. Durante este tramo, podremos disfrutar de un paisaje espectacular con una vegetación formada por lavandas, brezos, jaras y el peculiar rododendro, uno de los símbolos de la región y fácilmente identificable durante la época de floración.
La parte final del descenso transcurre por un camino empedrado y debemos avanzar con precaución y respetar las normas de seguridad mientras caminamos por la EN 266, ya que el tráfico es constante. A continuación, el recorrido girará a la izquierda, dejando atrás el asfalto para adentrarnos de nuevo en la naturaleza. En días despejados, podremos contemplar todo el Algarve y parte del Alentejo.
Marmelete:
Un poco más larga pero también de dificultad media es la ruta que comienza junto a la iglesia de la Marmalete en Monchique. Tras un tramo junto a la GR13, iniciaremos un camino empedrado que transcurre entre pequeños huertos hasta la capilla de San Antonio. Luego, seguiremos por el camino de la izquierda, entre alcornoques que demuestran la importancia que mantiene el corcho en esta región.
Cruzaremos el monte de San Antonio y Covão, donde podremos observar la presencia de castaños, y caminaremos bordeando el barranco de Passil mientras disfrutamos de la frondosa vegetación. A continuación, subiremos por un eucaliptal en dirección al mirador de los Picos, donde nos detendremos para contemplar las vistas panorámicas de la costa para terminar de nuevo en nuestro punto de partida.
Ruta de Caldas-Picota
La ruta de Picota es una caminata desafiante de 18 kilómetros que tiene como recompensa unas increíbles vistas panorámicas de la costa y las montañas. La ruta comienza cerca de Caldas de Monchique y asciende abruptamente hacia el pico de Picota (774 m). Nos iremos encontrando con algunos monumentos interesantes como la Capilla de Caldas de Monchique o La Ermita de Pé da Cruz y toda clase de paisajes.
Ruta de las Adelfeiras
En esta pequeña ruta temática es posible observar una vegetación muy particular con plantas únicas en el mundo como la adelfeira, una subespecie del rododendro. Durante el recorrido, también es posible observar una gran variedad de flora, incluyendo acebos, alcornoques, madroños y la rara lavanda blanca. Para ayudar a interpretar la vegetación y el paisaje a lo largo de esta ruta hay puntos de interés señalizados donde se puede acceder a la guía de audio.
Un baño en sus aguas termales
Las aguas termales de la Sierra de Monchique son conocidas por sus particulares propiedades, supuestamente curativas, que han sido apreciadas durante siglos. Y, de hecho, es habitual ver en algunos supermercados o tiendas españolas la marca de agua que se produce en la región y se ha convertido en una de sus principales industrias.
Uno de los lugares más populares para disfrutar de estas aguas termales es Caldas de Monchique, una ciudad balneario situada en el corazón de la sierra que se remonta a la época romana. Las aguas aquí son ricas en minerales como el azufre, el calcio y el magnesio, que se cree pueden ayudar a aliviar diversos problemas como la artritis y los problemas respiratorios.
Dónde alojarse en Sierra de Monchique
- Vila Foia: Un espectacular hotel boutique en mitad de la naturaleza que cuenta con piscina y habitaciones con terrazas donde disfrutar de magníficas vistas. En los baños de sus habitaciones se esconde una curiosa joya artística pero tendrás que visitarlo para descubrirla.
- Casa Spa d’Alma: Un hotel boutique ubicado junto al castillo de Alferce, que cuenta con spa y una gran variedad de tratamientos, incluyendo masajes y tratamientos faciales.
- Quinta do Tempo: Un hostal que es una excelente opción para quienes buscan una experiencia más “rústica”. Construido en una antigua granja del siglo XIX, sus habitaciones e instalaciones conservan toda la esencia rural de la zona.
Cocina tradicional y restaurantes recomendados en Sierra de Monchique
La Sierra de Monchique no solo es conocida por su belleza natural y su patrimonio cultural, sino también por su deliciosa cocina. La región cuenta con una rica tradición gastronómica que se basa en ingredientes locales frescos y recetas que mezclan los habituales productos del cercano mar con otros más típicos de zonas montañosas. Uno de los platos más famosos de la zona es el “cozido“, un guiso abundante hecho con varias carnes, frijoles, verduras y especias. Este plato se cocina típicamente lentamente sobre una hoguera abierta o en una olla de barro, dándole un sabor y aroma únicos.
Mención especial merece también la bebida más típica y característica de la región, solo apta para valientes: el licor de madroño o, mejor dicho, el medronho. Es una bebida que tradicionalmente se ha elaborado en todas las casas de la Sierra de Monchique y hoy comercializan algunas pequeñas marcas familiares. Existen algunas rutas guiadas desde Monchique que incluyen visitas a una destilería para poder degustar sus diferentes variedades y conocer su proceso de elaboración.
La mayor parte de los restaurantes se sitúan en Monchique o sus alrededores, como es el caso de “O Luar da Foia”, que ofrece impresionantes vistas junto con platos tradicionales como el estofado de jabalí o estupendas carnes a la parrilla. Otro clásico, en pleno centro de Monchique, es el restaurante A Charrete con el diseño tradicional de las tabernas portuguesas y una carta donde no falta el cozido y el resto de los platos típicos de la gastronomía de la Sierra de Monchique.
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