La ciencia ha certificado algo que los viajeros ya sabíamos: el olor es el vínculo entre la memoria y las emociones más intensas. Por eso cuando vuelvo a percibir los penetrantes aromas frutales del lúpulo, cítricos y florales, me traslado a aquellos memorables veranos de bicis, aventuras y descubrimientos en el Órbigo.
Unos años más tarde, regresamos a este valle de León para comprobar si aquellos aromáticos campos de lianas siguen definiendo el paisaje en torno al río, para disfrutar, esta vez sin escondernos, de la cerveza fabricada con este "oro verde": es la ruta del lúpulo por el Órbigo.
Lúpulo, la flor que embriaga León
Pese a que hay pequeñas plantaciones en otras zonas de España, la zona alta de la vega del río Órbigo concentra más del 90% del cultivo del lúpulo en todo el país... siendo tan solo del 1% a nivel mundial.
Con un tamaño medio de 3 hectáreas, esta zona de León cuenta con más de 180 explotaciones dedicadas a esta planta trepadora de tallos que pueden alcanzar los 12 metros de longitud y que suelen ser tutorados con postes y alambres para que se mantengan suficientemente verticales.
Y es así como se generan estos icónicos campos de lúpulo a lo largo de la Ribera del Órbigo: decenas de tiesas plantas cuyas flores femeninas se reúnen en racimos provistos de escamas en forma de cono: estas flores contienen la lupulina, la sustancia de color ámbar, aroma picante y sabor amargo fundamental para elaborar cerveza.
Por cierto, el lúpulo pertenece a la familia de las cannabáceas junto al cannabis, lo que hacía correr rumores entre jóvenes ávidos de nuevas experiencias... Pero no, es de la familia, pero no es cannabis.
¿Cómo llega el lúpulo a León?
¿Por qué León y no otro lugar de España?, te preguntarás, ¿qué tiene este valle que no tengan otros de nuestro país para ver crecer más de 550 hectáreas de cultivo de lúpulo?
Grabados en piedra en la Catedral de León parecen mostrar flores de lúpulo que crecían silvestres por la región hace muchos siglos. Pero el cultivo del lúpulo arranca mucho después, previo paso por Galicia, primer destino peninsular de esta planta que ya era clave para fabricar cerveza en las islas británicas y Europa central desde el siglo XIII.
Tras la II Guerra Mundial, en plena autarquía, se promulga una ley para potenciar la agricultura a través de diferentes cultivos como el propio lúpulo: Betanzos en A Coruña, donde ya había tradición, Nava en Asturias... y Villanueva de Carrizo en León.
El clima y las condiciones de la tierra de la Ribera del Órbigo parecían ideales para este cultivo que, con el paso de las décadas, concentró la producción que se abandonó en el resto del país, llegando a las 1.200 hectáreas en la década de los 80.
Diversos avatares pusieron en peligro esta tradición, hasta que en 2010 vuelve a resurgir. La adquisición de la Sociedad Anónima Española de Fomento del Lúpulo por la multinacional Hopsteiner con sede en Nueva York y con más de 175 años de experiencia en el cultivo del lúpulo ha sido el último acontecimiento de esta historia: Hopsteiner gestiona ahora la fábrica de Villanueva de Carrizo.
Los pueblos lupuleros del Órbigo
El Órbigo es un afluente del Esla que transita por León hasta Zamora a lo largo de 160 kilómetros. Nace cerca de Secarejo, pueblo en el centro geográfico de la provincia, con la unión de los ríos Omaña y Luna, este último famoso por el embalse de Barrios de Luna, al norte de la provincia.
Siempre discurriendo hacia el sur, el Órbigo es el eje de esta zona que abarca desde su nacimiento hasta La Bañeza, generando esa vega alta que nutre los verdes campos cultivos de lúpulo.
Pasando la playa fluvial de Llamas de la Ribera, Azadón y Cimanes del Tejar llegamos a Carrizo de la Ribera, la capital del lúpulo leonés.
En la orilla occidental, el núcleo del pueblo que creció en torno al monasterio de Santa María de Carrizo. Y en el lado oriental Villanueva de Carrizo, en cuyo extremo suroriental se encuentra la fábrica de Hopsteiner España que procesa el lúpulo que llega cada mes de septiembre, época de la pela.
La Ruta del 'Oro Verde'
Con el final de agosto y la marcha de los veraneantes, muchos de ellos llegados de Asturias, los pueblos del Órbigo se volcaban con la pela el’uplo, el proceso de recolección de las flores de esta planta trepadora, fase clave para recoger también los beneficios de meses de paciente cultivo que comenzaba ya en enero con la preparación de las alambradas para guiar las plantas.
Era el momento de llevar las sacas con los conos de lúpulo con las flores ya maduras a la factoría de Villanueva de Carrizo que, desde 1952, albergaba la sede de la Sociedad Anónima de Fomento del Lúpulo en España.
Así nos los cuentan en la Ruta del "Oro Verde" que organiza el Ayuntamiento de Carrizo desde 2021, un aromático y delicioso itinerario que parte del monumento al lúpulo que hace más de una década se colocó en el parque La Bolenga.
Tras guiarte por las diferentes fases de cultivo del lúpulo, con especial atención a la preparación de las alambradas y a la pela de las plantas, la ruta no puede terminar más que probando el género: varias cervezas artesanas, desde una Blonde Ale a una Honey Ipa, elaboradas, por supuesto, con lúpulo autóctono que, no obstante, está en numerosas cervezas que se consumen en el resto del país y allende los mares...
De cualquier forma, pese a la importancia del lúpulo leonés, las apenas 600 hectáreas de cultivo no son suficientes, ni mucho menos, para cubrir la demanda de un país que se ubica en el octavo puesto a nivel mundial en producción... por delante incluso del Reino Unido, donde saben mucho de cerveza, sobre todo de beberla...
Tras dejar Carrizo, seguimos ruta bajando hacia el sur por las carreteras LE-420 y la LE-6419, entre las cuales discurre el Órbigo que da apellido a diversos pueblos en la ribera del río: de Benavides a Veguellina, pasando por Villoria o Villamor, sin olvidarnos de Hospital, un pueblo que ya hemos visitado hace unos años para contaros una historia un poco anterior a la época lupulera...
Y a lo largo del camino, especialmente cuando dejamos el coche a buen recaudo y recuperamos la bicicleta, decenas de campos de plantas trepadoras que encienden nuestra memoria con picantes aromas de aventura.
La Feria del Lúpulo de Carrizo
Pero antes de dejar la comarca del lúpulo una visita a la Feria más embriagadora del verano, la que se lleva realizando desde hace casi dos décadas en Carrizo de la Ribera, en el parque La Bolenga que ya visitamos antes.
Este 2024 se celebró la XVII edición por todo lo alto: nada menos que cinco días de feria con todo tipo de eventos y actividades con el lúpulo y la cerveza como ejes principales.
Buena parte de los grupos cerveceros nacionales no se pierden este evento, una forma de agradecer uno de los ingredientes principales de sus productos.
También hay espacio para otros sectores agrícolas y artesanales de la provincia con un gran mercado de expositores. Y no faltan las actividades para los más pequeños y los conciertos.
Pero el lúpulo, por supuesto, es el protagonista. Charlas, exposiciones, concursos de tiraje y una cata a ciegas en la que los más expertos ponen a prueba sus dotes para detectar aromas y sabores de este tesoro dorado que se nutre del oro verde que se cultiva desde hace más de 80 años en la Ribera del Órbigo.
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