Cuando visitas la comarca de Enkarterri o Encartaciones y hablas con la población local, te das cuenta de que hay una queja que resulta ser unánime: “somos una región olvidada”. Y es que, pese a sus innumerables atractivos y estar a tan solo media hora de Bilbao, poca gente conoce o sitúa Enkarterri en el mapa. La explicación habitual, y menos controvertida, es que su escasa densidad de población no la hace interesante a nivel político. Al fin y al cabo, un solo barrio de Bilbao tiene más población que la que se dispersa por sus escasos 500 kilómetros cuadrados. ¿Quién se va a preocupar por esos votos?

Y, sin embargo, después de estar recorriéndola durante unos días, yo he llegado a una conclusión totalmente diferente. Creo que los vizcaínos y los vascos en realidad sí reconocen lo que vale esta región y su importancia. No, no se han olvidado de ella. Todo lo contrario, han decidido guardarla como su secreto más valioso y quedársela para ellos. Porque, en esta época que se habla tanto de turismo sostenible y los peligros de la masificación del turismo, cada vez quedan menos lugares auténticos y llenos de sorpresas inesperadas como Enkarterri.

Me siento mal, por tanto, por desvelar el secreto, pero al fin y al cabo es el objetivo de esta revista. Espero y confío en que no cometas mi mismo error y, por favor, no compartas este artículo con nadie. Relájate y acompáñanos en este viaje de unos días por este tesoro en el suroeste de Vizcaya.

Una introducción a las Encartaciones

Montes Enkarterri
Panorámica desde el monte Kolitza

La región de Encartaciones o Enkarterri se encuentra en la región más occidental de la provincia de Vizcaya. Comienza muy cerca de Bilbao y se extiende hasta las fronteras de Cantabria y Burgos, con las que ha mantenido históricamente una relación muy intensa. De hecho, resulta curioso comprobar en el mapa como la comarca está partida en la mitad por el Valle de Villaverde, un pequeño territorio que pertenece administrativamente a Cantabria, por una de esas curiosidades territoriales que se dan en nuestro país.

En total, más de 500 kilómetros cuadrados de extensión y 17 municipios, si incluimos también la localidad de Muskiz que técnicamente no pertenece a la región pero que sí se incluye habitualmente en muchos de sus planes económicos y turísticos. Un territorio que se extiende entre cumbres encantadoras y hermosos valles que sirvieron de lugar de paso hacia el Cantábrico y está repleto de sorpresas e historias para contar.

Qué visitar en Enkarterri

Los Valles Orientales

Valle de Karrantza
Valle de Karrantza

La parte más alejada de Bilbao, lindando ya con Cantabria, es la conocida como la de los Valles Orientales y resulta ser uno de los rincones más aislados y sorprendentes del País Vasco. Bosques bucólicos, cumbres majestuosas, grutas únicas en el mundo y un ramillete de pequeñas poblaciones con una historia tan apasionante como variada.

Los macizos kársticos que delimitan el Parque Natural de Armañón no solo definen su geografía, sino que también provocan el microclima tan especial de este entorno natural, con frondosos bosques de encinas y hayas, y un auténtico laberinto subterráneo de más de doscientes grutas formadas a lo largo de millones de años. Entre ellas, el caso más extremo es la Torca del Carlista que presume de ser la más profunda de Europa y solo está abierta actualmente a espeleólogos.

Junta a ella, sí podemos visitar la Cueva de Pozalagua, una sorprendente cueva que nos fascinará con sus diferentes galerías y su concentración de estalactitas excéntricas. Un fenómeno muy particular y raro que genera formaciones de estalactitas muy finas que terminan enredándose entre sí generando formas casi imposibles. Frente a la entrada de la cueva, un mirador nos ofrecerá una espectacular perspectiva de los montes de Armañón y Ordunte.

Uno de los rincones más bonitos y escondidos del País Vasco es Lanestosa, la localidad más pequeña de Vizcaya con apenas un centenar de habitantes. Sus callejuelas empedradas, sus casonas con las tradicionales balconadas o su encantador puente medieval la convierten en una joya que merece ser visitada.

Casi todo el valle forma parte administrativamente del municipio Valle de Carranza, que ocupa más de 137 kilómetros cuadrados y comprende un total de 49 pequeños núcleos de población, entre los que destacan Ambasaguas y Concha. Es en este último donde encontramos más servicios con una buena oferta hostelera y uno de los mejores conjuntos de arquitectura indiana del norte de España. A lo largo de la calle principal se reparten en ambos lados de la calzada una nutrida colección de mansiones indianas que competían y compiten entre sí por ser las más bonitas de la ciudad.

La Ruta del Kadagua

La bonita localidad de Balmaseda no se puede explicar sin el paso del río Kadagua, que la parte en dos y le otorga ese encanto tan especial. Y una de las mejores rutas que podemos hacer para recorrer esta zona de Enkarterri nos lleva precisamente a su vera.

Balmaseda

Balmaseda
Balmaseda

Balmaseda fue la primera villa que se fundó en Vizcaya y, a lo largo de la historia, ha vivido diferentes épocas de esplendor que han ido dejando sus propias huellas en la ciudad. Es el caso, por supuesto, de su casco histórico que nos recibe cuando atravesamos el precioso puente medieval y que nos conquistará por su conjunto de callejuelas y su mezcla de estilos arquitectónicos.

Aquí destacan la Iglesia de San Severino, el ayuntamiento o los palacios barrocos de Horcasitas y Urrutia. No deberíamos irnos sin visitar el interesante museo dedicado a la Semana Santa y su famoso Via Crucis. En esta original celebración, se involucra todo Balmaseda para llevar a cabo la representación real de la Pasión Viviente y la crucifixión de Jesucristo.

La Encartada
La Encartada

Otra visita muy interesante es la Fábrica Museo La Encartada, que forma parte de la ruta del Patrimonio Industrial del País Vasco. Esta antigua factoría textil estaba especializada en la fabricación de las características txapelas y estuvo en funcionamiento durante más de un siglo. Muchas de sus máquinas se mantuvieron en funcionamiento hasta su cierre y eso le convierte en un museo que nos permite viajar en el tiempo y ver cómo era en realidad la fábrica mientras se encontraba activa.

En los alrededores, recomendamos ascender hasta el monte Kolitza, uno de los más emblemáticos de la provincia. Se trata de uno de los cinco montes bocineros históricos que se utilizaban para avisar con hogueras y cornetas las llamadas a las Juntas Generales. Sus 879 metros de altura nos ofrecen algunas increíbles panorámicas de los valles vecinos y en la cima podemos visitar la coqueta Ermita de San Roque, que aparece como por arte de magia en los días de niebla.

El mejor camino para subir es el que sale de detrás del Ayuntamiento. Está muy bien señalizado y es fácil de seguir, aunque la ascensión puede hacerse un poco dura si no tenemos mucha preparación física. La otra opción es ascender en coche a través de una senda forestal, pero necesitaremos un vehículo preparado y consultar previamente la situación del terreno para evitarnos un disgusto.

Zalla y Güeñes

Ayuntamiento de Gueñes
Ayuntamiento de Gueñes

Si seguimos el curso del río llegamos hasta la cercana Zalla, una cercana localidad que vive a un ritmo tranquilo como podemos comprobar en su agradable paseo central o el área de Bolunburu. En lo alto vislumbraremos un conjunto monumental formado por lal ermita de Santa Ana, los restos de un poblado milenario o una de las torres que todavía queda en pie de la época medieval.

El Castro de Bolunburu es, de hecho, uno de los poblados más destacados de la Edad De Hierro y estaba formado por una fortificación del siglo IV a.C. y la muralla que protegía las viviendas de su interior. El Palacio de Murga, que hoy ocupa el Ayuntamiento, es posiblemente el edificio más bonito de la localidad. Una antigua fortaleza convertida con el paso de los siglos en una presión mansión barroca.

Otro pueblo que forma parte de la Ruta del Kadagua es Güeñes, donde destaca la iglesia de Santa María y la Villa Urrutia, que hoy es el Ayuntamiento de la ciudad. Como en otras zonas de Las Encartaciones, al pasear por sus calles notaremos la importancia de la época indiana con algunos magníficos ejemplos de su arquitectura como la mansión de Leandro Urrutia.

La Ruta del Hierro

Paisaje provocado por las antiguas minas de hierro
Paisaje provocado por las antiguas minas de hierro

En la costa cantábrica y muy próxima al Bilbao se encuentra la conocida como Ruta del Hierro o la comarca de Meatzaldea, que trata de preservar y dar valor al importante pasado siderúrgico de la región. El mejor lugar para comenzar nuestra visita es el antiguo funicular de La Reineta, con casi cien años de historia, que se utilizaba para transportar mercancías a los yacimientos de los montes de Triano.

Hoy podemos subirnos a él para disfrutar del paisaje y acercarnos a visitar el poblado minero de La Arboleda, uno de los mejor conservados de Europa. Aquí visitaremos este barrio construido para los trabajadores de las minas y la Ekoetxea Meatzaldea, un centro de información que nos explica la historia de la cuenca minera de Vizcaya y algunas piezas restauradas de las antiguas minas. Muy cerca, a unos tres kilómetros, se encuentra también el Museo de la Minería del País Vasco que, además de contar con una de las mayores colecciones de útiles mineros de España, dispone de un mirador con impresionantes vistas a la antigua mina Concha II.

Y es que el hierro ha formado parte intrínseca de la historia del País Vasco desde hace muchos siglos. La mejor prueba es la antigua ferrería de El Pobal que data del siglo XVI y todavía hoy podemos visitar con su maquinaria original, todavía en perfecto funcionamiento.

Paseo Itsaslur
Paseo Itsaslur

Ya en la costa, merece la pena disfrutar de un paseo por Itsaslur, un precioso paseo marítimo que recorre los impresionantes acantilados del Cantábrico y nos lleva hasta la Playa de la Arena, una de las más bonitas del País Vasco. El cercano puerto de Zierbena recoge a la perfección el espíritu marinero y cuenta con una excelente oferta de restaurantes donde degustar los mejores mariscos y pescados de la zona.

Torre Loizaga
Torre Loizaga

Todavía nos queda una última sorpresa y es la posibilidad de visitar una de las mayores colecciones de Rolls-Royce del mundo en una antigua fortaleza medieval. Sí, has leído bien, la Torre Loizaga en Galdames es el sueño del empresario Miguel de la Vía quien primero se dedicó a restaurar las ruinas de este antiguo bastión y luego decidió que era buena idea adquirir la mejor colección del mundo de Rolls-Royce. Hoy es un museo abierto al público donde podemos hacer un recorrido por la historia de la automoción y, especialmente, por la de esta mítica marca inglesa.

Dónde comer en Enkarterri

  • Casa Garras (Barrio Concha 6, Karrantza): Uno de los restaurantes más queridos de la región con más de cuatro décadas de historia que ha sabido combinar a la perfección la cocina más tradicional con un enfoque más creativo gracias a su chef Txema Llamosas, formado en las cocinas de Arzak, Eneko Atxa o Ferrán Adriá.
  • Teike (Martin Mendia Kalea, Balmaseda): En pleno centro de Balmaseda se encuentra este pequeño restaurante que ofrece una carta realmente creativa y sorprendente. Lo más recomendable es pedir uno de sus menús de degustación para dejarnos llevar por el sabroso viaje al que nos invitan.
  • Komentu Maitea (Bº Sandamendi 41, Gordexola): Merece la pena acercarnos hasta el valle de Gordexola para descubrir este espectacular hotel que ha rehabilitado un antiguo convento del siglo XVIII. Su restaurante cuenta con diferentes áreas y una cocina que cuida al máximo detalle la calidad y el servicio.
  • Batzoki (El Puerto 19, Zierbena): Los batxoki eran las tabernas que tradicionalmente frecuentaban los votantes o simpatizantes del PNV. Hoy esa distinción se ha diluido en gran medida, pero su tradición nos permite disfrutar de restaurantes tan auténticos y que suelen ofrecer una gran relación calidad-precio como este Batzoki que se ubica junto al puerto de Zierbena.

Qué comer y beber en Enkarterri

Quesos de Oveja

A la afamada y reconocida gastronomía vasca hay que sumar en el caso de Enkarterri la rica influencia que otras gastronomías como la cántabra y la castellana le han aportado. Predomina, como en otras zonas del norte de España, una cocina contundente que no te dejará con hambre. El mejor ejemplo es la putxera o la olla ferroviaria, el plato más característico de las Encartaciones.

Elaborada tradicionalmente por los trabajadores del ferrocarril, en el propio motor de carbón del tren, es un guiso a base de alubias, costillas, tocino, morcillas y otras carnes. Hoy se cocina en unas ollas especiales que permiten un guisado lento que se alarga durante horas.

No faltan tampoco, por supuesto, los pescados y mariscos de la zona que se elaboran habitualmente a la brasa o con las preparaciones vascas más típicas. Mención especial merecen los quesos de oveja de la zona, que se aprovechan de la leche de las ovejas latxas, una raza autóctona que aporta un sabor muy especial e intenso al producto final.

Y nada mejor que acompañar las comidas con los tradicionales txakolis que se producen en la zona desde el siglo XIII. Estos vinos blancos se caracterizan por su especial acidez y en el caso de las Encartaciones cuentan con la Denominación de Origen Bizkaiko Txakolina. Recomiendo intentar visitar alguna de las bodegas para conocer su particular proceso de elaboración. Una de las más bonitas es la de Virgen de Lorea, que ocupa una espectacular casa indiana con vistas a los viñedos.

La región está llena además de ricos productos artesanales como mieles, dulces, cervezas o los ricos chocolates y cafés de autor que produce la marca Kaitxo en Balmaseda y que han sido merecedores de premios en concursos internacionales.