Con la llegada del otoño volvemos a mirar hacia el interior y nos vamos a Burgos para vivir un fin de semana colmado de historia, arte y delicias gastronómicas. Porque Burgos fue la primera capital del Condado de Castilla siendo posteriormente sede intermitente de la corte castellana. En nuestros paseos por la ciudad no será difícil percibir ese aire de orgullo que todavía palpita en la moderna Burgos que presume de contar con varios enclaves declarados Patrimonio de la Humanidad.
Los imprescindibles de Burgos
Con sus 175.000 habitantes, Burgos no es una ciudad muy extensa, así que puede disfrutarse a fondo en un fin de semana. Eso sí, prepara calzado cómodo porque la ciudad castellana ofrece numerosos atractivos. A continuación, señalamos los imprescindibles de Burgos, esos lugares de obligada visita.
La catedral de Burgos
No queremos entrar en polémicas ni en comparaciones, pero la catedral de Burgos es una de las más bellas construcciones góticas, no solo de España, sino de Europa. Declarada, junto al centro histórico, como Patrimonio de la Humanidad, el templo burgalés suma diversos puntos de interés que en conjunto integran una verdadera obra maestra: la Escalera Dorada, la tumba del Cid, la Capilla del Condestable, el cimborrio del crucero…
La cartuja de Miraflores
A diez minutos al este del centro histórico de Burgos, encontramos otra de las joyas de la arquitectura gótica española, en este caso conjugando el gótico final con los primeros ensayos del plateresco. Rodeado de un pintoresco bosque, esta construcción cobija los restos mortales de los padres de Isabel la Católica destacando tanto la portada del edificio como el retablo interior y los propios sepulcros de Gil de Siloé.
Monasterio de Santa María Real de las Huelgas
A 20 minutos andando de la catedral debemos visitar el monasterio de Santa María Real de las Huelgas. Concebido como panteón real por sus fundadores Alfonso VIII y Leonor de Plantagenet, combina elementos cistercienses de su fundación en el XII con otros estilos como el románico o el mudéjar en añadidos posteriores. A destacar también su claustro de San Fernando y alguna de sus vidrieras que están entre las más antiguas de España.
Monasterio de San Pedro de Cardeña
A 20 minutos en coche al sureste de Burgos no nos debemos perder San Pedro de Cardeña, un monasterio que acumula numerosas historias y leyendas como la del magnífico Claustro de los Mártires donde fueron supuestamente ejecutados 200 monjes por las tropas musulmanas. Aquí se trasladaron también los restos mortales del Cid Campeador, el gran héroe burgalés del Medievo junto a los de su esposa Jimena, que ahora descansan en la catedral.
Museo de la Evolución Humana y Yacimiento de Atapuerca
El Burgos medieval destaca por encima de cualquier otra época histórica, pero en origen el valle de Arlanzón en el que se ubicó posteriormente la ciudad vivió otra época de esplendor hace ¡un millón de años! En los yacimientos de la sierra de Atapuerca, a 20 kilómetros al este de Burgos, se han encontrado restos óseos de cuatro especies humanas distintas, incluyendo al Homo neanderthalensis y al Homo antecessor.
El Museo de la Evolución Humana recoge esta herencia de valor incalculable ofreciendo al visitante un panorama de nuestros orígenes como especie en una exposición que cobija un fantástico edificio concebido por Juan Navarro Baldeweg, autor de la Biblioteca Pedro Salinas o los Teatros del Canal de Madrid, entre otros muchos edificios.
Un paseo por el centro histórico de Burgos
Para completar como se merece este fin de semana en Burgos recorremos a pie el centro histórico de la ciudad deteniéndonos en algunos de sus hitos más significativos. Comenzamos nuestra ruta en la Plaza del Cid donde se ubica el célebre monumento al líder castellano ejecutado por Juan Cristóbal González Quesada.
Nos dirigimos hacia el oeste para recorrer el Paseo del Espolón, uno de los itinerarios más refrescantes de la ciudad castellana ya que transcurre a la vera del río Arlanzón. Diseñado en el siglo XVIII para facilitar la expansión extramuros de la vieja ciudad medieval, el Paseo del Espolón está rodeado de jardines y esculturas clásicas, algunas donadas por Carlos III.
Tras pasar por el Consulado del Mar, un edificio que evoca el importante pasado comercial de Burgos muy vinculado a la exportación de las ovejas merinas castellanas, llegamos al Arco de Santa María frente al puente homónimo, una de las postales más típicas de la ciudad. Se trata de la más espectacular de las doce entradas a la histórica muralla burgalesa.
Dejamos ya la vera del río Arlanzón para observar algunos de los lienzos de aquella muralla medieval que protegió la ciudad de Burgos durante siglos en el arbolado Paseo de los Cubos donde también encontramos la Torre de Doña Lambra y una de las puertas de la Judería que fue una de las más importantes del siglo XIII.
Sin dejar aún el Paseo de los Cubos, tomamos dirección norte y llegamos al sobrio Arco de San Martín, de estilo mudéjar, otra de las entradas de la muralla que era una de las principales puertas de acceso a la zona de la referida judería burgalesa.
Llega el momento de subir el cerro de San Miguel para tener una de las mejores vistas de la ciudad, dominada por las torres y el cimborrio de la catedral, y visitar los restos del castillo medieval que fue parcialmente destruido durante la Guerra de Independencia.
Bajamos del cerro por el norte y atravesamos el Arco de San Esteban de estilo mudéjar primero para después cruzar después el Arco de San Gil donde se ubican nuevos restos de la muralla medieval.
Si recorremos hacia el sur la calle de San Esteban que bordea el cerro por su lado oriental llegamos al Centro de Arte Caja de Burgos, un oasis para el aficionado al arte contemporáneo que pone la nota discordante en una ciudad tan orgullosa de su pasado.
Volviendo hacia el norte, bajamos ahora por la calle de las Corazas, dejando a nuestra derecha la iglesia de San Gil Abad, un austero templo gótico en su exterior que ofrece en su interior la mejor muestra de arquitectura de este estilo después de la catedral.
Y llega el momento de callejear un poco por el Burgos histórico dejándonos seducir por los aromas que llegan de las bodegas y bares de la zona. Porque en la ciudad castellana las tapas brillan en cualquier local, destacando sus celebrados cojonudos y cojonudas (con chorizo y morcilla, respectivamente) pero donde también podemos encontrar propuestas más arriesgadas. Así que gourmets y clásicos estáis de suerte en Burgos: todos encontraréis vuestro lugar de tapeo.
Ya con el estómago lleno, vamos finalizando este paseo por Burgos por la calle de la Concordia hasta llegar a la Plaza de España desde donde alcanzaremos el Arco de San Juan, el más oriental de la ciudad, frente a la que se ubica la iglesia gótica de San Lesmes Abad.
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