Ocho apellidos vascos, Las brujas de Zugarramurdi, Biutiful, El Consejero de Ridley Scott… Son muchas las películas que se han rodado en los últimos años en diferentes escenarios de Navarra. Grandes directores españoles e internacionales han apostado por la Comunidad Foral para situar algunas de sus producciones atraídos por la gran diversidad de la geografía navarra, desde la Selva de Irati a las Bardenas Reales, desde el Valle de Larráun a la capital Pamplona.
Consciente de este atractivo cultural, el Gobierno de Navarra, con el apoyo de otras instituciones públicas como la Navarra Film Comission, llevan varios años promocionando la Comunidad como un destino estrechamente vinculado al séptimo arte, no solo impulsando la región entre los profesionales del sector audiovisual, sino también entre los propios turistas que quieren recorrer algunas de las rutas cinematográficas vinculadas a sus películas preferidas.
Navarra, escenario de película
El cine de Álex de la Iglesia siempre se ha caracterizado por una estética muy cuidada y personal. Aunque el director vasco ya ha abordado todo tipo de géneros, el fantástico fue el que le encumbró. Su gran apuesta de principios de esta década fue Las brujas de Zugarramurdi, una película que se rodó parcialmente en los bosques del norte de la región en torno a la cueva homónima. Y es que la tradición milenaria de leyendas sobre brujas, magia oscura y akelarres en esta zona de Navarra le venía como anillo al dedo al director vasco.
En este sentido, los Pirineos Atlánticos al norte de la región son un destino sobrecogedor y misterioso. Tal vez no veamos ninguna bruja, pero los paisajes de bosques frondosos, brumas y pueblos de imponente soledad sobrecogen y enganchan al viajero.
Un poco más al suroeste, nos encontramos con un escenario menos aterrador pero muy popular entre los millones de fans de Ocho Apellidos Vascos, aquella película que rompió todos los récords de la taquilla española en su estreno en 2013.
Algunas de las localizaciones de la ficticia Argoitia —donde vivía Amaia, la protagonista femenina de la película— se ubicaron en Leitza. Aún hoy, siete años después de la fiebre por Ocho Apellidos Vascos, todavía muchos fans se acercan a la pequeña localidad de la comarca Norte de Aralar en el Valle de Leizarán para recordar aquella historia.
Nuestra ruta por esta tierra de cine nos lleva ahora a Lekunberri, en el centro del Valle de Larráun, donde se rodó una de las mejores películas de uno de los grandes nombres de la historia del cine: Orson Welles era una enamorado de España y, como ya hacía tiempo que en su país no le daban ni un duro —un poco por su indómito carácter y otro poco por su conocida dificultad para controlar financieramente las producciones—, trasladó a su equipo a nuestro país para recrear la historia del shakesperiano Falstaff en Campanadas a Medianoche. Una maravilla que fue una de las primeras películas en poner a Navarra en el mapa cinematográfico mundial.
Un poco más al sur nos detenemos en las Sierras de Urbasa-Andía. Entre la Navarra atlántica y mediterránea se abre este idílico paisaje en el que encontramos los populares hayedos del Parque Natural además del espectacular Nacedero del Urederra. En este territorio se han rodado cintas como Patton, dirigida por Franklin J. Schaffner con guión de un joven Coppola —que se llevó siete Oscars—, Robin y Marian de Richard Lester o Tasio, la ópera prima del navarro Montxo Armendáriz
Ya que estamos a un paso es de obligada parada la capital navarra para disfrutar de una de las ciudades más internacionales de nuestra geografía. Es evidente que San Fermín ha hecho mucho porque medio planeta sepa poner en el mapa Pamplona, pero la capital de la Comunidad Foral también ha sido escenario de algunas películas como Blue Lips o No tengas miedo del propio Armendáriz.
De camino al sur de la Comunidad Foral debemos detenernos en algunos de los pueblos más bonitos de la Península: hablamos de las villas medievales de Artajona y Olite donde se han rodado cintas o series como la mencionada Robin y Marian o Los Borgia. Además, cerca de aquí estuvo el popular Martin Sheen y su hijo Emilio Estévez situando algunas de las escenas de su película de The Way que trataba sobre el Camino de Santiago.
Johnny Depp en las Bárdenas Reales
Y llegamos por fin a uno de los escenarios más apabullantes de la geografía española: las Bardenas Reales. Se trata de un paisaje semidesértico que comparte muchas facetas con el desierto de Tabernas de Almería y que, como este, también ha atraído el interés de los productores por su insólita geografía. Ridley Scott, otro gran enamorado de España que también ha rodado en Andalucía o Fuerteventura, situó parte de su película El Consejero —con Javier Bardem, entre otras estrellas— en este escenario.
Pero las Bardenas Reales también conquistó al gran Terry Gilliam que desplazó a todo su equipo, incluyendo a un joven Johnny Depp, a esta zona de Navarra para intentar rodar El hombre que mató a Don Quijote, una producción que no llegó a completarse hasta casi 20 años después con un elenco totalmente diferente al original. Así mismo, Juanma Bajo Ulloa también situó aquí su célebre Airbag, la ‘Ocho Apellidos Vascos de los 90’. Y el propio Álex de la Iglesia eligió las Bardenas para rodar algunas escenas de su loca Acción Mutante, su ópera prima.
Y terminamos este viaje por una de las tierras más cinematográficas de la geografía española en Pamplona para asistir al NIFF. Pese a que es uno de los festivales de cine españoles más humildes en presupuesto, Navarra International Film Festival ha encontrado su hueco en el calendario festivalero al centrarse en el debate social en torno al cine y el arte. Promocionado por los Estudios Melitón situados en el Valle de Baztán, este festival cumplirá en septiembre su segunda edición… si la pandemia lo permite.
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