Si tuviéramos que describir un mes del año como “el mes del amor”, no quedan dudas de que se trataría de febrero, considerando que todos los días 14 se produce una nueva celebración de San Valentín, con lo que ello significa. Sin embargo, esta tradición internacional no debería eclipsar otras locales, igual de atractivas, como las Bodas de Isabel de Segura.
De hecho, hablamos de uno de los eventos turísticos y culturales más interesantes que pueden presenciarse en toda España y más precisamente en Teruel, donde del jueves 20 al domingo 23 de febrero de 2020 se estará desarrollando una nueva edición de este encuentro, que nos invita a revivir en el país del siglo XIII, con todas sus encantos y limitaciones.
Cuando hablamos de la fiesta de las Bodas de Isabel de Segura, nos referimos a una celebración anual ya consolidada como una de las más típicas dentro de la capital turolense. Organizada este año para el tercer fin de semana de febrero, los eventos se abren camino en la ciudad durante cuatro días, de jueves a domingo, congregando tanto a los residentes locales como a los numerosos turistas que se acercan a disfrutar de esta festividad.
Un marco de ensueño para las Bodas de Isabel
Para quienes caen de imprevisto, es fácil notar que algo raro está ocurriendo en Teruel, porque más allá de la festividad en sí, se puede ver el centro histórico completamente cambiado, añadiendo figuras clásicas de lo medieval como complemento de sus muy bien preservados edificios y lugares emblemáticos.
La arquitectura de Teruel se luce en estos días como en muy pocos otros momentos, permitiendo a los asistentes a las bodas obtener fotografías maravillosas de los estandartes, banderas, mercados medievales y puestos callejeros, en los que los visitantes se pasan horas conociendo las tradiciones locales, y llevándose algunos suvenires para casa.
Además de eso, la celebración se acompaña de una enorme cantidad de conciertos realizados por artistas locales y otros invitados para la ocasión, como exhibiciones, animaciones para los más pequeños, y hasta puestos callejeros que prometen mostrar lo mejor de su gastronomía.
Esta festividad no solo es recomendada para adultos, sino que las pequeños también se integran a la perfección en una festividad con actividades para todas las edades, con el increíble telón de fondo que producen las bandas musicales, luciéndose con instrumentos típicos de aquella época como el tambor, la flauta o el laúd. Como se puede ver, todo confluye para que la festividad realmente tome la ciudad, dejando de lado cualquier otra inquietud durante esos días.
¿Y qué decir de los impecables atuendos medievales que visten los actores, el público, y los turistas que se animan a sumarse a la fiesta? Para este 2020, se esperan cerca de 18.000 asistentes de diferentes partes de España, a los que se sumarán los ciudadanos de Teruel, y una mayoría de ellos se ataviarán con atuendos del siglo XIII, logrando una atmósfera difícil de repetirse en otro lugar del mundo.
Como hemos mencionado más arriba, el escenario de esta fiesta es el centro histórico de Teruel, una de las localidades antiguas mejor preservadas de España, en la que podemos encontrarnos con callejones, torreones, la habitual muralla que rodea el lugar, el aljibe o el portal de La Traición, uno de los puntos más famosos de la localidad.
No menos bello resulta el Conjunto Histórico Artístico Mudéjar de Teruel, declarado por la UNESCO Patrimonio de la Humanidad. Este espacio, que recomendamos recorrer con tiempo, cuenta con una torre, una techumbre y el cimborrio de la Catedral de Santa María de Teruel, además de las torres de varias iglesias, como la del Salvador, la de San Martín o la de San Pedro.
¿En qué consiste el evento?
En cuanto a la festividad recrea la historia de amor imposible de Juan Diego de Marcilla e Isabel de Segura, también conocidos como los amantes de Teruel.
Se trata de una tradición que tiene cientos de años, iniciada para los historiadores allá por el siglo XIII, cuando se dice que dos jóvenes de Teruel, Juan Diego de Marcilla e Isabel de Segura, estaban enamorados y querían casarse, pero el padre de ella se oponía férreamente a la unión debido a la precaria situación económica del muchacho, que no le aseguraba un buen futuro.
Ambas partes acuerdan entonces esperar a que Juan Diego tenga dinero suficiente para “merecer a su prometida”, poniendo un plazo de cinco años. Él parte en búsqueda de riquezas pero, ante la falta de noticias sobre su paradero, el padre de Isabel decide casarla con Pedro de Azagra, un afamado hombre del lugar, con sus cuentas resueltas y una cuantiosa herencia familiar.
Durante la boda, celebrada cinco años y un día después de que Juan Diego partiera de Teruel, éste regresa y se encuentra con el desafortunado evento, e intenta besar por última vez a la novia para recuperar el amor perdido. Sin embargo, ella le rechaza al haberse desposado con otro hombre. Juan Diego muere inmediatamente por no poder sobrellevar el desamor.
Pocas horas más tarde, durante su funeral, Isabel asiste para darle un último beso de despedida a su primer amor, pero tan pronto lo hace cae desvanecida a su lado, falleciendo también. Desde entonces la historia les recuerda como la viva imagen del amor mutuo, incluso superando la otra gran historia de amor escrita, la de Romeo y Julieta, lo que ha suscitado que esta celebración crezca en importancia cada año.
De hecho, se dice que sus cuerpos yacen juntos en el Mausoleo de los Amantes de la iglesia de San Pedro, así que ésta es una forma perfecta de rendir homenaje tanto a su leyenda como a una de las ciudades medievales de España que más apego siente por las tradiciones de antaño.
Para los viajeros, las Bodas de Isabel de Segura representan también una oportunidad única de disfrutar de Teruel, de su Conjunto Histórico Artístico Mudéjar, de su grandiosa gastronomía, de la amabilidad de sus vecinos, y de una de las piezas más genuinas que aún guarda la España medieval.
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