Una estrecha carretera local en la que te encuentras con un rebaño de vacas guiado por un perro y dos pastores motorizados. Te armas de paciencia y disfrutas del paisaje, pero, de repente, un cruce de caminos y unas vacas tiran por un lado y otras por otro. Los pastores salen a toda prisa de su camioneta maldiciendo, el perro ladra, varias vacas se asustan y corren hacia tu coche. Y ahora el que te asustas eres tú. ¡Esto ye Asturies! ¡Bienvenidos al paraíso!
Con esta aventura comienza nuestra ruta por el Desfiladero de los Arrudos en el concejo de Caso, en el parque natural de Redes, pasando Pola de Laviana en dirección sureste: un impresionante sendero de más de 20 kilómetros que nos ofrece un día de gloria en las montañas asturianas.
El Desfiladero de los Arrudos: el gran cañón fluvial de Asturias
Las vacas sortean nuestro coche sin mayores dificultades, dudan, y dan marcha atrás de nuevo. Nosotros seguimos nuestro camino mientras los pastores discuten entre sí con algunos de esos términos tan descacharrantes que también puedes oír en los chigres y que preferimos no reproducir.
Este episodio nos ha retrasado en la ruta, pero ha valido la pena: Asturias no se vive mirando el reloj de reojo, sino disfrutando del paisaje y de sus ilustres protagonistas, entre los que no pueden faltar las vacas.
Para llegar hasta aquí hemos ido por la AS-117 para tomar un desvío tras pasar Tanes, antes de llegar a Campo de Caso: un puente que cruza el embalse de Tanes y que pasa por Coballes, la primera aldea de la carretera que conduce a Caleao, pueblo desde el que parte la ruta del Desfiladero de los Arrudos.
Para aparcar el coche, lo mejor es acudir a la zona del Camping de los Arrudos, donde se ubica una pequeña área recreativa y donde también encontrarás la capilla de San Antonio de Caleao. Y este es el punto exacto desde el que arranca (y termina, dependiendo de la opción que tomemos) la ruta del Desfiladero de los Arrudos.
Dos opciones para recorrer el Desfiladero de los Arrudos
Por un lado, tenemos la ruta circular que parte de la capilla, llega hasta el Collado Ubales donde está el lago homónimo, pasando la majada de Roxecu y la de Llede y desciende en dirección norte pasando la Collada la Canalina para llegar a la aldea de La Infiesta. A partir de aquí, debes recorrer unos 4 kilómetros más por la carretera, primero hasta la Encruceyada, donde hay un restaurante, y después al punto de partida junto al Camping de los Arrudos.
Pese a que es una carretera con muy poco tráfico (termina en Caleao), extrema las precauciones, especialmente con mal tiempo. En total son unos 24 kilómetros a recorrer en algo menos de diez horas.
La otra opción, si prefieres una ruta un poco más corta que no incluya ese tramo por carretera, es llegar hasta la majada de Roxecu para después dar la vuelta por el mismo camino. No te perderás lo más relevante de la ruta, que es el propio desfiladero. En este caso son unos 16 kilómetros que se pueden hacer en aproximadamente 7 horas con paradas.
Recorriendo el Desfiladero de los Arrudos
La primera fase de la ruta, en suave descenso, se hace por una senda empedrada que nos ofrece los primeros destellos del paraíso natural de las montañas asturianas. Flanqueando la senda, pequeñas praderías donde pacen las vacas y los caballos, además el propio arroyo de los Arrudos, cuya agradable sintonía nos acompaña en buena parte del recorrido.
Pero pronto la senda se pone seria, cambiando la piedra por la tierra e iniciando al ascenso que, no obstante, sigue siendo suave hasta que se llega al desfiladero. Primero pasamos ante la cabaña de Prendeoriu, que nos recuerda que este lugar sigue siendo territorio de ganaderos. Y una vez que pasamos el Puente de la Calabaza, arranca la parte más bonita de la senda, el propio desfiladero de los Arrudos.
Un cartel nos explica a qué debemos este nombre: se trata de una vara de acebo de unos 2,5 metros que tiene clavadas perpendicularmente estacas a forma de cruz de manera que hacen peldaños. Los ganaderos la usaban en la zona para subir por las peñas antes de que el camino fuese habilitado. Así se las arreglaban para llegar a sitios aparentemente inaccesibles que, no obstante, eran indispensables para cuidar el ganado alcanzando las majadas ubicadas a más altura.
Pronto verás dos señales que marcan las diferentes direcciones: por un lado, el desfiladero que conecta con la ruta P.R. AS-124 de Cabeza L’Arcu que también recorre el Parque Natural de Redes y, por otro, Caleao, el inicio de la ruta.
El siguiente punto relevante en la ruta, siempre en ascenso y con algunos momentos ya de cierta dureza por su desnivel —el desnivel acumulado de la ruta completa es de 1330 metros— es el Collain, una pequeña planicie desde donde se tienen magníficas vistas del valle de Roxecu.
Tras llegar a la Fontona, desde donde dicen arrancan las tuberías que conducen el agua que abastece Gijón, seguimos ruta hasta el hayedo de los Arrebellaos tras el cual llegamos a la majada de Roxecu, una pradería en la que podemos ver las ruinas de algunas cabañas usadas de antiguo por los pastores.
Este tramo es uno de los más apacibles de la ruta que contrasta con la belleza salvaje (y vertical) del desfiladero: las montañas de la Cordillera Cantábrica en lontananza, el magnífico bosque de hayas y los verdes prados que cubren buena parte del paisaje.
Este es el momento que eligen muchos senderistas para darse media vuelta y poner rumbo de nuevo a Caleao por la misma ruta que hemos seguido hasta ahora. Pero si prefieres seguir te quedan 14 kilómetros hasta La Infiesta o 18 hasta Caleao. Por lo tanto, calcula bien el tiempo antes de embarcarte en la ruta circular porque deberás salir bien temprano.
A cambio podrás coronar llegando al punto más alto de la ruta: los 1688 metros del Collado Ubales, al que se accede tras pasar las majadas de Llede y de los Moyones. Desde el lago vecino tienes vistas de la vega de Brañagallones, el Tiatordos e, incluso, de la vertiente occidental de los Picos de Europa.
El siguiente tramo de la ruta es en ligero descenso hasta la majada de la Carbaza donde la senda conecta con el antiguo Camín de Castilla que seguían los arrieros de la zona: aquellos comerciantes que usaban animales para llevar la mercancía y que no dudaban en sortear todo tipo de dificultades geográficas para llegar a destino.
Pero, en este caso, y tras pasar la Collada La Canalina, nuestra senda se torna sencilla con un pronunciado descenso que pasa ante las cabañas de Pasaoriu y alcanza La Infiesta, tras 20 kilómetros de recorrido por una de las rutas más bonitas del deslumbrante Parque de Redes.
Puedes descargar más información sobre esta y otras rutas en la web del Parque Natural de Redes
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