El mapa, la cantimplora, una gorra, calzado cómodo y la bicicleta bien engrasada. Todo a punto para recorrer la Vía Verde del Tajuña, un itinerario de casi 50 kilómetros en 7 tramos que conecta Arganda del Rey con Ambite a través de localidades como Morata de Tajuña, Perales, Tielmes, Carabaña y Orusco.
Ya sea a pie, seleccionando alguno de los tramos, o en bicicleta, la Vía Verde del Tajuña es un delicioso camino que nos ofrece un recorrido por la historia, la cultura y la naturaleza del sudeste de la Comunidad de Madrid: acompáñanos en este paseo que sigue el antiguo trazado del ferrocarril del Tajuña.
Recorriendo la Vía Verde del Tajuña
Fue en 2007 cuando se terminó el acondicionamiento de la Vía Verde del Tajuña que conecta con la red de Metro de Madrid a través de la línea 9 permitiendo a los usuarios llegar al inicio de la vía con la bicicleta sin necesidad de usar coche particular. A partir de ahí tan solo tenemos que seguir el trazado de asfalto rojo que caracteriza esta ruta.
Con 49 kilómetros de longitud, (más otros 4 kilómetros si partimos del Museo del Ferrocarril de Arganda en La Poveda) es una vía sencilla y de poco desnivel que transcurre paralela al Tajuña, el río que nace en los páramos de Maranchón en Guadalajara para integrarse después en la planicie de La Alcarria ofreciendo un paisaje plagado de vegas que disfrutaremos desde la Vía Verde.
Tramo 1. De La Poveda a la Estación de Arganda
Iniciamos nuestra ruta visitando el Museo del Ferrocarril de La Poveda, la mejor forma de recordar el origen de esta vía la cual sigue los trazados del ferrocarril del Tajuña que desde 1886 discurrió entre Madrid y Alocén en Guadalajara.
Gracias al trabajo de la Asociación Vapor Madrid, en colaboración con el Ayuntamiento de Arganda, se ha rehabilitado un tramo de 6 de kilómetros del antiguo ferrocarril de Tajuña que se puede recorrer en un tren histórico formado por coches de madera centenarios.
Dejamos el tren de Arganda “que pita más que anda” y nos dirigimos a la estación de Metro de Arganda siguiendo el carril bici de La Poveda. A poco menos de 300 metros al oeste de la estación, tras pasar una gasolinera y dos rotondas, encontramos el inconfundible asfalto rojo de la Vía Verde del Tajuña. Tras el aperitivo de La Poveda es hora de seguir la vera del río Tajuña.
Tramo 2. De Arganda a Morata de Tajuña (Km 15)
Este tramo nos ofrece un panorama sobre la historia industrial de Morata, pudiendo visitar la estación de ferrocarril de Cornicabra asociada a las canteras anexas y los viejos hornos de cal, cortados de las propias canteras. Desde este punto se tiene, además, una de las mejores perspectivas del valle del Tajuña.
Así mismo, en este tramo también podemos recordar la tristemente célebre batalla del Jarama que tuvo lugar en febrero de 1937 en el escenario de la Guerra Civil. Trincheras como la Bon que excavó el Batallón Abraham Lincoln, además de varios fortines republicanos y un camino cubierto a modo de zanja de casi un kilómetro de longitud: fue usado por las tropas republicanas como conexión de la retaguardia con la primera línea de combate para abastecerse sin ser detectados.
Rodeando la Vía Verde en el entorno de Morata también podemos disfrutar de la presencia de los olivares en su variedad Cornicabra que ha sido durante siglos la base de la producción agrícola de la zona: de las 1600 hectáreas de olivar que rodean Morata, se extrae el 25% de la producción de toda la Comunidad de Madrid.
Tramo 3. De Morata a Perales (Km 23)
Seguimos recordando la Guerra Civil a través de vestigios como el nido de ametralladora en excelente estado de conservación que formó parte de la 2ª Línea de Defensa del Jarama construido por el ejército republicano además de una cueva de grandes dimensiones en la que se protegían las tropas.
Además, la historia industrial del valle del Tajuña también está representada en este tramo: podemos visitar el antiguo edificio de la Isla Taray —actualmente una residencia de ancianos— en cuyo interior encontramos un gigantesco plátano incluido en el Catálogo de Árboles Singulares de la Comunidad de Madrid. Este edificio ha tenido una larga historia industrial asociada a las aguas del río Tajuña: fue batán de paños, fábrica de papel y de electricidad y molino harinero.
Y es que una de las peculiaridades del Tajuña es la presencia de numerosos molinos movidos por la corriente de agua que se encargaban de moler grano para las fábricas de harina de la zona, dedicándose después a la producción eléctrica, de tejidos —llamados ‘batanes’— o de papel. Con el tiempo, y al caer en desuso, algunos de estos molinos han sido rehabilitados como restaurantes, hoteles rurales o viviendas.
Tramo 4. De Perales a Tielmes (Km 29)
Tras dejar atrás el casco urbano de Tielmes nos encontramos con la pequeña ermita de San Isidro y el denominado “banco más bonito del mundo” —uno más— que ofrece unas magníficas vistas del pueblo al atardecer. Y un poco más adelante encontramos el edificio de la antigua estación de Chavarri. Fue un apeadero abierto en 1910 fruto de la ampliación del Ferrocarril del Tajuña entre Orusco y la propia Tielmes.
Este apeadero daba servicio al balneario y planta embotelladora de las Aguas de Carabaña que abrió el emprendedor Ruperto Jacinto Chavarri a finales del XIX aprovechando las riquezas minerales de las aguas que brotaban del manantial del Cerro Cabeza Gorda y que llegaron a tener fama internacional.
Tramo 5. De Tielmes a Carabaña (Km 35)
A la altura del cruce con la carretera de Carabaña a Brea de Tajo, la pista roja llega casi la orilla del Tajuña donde se ubica un nuevo molino que marca la entrada a Carabaña.
Desde este punto existe la posibilidad de tomar un desvío que conecta con la conocida como Vía Verde del Ferrocarril de los Cuarenta Días, un ramal ferroviario del ferrocarril del Tajuña que nos conduce a Estremera entre trincheras, huertos y olivos. Así mismo, desde aquí también podemos conectar con el Gran Tour de CiclaMadrid en su etapa 3.
Tramo 6. De Carabaña a Orusco (Km 40)
Este penúltimo tramo de la Vía Verde de Tajuña, ya hacia el norte, nos conduce a Orusco, un pueblo en el que destaca su iglesia de San Juan Evangelista construida en el XVII y restaurada en numerosas ocasiones: su gran tesoro es una pila bautismal renacentista del siglo XIV y su Virgen de Bellaescusa que preside el templo.
De camino a Ambite nos encontramos también con la ermita de la Virgen de Bellaescusa: cuenta la leyenda que en este lugar se apareció la virgen a dos cazadores de la Orden de Santiago que estaban a punto de desenfundar sus espadas por una pieza de caza. Uno de ellos dijo al ver a la virgen: “¡Qué bella excusa para dejar de reñir!”. Y desde entonces esta virgen es la patrona del pueblo. Edificada en el siglo XIII, fue reconstruida en 1960.
Tramo 7. De Orusco a Ambite (Km 49)
Dejamos atrás la ermita y disfrutamos de uno de los tramos más agradables de la Vía Verde del Tajuña, por el que merece la pena hacer un último esfuerzo. Pasaremos entre arboledas, bajo pequeños puentes y acantilados sobre el río. Una piscina municipal al aire libre en este último tramo también anima a darse un baño: en verano, sus vestuarios también están disponibles para que ciclistas y senderistas se puedan asear.
Para volver en dirección Arganda puedes tomar un autobús interurbano de la línea 326 o bien volver por la propia vía, sobre todo si vamos en bicicleta y aún nos quedan fuerzas.
Así mismo hay que señalar que, a tan solo un kilómetro y medio de Ambite, arranca el tramo de la vía verde en la provincia de Guadalajara que conecta en primer lugar con Mondéjar: según nos consta, se está trabajando con Castilla-La Mancha para lograr que esta vía alcance las orillas del Tajo en Entrepeñas. Sin duda una buena noticia para que esta Vía Verde del Tajuña no se detenga entre provincias vecinas.
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