A lo largo de las distintas épocas históricas, lo que podríamos llamar el centro del mundo ha ido cambiando de ubicación, a medida que se sucedían los imperios, las sociedades y se descubrían nuevos territorios. Algunos de esos lugares todavía podemos visitarlos y descubrir así de primera mano los vestigios de aquellos tiempos en los que fueron los más influyentes del planeta.
Sumérgete en algunas de las ciudades más importantes en cada época de la historia y déjate seducir por su pasado, su presente y su futuro. Siempre constituyen destinos perfectos para cualquiera de nuestros viajes.
Hattusa
Uno de los imperios más importantes de la Antigüedad fue el Imperio hitita, cuya capital estaba en Hattusa, en plena península de Anatolia y actual Turquía. Su máximo apogeo se alcanzó en torno al siglo XIV a.C. y aún se conservan algunos de sus restos.
Y es que en el espacio que ocupaba Hattusa se encuentra en nuestros días Bogazkale, en la provincia de Corum, a 1000 metros de altitud sobre el nivel del mar. En ella aún puedes contemplar la antigua muralla de Hattusa, la Puerta de los Leones y la Puerta del Rey. Todo el conjunto monumental fue catalogado como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el año 1986.
Tebas
Si hablamos de Egipto no podemos olvidar la antigua ciudad de Tebas, la que fue capital del Imperio Medio y del Imperio Nuevo y cuya importancia perduró hasta el siglo VII a.C. Se ubicaba a la orilla del río Nilo, donde hoy en día se encuentra Luxor.
En su entorno todavía pueden visitarse los templos de Karnak, de Luxor y de Hatshepsut, así como los colosos de Memnón y los famosos Valle de los Reyes y Valle de las Reinas. La antigua Tebas y sus necrópolis fueron declaradas Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1979.
Atenas
En el Mediterráneo, entre los siglos V y II a.C., la cuna de la civilización se localizó en lo que hoy conocemos como la Grecia clásica. Allí, la ciudad de Atenas se convirtió en el centro del mundo antiguo.
Cuenta la leyenda que Atenas fue fundada por Cécrope, el hijo de la Madre Tierra, que era un ser semihumano, pues su otra mitad era de serpiente. Y en el siglo V a.C., en la época del gobernador Pericles, se levantaron las construcciones más destacadas de la Acrópolis, que continúan siendo una de las mayores atracciones turísticas en la actualidad.
Roma
La capital del mundo antiguo fue luego Roma. El Imperio romano comenzó a expandirse de tal forma que terminó controlando la mayoría de los territorios mediterráneos, ejerciendo su influencia y poder desde el Atlántico hasta el Golfo Pérsico.
La vida en Roma bullía en torno al foro y los mercados de Trajano, que han sido considerados como primer centro comercial de la historia a cubierto, al tiempo que se sucedían los espectáculos en el circo Máximo. Las termas también constituían otros de los puntos más destacados de la urbe. En la actualidad, la que es la capital de Italia sigue siendo una de las ciudades más turísticas del mundo.
Xian
No podemos ignorar la que fue la primera capital del Imperio chino: Xian, de la que conservamos sus famosos guerreros de terracota, más de 8000 esculturas que fueron creadas para ser enterradas con el emperador. Este imperio comenzó a crecer en el siglo II a.C. Por aquel entonces, el emperador Qin Shi Huang se propuso unificar los reinos regionales para crear su imperio. Así, mandó construir numerosas vías de comunicación, acuñó una moneda única y estableció un idioma oficial en su territorio.
En Xian puedes visitar la Gran Pagoda, la muralla y la Gran Mezquita, y si quieres contemplar los guerreros de terracota, puedes hacerlo a unos 30 kilómetros de la ciudad.
Constantinopla
Junto a Roma y Xian, entre los siglos II y I a.C., la ciudad de Constantinopla, antigua Bizancio, fue otra de las ciudades más importantes de su tiempo, no en vano era la capital del Imperio Romano de Oriente y del Imperio Otomano.
De hecho, el nombre de Constantinopla se mantuvo hasta la caída del Imperio Romano de Oriente en 1453. El centro histórico de la que es la actual Estambul fue catalogado como Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1985.
París
Durante el siglo XVIII, París era la capital de Europa y una de las ciudades más importantes del mundo. De hecho, el idioma preponderante era el francés en el continente y en ella se congregaban artistas y artesanos, tal y como sucedería a finales del XIX y principios del XX.
Fue entonces cuando comenzaron a levantarse sus nuevos barrios en torno al río Sena debido a su continuo crecimiento. Y cuando estalló la Revolución Francesa en 1789, momento culminante en la historia, la ciudad de París contaba ya con unos 600 000 habitantes. París también es Patrimonio Mundial de la Humanidad.
Londres
Durante el siglo XIX fue Londres la que se convirtió no solo en la ciudad más grande del mundo, sino también en una de las más importantes, al ser la capital del Imperio británico. Fue en esta época de la historia cuando se construyeron estaciones como la de Paddington y la de King’s Cross, museos como el Victoria and Albert Museum y lugares icónicos como Trafalgar Square, el Big Ben, las Casas del Parlamento y el Royal Albert Hall.
Nueva York
El centro neurálgico del mundo pasó luego a Nueva York, que en 1939 ya contaba con más de 8 millones de habitantes, y tras la Primera Guerra Mundial, se convirtió en el centro financiero del mundo, con la presencia de Wall Street y la sede internacional de las Naciones Unidas. Y es que la Gran Manzana comenzó a crecer durante las década de los felices veinte del siglo XX.
Con la globalización en este siglo XXI, las opiniones son dispares respecto a cuál es la ciudad más importante del mundo y es que son muchas, según cada continente, las que pueden disputarse tal apelativo. Tendrán que pasar unas cuantas décadas antes de que el tiempo y la historia nos digan cuál de ellas tuvo, al fin, más relevancia en esta centuria.
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