Japón es un destino fascinante que es un placer descubrir en cualquier época del año porque cada estación tiene atractivo propio. Aun así, a la hora de organizar tu viaje, es importante conocer de antemano qué te espera según las semanas en las que hayas decidido viajar. Hablamos de un país extenso con importantes diferencias de temperaturas entre el norte y el sur y fuertes contrastes entre las áreas montañosas y las localidades costeras.
Además de la climatología para valorar cuál es la mejor época para viajar al país del sol naciente, también tendrás que pensar en las actividades que quieres realizar, desde contemplar el magnífico espectáculo de los cerezos en flor, hasta acudir a alguno de los festivales más famosos que se tienen lugar en Tokio, Kioto u Osaka. Las temperaturas, la época de lluvias, la naturaleza, los eventos o los periodos de vacaciones de los japoneses… son solo algunos aspectos que analizamos para que puedas decidir el mejor momento para descubrir Japón.
El clima en Japón
Aunque las condiciones meteorológicas exactas son imposible de determinar con demasiada antelación, sí conviene tener una primera idea de las que podrán darse (con mayor probabilidad) según la época del año en la que viajes. En este sentido, hay que decir que Japón tiene en general un clima suave, similar al de España, en el que las temperaturas extremas, de frío o de calor, son algo excepcional.
En invierno, aunque el frío se impone predominan los días soleados y las temperaturas bajo cero quedan reservadas a las zonas montañosas. Es la época perfecta, por ejemplo, para disfrutar de los deportes de invierno en los llamados Alpes Japoneses y también hay que tener en cuenta que son meses de temporada baja en los que visitar Japón puede resultar más económico.
A partir de junio, ya se alcanzan temperaturas medias que pueden superar los 25 grados en algunas de las ciudades japonesas más visitadas como su capital Tokio.
En pleno verano (julio y agosto) los grados suben y se sitúan entre los 30 y los 35 con una importante carga de humedad ambiental. Estos meses también son una buena opción para descubrir Japón aunque, lógicamente, es la época de mayor afluencia de turistas en la que las lluvias débiles pueden ser más frecuentes. En cualquier caso, no hablamos de lluvias torrenciales, algo que sí puede darse a finales de agosto y sobre todo durante el mes de septiembre, la época de tifones en Japón.
Primavera y otoño: ¿Cuál es la mejor época para visitar Japón?
Aunque hay que insistir en que cada estación tiene encanto propio, si además de conocer las ciudades japonesas más importantes y sus monumentos quieres contemplar los paisajes y la naturaleza nipona en todo su esplendor, la primavera y el otoño son dos magníficas opciones.
Entre finales de marzo y principio de abril se produce la floración de los cerezos, lo que los japoneses denominan sakura, un bello espectáculo que hace que la flor del cerezo no solo adorne los más bellos paisajes en valles y montañas, sino también los parques, santuarios y jardines de las principales ciudades que adquieren, en estas semanas, una luz y un colorido muy especial, además de celebrar numerosos festivales y eventos para recibir a la esperada primavera. Temperaturas agradables, pocas lluvias y la naturaleza en flor hacen que visitar Japón en primavera sea una estupenda propuesta.
Otro momento mágico para conocer este sorprendente país es la época de finales del verano, cuando queda definitivamente atrás septiembre y la época de tifones y los colores del otoño se van imponiendo durante octubre y noviembre. Esos tonos pardos, dorados y rojizos que adquieren las hojas de los árboles es lo que los japoneses llaman momiji y es una etapa ideal para hacer un inolvidable itinerario por algunas de las ciudades más bellas e interesantes de Japón.
Las mejores fechas para ir a Japón (y las que es preferible evitar)
Siempre es buen momento para dejarte sorprender por la cultura, la historia, el arte y la naturaleza de Japón, pero a la hora de planificar tu viaje perfecto es importante echar un ojo al calendario para ver qué te espera en esas fechas en las que quieres emprender tu aventura.
Nadie te puede garantizar, con la necesaria antelación, la previsión meteorológica pero, si puedes elegir, evita el final de agosto y septiembre. Si te resulta posible, vale la pena retrasar a llegada a los meses de octubre y noviembre, cuando las lluvias cesan, no hace aún demasiado frio y, además, vas a encontrar menos aglomeraciones de turistas en los lugares más visitados.
Como hemos comentado, también la primavera es una época especialmente bonita para descubrir Japón. Mediados de marzo, abril y mayo son meses magníficos para recorrer el país y disfrutar de toda la belleza que guarda, aunque siempre es recomendable evitar la Golden Week.
Se trata la semana en la que la mayoría de los japoneses toma sus vacaciones y se desplaza a distintas localidades del país, por lo que es más complicado encontrar alojamientos económicos y puede haber dificultades con los trenes. Suele caer a finales de abril – principios de mayo y puede ser una época algo incómoda para conocer Japón.
Si tu viaje tiene que ser en verano, procura encontrar fecha entre junio y julio, una época con calor y humedad ‘soportables’ y con numerosos festivales e importantes eventos que se celebran por todo el país y que pueden ser de tu interés.
En julio, por ejemplo, tiene lugar el Día del Mar, con múltiples actividades en las localidades japonesas de la costa, también la Fiesta de las Estrellas (Tanabata) con espectáculos de fuegos artificiales en casi cualquier ciudad nipona. El Gion Matsuri, uno de los festivales veraniegos más populares en Kioto o la subida al monte Fuji, solo permitida en julio y agosto son excelentes razones para viajar a Japón en verano.
En resumen, cualquier época es buena para dejarte sorprender por el país del Sol Naciente aunque puestos a elegir, las mejores son los meses de finales de abril y mayo exceptuando la Golden Week, y respecto al verano, aquellos donde las temperaturas son más suaves y el riesgo tifones y huracanes, mínimo, que son junio y julio.
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