El mal de altura, también conocido como mal agudo de montaña (MAM), es sencillamente la falta de adaptación de nuestro cuerpo a los lugares que se encuentran a gran altitud sobre el nivel del mar. Sus síntomas comienzan a sentirse a partir de los 2.500 metros de altura, aunque no todas las personas lo sufren.
Cuanto más se asciende, más disminuye la presión atmosférica y la presión del oxígeno. Esto puede provocar dolor de cabeza, fatiga, náuseas y vómitos, trastornos digestivos, etc… ¿Qué recomendaciones habría que seguir para superar el mal de altura?
Descanso y alimentación
Si debemos aclimatarnos al mal de altura, lo más recomendable será no realizar ejercicios físicos ni grandes esfuerzos durante los primeros días. El día anterior a la llegada al lugar en altura hay que dormir bien, no comer mucho ni de forma pesada y evitar las bebidas alcohólicas y el tabaco, además de los tranquilizantes.
Es fundamental hidratarse bien en todo momento (2-3 litros de agua desde el día antes de llegar) y tomar carbohidratos y alimentos ricos en azúcar, además de comidas de fácil digestión. Por cierto, a medida que se vaya ascendiendo el frío será mayor, por lo que hay que estar bien abrigados.
Ascender poco a poco
El cuerpo necesita entre 3 y 5 días para adaptarse a alturas superiores a los 2.500 metros y al nuevo ambiente. Por eso, lo ideal es ascender poco a poco, sin subir más de 2.700 metros en un solo día. También resulta recomendable no dormir a más de 300 – 600 metros por encima de la altitud a la que dormiste la noche anterior, siendo necesario pasar un día adicional de aclimatación por cada 1.000 metros.
Para llevar mucho mejor el control de estas situaciones, puedes comprar un altímetro o un reloj con medidor de altura para saber en todo momento lo que has ascendido.
Hoja de coca para el mal de altura
En muchos de los lugares situados a gran altura sobre el nivel del mar se suele ofrecer a los turistas hoja de coca, mate o té de coca. Estas hojas de coca se colocan en una taza de agua hirviendo para tomar. También hay quien prefiere masticar directamente la hoja de coca para tragar el jugo amargo que segrega.
Aunque su sabor no es demasiado agradable, es uno de los mejores remedios para comenzar a aclimatarse. Más dulce suele estar en forma de caramelos. En Machu Picchu, por ejemplo, y en otros puntos de Sudamérica es muy común y se le conoce también como la hoja del inca.
Pastillas para el mal de altura
Posiblemente no te suenen mucho, pero en las ciudades y pueblos a gran altura o cercanas son fáciles de encontrar. Se pueden comprar sin receta, se venden en cajas o fraccionadas y se deben tomar al menos el día antes de ascender a gran altura. La dosis recomendada es de una píldora cada 8 – 12 horas.
Estas pastillas ayudan a la irrigación sanguínea y aumentan la capacidad respiratoria. Realmente, no eliminan por completo el mal de altura, pero sí se minimizan los síntomas. Siempre y cuando cumplamos también el resto de recomendaciones.
Qué hacer en caso de sufrir el mal de altura
A pesar de seguir todas las recomendaciones, es probable que se puedan sentir los síntomas del mal de altura. En ese caso, hay que consultar a un médico y rehidratarse, manteniendo reposo de 24 a 48 horas. Lo más recomendable, en la medida de lo posible, es descender al menos unos 400 metros. El médico seguramente iniciará una medicación que puede consistir en analgésicos.
En cuanto a la alimentación, habrá que tomar alimentos ricos en azúcares. En este caso, sí que sería obligatorio tomar las pastillas para el mal de altura o las hojas de coca, tanto en caldo como en caramelo o directamente.
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