Coimbra es una de las ciudades más hermosas, jóvenes y divertidas que se pueden visitar en Portugal. Y gran parte de esa belleza, juventud y diversión se debe a la presencia de la universidad lusa más antigua. La famosa Universidad de Coimbra que remonta sus orígenes al siglo XIII y que hoy en el XXI sigue siendo el gran emblema cultural y social de la urbe.
La Universidad de Coimbra
Lo cierto es que cualquier invitación a viajar a Coimbra ha de comenzar mencionando su famosa institución académica. La Universidad de Coimbra inició su andadura en el año 1290, y todavía hoy continúa su labor formativa. Hoy en día es de las más prestigiosas universidades lusas, y hasta ella acuden muchos estudiantes del país. Además de otros muchos sitios de Europa y del resto del mundo. De ahí el ambiente joven, divertido y también económico que se respira en muchos locales de la urbe.
Pero además de eso, la Universidad de Coimbra es uno de los grandes reclamos turísticos. Y es que estamos hablando de un conjunto monumental de primer orden. Tanto que hace unos pocos años fue declarado Patrimonio Cultural de la Humanidad por la UNESCO.
Qué ver en la Universidad de Coimbra
Como ya hemos comentado el recinto histórico de la Universidad se encuentra en la zona alta de Coimbra. El recorrido para acercarnos ahí no puede ser más atractivo. Primero atravesamos la Plaza de la República, luego vemos lo que queda de un acueducto del siglo XVI, y después llegamos a la Plaza de Dom Dinis, en honor de su fundador. Y allí ya nos espera la Porta Ferrea que tras franquearla nos muestra lo más espectacular, el Patio das Escolas.
Allí está el Palacio de la Universidad, con su enorme torre de más de 30 metros de altura. Y dentro del Palacio universitario las visitas transcurren por dependencias como el Paraninfo, la Sala del Examen Privado, una cárcel, una Sala de Armas o una capilla dedicada a San Miguel. Es decir, una universidad de las de antes.
Solo en ese contexto histórico es comprensible el recinto más bello de Coimbra: la Biblioteca Joanina. Un delirio de libros históricos y decoración rococó que hace difícil que nadie se concentre en la lectura de los libros y no admire todo este increíble repertorio escultórico y ornamental del siglo XVIII.
La Baixa
Aunque en Coimbra la fama de su universidad ensombrece muchos otros atractivos, la verdad es que hay más cosas que admirar un poquito más debajo del recinto académico. Es la zona que se denomina la Baixa, y obviamente se halla más cerca del río Mondego que baña la población.
En esa área esta la Plaza del Comercio, auténtico epicentro urbano. Allí nos esperan diversos edificios interesantes. Por ejemplo, está la iglesia de Sao Thiago, es decir de Santiago. Lo que nos recuerda que hay muchas rutas jacobeas, y una de ellas precisamente pasa por este punto rumbo a Compostela en Galicia.
Y no muy lejos de aquí está la plaza de Santa Cruz, con el monasterio homónimo y también un café con nombre idéntico. Este café por sí solo merece la pena acercarse a esta plaza, ya que no solo nos invita a tomar algo. Sobre todo supone una especie de viaje en el tiempo a comienzos del siglo XX.
Las huellas de un romance
Ya que hablamos de un establecimiento concreto, vamos a nombrar también un hotel: la Quinta das Lagrimas. El escenario de un amor con triste desenlace. Los protagonistas vivieron a mediados del siglo XIV y fueron el infante Dom Pedro y la gallega Inés de Castro, sirvienta de u esposa. Un amor prohibido y que por orden del monarca Alfonso IV acabó con la muerte de la doncella.
Una historia que se recuerda aquí y también en el Mirador de Penedo da Saudade, que podemos traducir como Mirador de la Roca de la Nostalgia, ya que la leyenda dice que hasta aquí se acercaba el infante a llorar la pérdida de su amada. Nosotros podemos ir sobre todo para ver el resto de la ciudad.
Más cosas que ver en Coimbra
Todavía nos quedan más cosas por ver aquí. Por ejemplo, la Catedral Vieja, que es un magnífico exponente de la arquitectura románica. Una sorpresa pétrea a la altura de otros importantes monumentos medievales lusos como el Castillo de Guimaraes, origen del reino.
Igualmente podemos ver el Jardín Botánico con su Museo Bissaya Barreto, o podemos caminar por la zona más antigua, donde sorprende descubrir los muchos y buenos grafitis que hay. Y si cruzamos el puente de Santa Clara sobre el río podemos descubrir buenos lugares para comer barato algunos de los platos típicos entre los que no faltan las recetas de bacalao o el plato más típico: la dobrada, o sea callos con alubias. Solo para estómagos valientes.
Portugal dos Pequeninos
Para acabar tenemos que comentar que Coimbra es un buen lugar de Portugal para viajar con niños. La razón es el histórico Parque Portugal dos Pequeninos. Allí está recreado lo mejor del patrimonio luso en miniatura. Unas maquetas a escala por la que los peques se adentran, juegan y aprenden. ¡Para no perdérselo durante un viaje familiar a esta zona del norte de Portugal!
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