España gusta mucho a los viajeros de todo el mundo. No lo decimos nosotros, sino el informe del INE, del que se desgrana nos visitaron 82.2 millones de personas antes de la pandemia, lo que nos coloca en el segundo puesto de los países más visitados del mundo. Comprensible, pues tenemos una gastronomía deliciosa, ciudades maravillosas, pueblos con mucho encanto, espacios naturales de lo más valiosos y una cultura e idiosincrasia que llama poderosamente la atención en el exterior.
Sin embargo, no todos los que nos visitan se detienen unos segundos a comprender nuestra cultura, nuestra visión de la sociedad y, en definitiva, cómo funcionamos. En consecuencia, vienen con las ideas preconcebidas y estereotipos que nos ha adjudicado no sabemos quién, lo que conlleva que muchos no saquen el máximo partido a su estancia. He aquí los errores más frecuentes que comenten los turistas cuando visitan España.
Pensar que la cocina española es solo paella o tortilla de patatas
Sí, es cierto que estos tres manjares son toda una institución en nuestra cultura gastronómica, cuya fama ha traspasado fronteras y conquistado el paladar de muchos. Sin embargo, España tiene una gastronomía mucho más prolífica, que incluye más platos tradicionales y muy deliciosos como el gazpacho, el cocido madrileño, el pulpo, la fabada asturiana, el salmorejo… Así que no ir más allá es un error mayúsculo.
Querer comer y cenar en horario europeo
En España nos lo tomamos con calma. No ponemos en práctica el horario europeo, es decir, pasamos de comer entre las 12:00 y la 13:00 y de cenar entre las 17:00 y las 21:00. Preferimos hacerlo unas dos horas más tarde, por lo que es poco probable encontrar una cocina abierta a dichas horas.
¿La solución? Recurrir a una de nuestras costumbres más populares, arraigadas y deliciosas: tapear, que además permite ampliar el abanico de sabores patrios. En relación a esta costumbre tan nuestra, tampoco lo terminan de tener del todo claro. Tienden a creer que es un plato típico o un almuerzo cuando se trata de forma de disfrutar de nuestra gastronomía que precede al almuerzo o la cena.
Creer que en toda España hace siempre calor
Es cierto que la geografía española tiene regiones mediterráneas, donde el sol y las temperaturas agradables se adueñan del protagonismo durante buena parte del año, que constituyen un poderoso atractivo a para miles de viajeros. Pero también incluye otras, especialmente en el norte, donde la lluvia y el fresquito son más frecuentes.
Muchos turistas no lo tienen en cuenta e incluyen en la maleta ropa apropiada para disfrutar de temperaturas agradables independientemente del destino y la época del año. Esto nos regala imágenes de lo más insólitas: turistas con sandalias en pleno noviembre en el norte, otros en tirantes a la primera que ven un rayo de sol en marzo…
Dejar la misma propina que en el país de origen
A diferencia de otros países como Francia y Holanda, donde la propina está contenida en el total de la cuenta, en España no se incluye y tampoco es obligatoria, por lo que no hay establecidos unos porcentajes legales. Eso sí, el detalle se agradece, sobre todo si nos han dado un excelente servicio. Pero ¿cuál es la regla para no pecar de tacaño o meter la pata por generoso y evitarnos una mala cara del camarero?
La respuesta la hallamos en un viejo refrán: “allá donde fueres, haz lo que vieres”. Dicho de otra manera, debemos adaptarnos a las prácticas del lugar en el que estamos. En España, es muy habitual dejar la cantidad restante hasta redondear la cuenta. Es decir, si nos hemos gastado 15.50 €, se dejan 50 €.
España es sinónimo de fiesta
Una de las creencias más generalizadas entre los viajeros es que en España estamos siempre de fiesta. Posiblemente, en ello tenga mucho que ver el hecho de que muchos bares, terrazas y discotecas se mantienen abiertos o comienzan a funcionar, sobre todo en verano, a la hora que cierran en el resto de Europa. Pero no a todos les gusta salir hasta las tantas ni lo hacen todos los días ni, en definitiva, viven de noche. De hecho, aunque parezca extraño, también madrugamos, trabajamos y cumplimos con nuestras responsabilidades.
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