La población de Chinchón es una de las más gratas sorpresas que uno se lleva al salir de la capital y atreverse a recorrer la Comunidad de Madrid. Una localidad con unos cinco millares de habitantes y ubicada entre los ríos Tajuña y Tajo, a apenas 45 kilómetros de la gran ciudad. Un destino fantástico, sobre todo para los amantes de la historia y la belleza.
Es cierto que su lugar más emblemático es la Plaza Mayor, cuya contemplación compensa por sí sola el viaje hasta aquí. Y tal vez por sus orígenes medievales, podríamos pensar que la experiencia de viajar a Chinchón nos propone un desplazamiento virtual hasta la Edad Media. Pero no es así, lo interesante de este lugar de Madrid es que en él se pueden revivir episodios históricos de las más variadas épocas.
Además, todo ese pasado queda envuelto en una atmósfera de belleza indudable. El aspecto de Chinchón es sencillamente precioso. Es evidente que estamos en uno de los pueblos más bonitos de Madrid. ¿Nos acompañáis para saber más de él y descubrir sus enclaves de visita obligada?
La Plaza Mayor de Chinchón
Ya lo hemos anticipado más arriba. Ver la Plaza Mayor de Chinchón merece la pena el viaje. Es un espacio de forma irregular y al que se accede desde cuatro puntos distintos. No obstante, se llegue por donde se llegue, nunca defrauda. Cualquiera se queda impactado al visualizar ese juego de arquitectura y madera verde que suponen los más de 230 balcones que organizan las fachadas de los edificios.
Por cierto, esos balcones a veces tienen un propietario distinto a la vivienda que tienen detrás. Y es que se pueden alquilar como una especie de palcos para ver la plaza o disfrutar de los eventos que aquí se celebran. Porque aquí a lo largo de la historia ha habido todo tipo de acontecimientos, desde autos sacramentales hasta corridas de toros. Una muestra de ello, es que en la actualidad se celebra aquí un interesante mercado medieval para conmemorar la llegada de los Reyes Católicos a esta plaza.
Algunos de esos balcones también son el sitio más carismático para comer en Chinchón, ya que algunos de los restaurantes de la plaza ofrecen la posibilidad de degustar ahí sus menús. Así que comerse un buen cordero o saborear un vino local en estos balcones es una de las mejores sensaciones de este viaje por el sur de Madrid.
Torre del Reloj
Al salir de la Plaza Mayor de Chinchón os recomendamos acudir a la sombra de la Torre del Reloj. Hoy solo está el campanario de la iglesia de Nuestra Señora de Gracia, que se levantó allá por el siglo XIV. Sin embargo, ya en el XIX, durante los episodios de la Guerra de Independencia, aquel templo quedó destruido y solo se mantuvo en pie la Torre del Reloj.
Teatro Lope de Vega en Chinchón
Junto al viejo campanario está el Teatro Lope de Vega construido en 1891 en el mismo solar que antes estuvo el Palacio de los Condes de Chinchón, lugar en el que pudo pasar un tiempo el propio Lope de Vega.
Asistir a uno de los espectáculos teatrales de este escenario siempre es un placer, comenzando porque antes de que se levante su gran telón, podemos ver en él una imagen histórica de la localidad. Y además visitando este teatro, de algún modo se le rinde homenaje a uno de los grandes actores de España. Nos referimos a José Sacristán, nacido en Chinchón y donde sigue promoviendo un certamen teatral.
Iglesia de la Asunción
Antes hemos nombrado la Torre del Reloj sin iglesia. Y ahora vamos a hablar de la iglesia de la Asunción que no tiene torre. Algo que se debe a que este templo del siglo XVI, se construyó como capilla personal de los condes de Chinchón. O sea que como no tenía a nadie que llamar a misa, ¿para qué iba a haber campanario?
Hoy es iglesia parroquial, pero sobre todo es un edificio que repasa gran parte de la historia del arte, desde el gótico hasta el barroco, pasando por el plateresco y el arte renacentista. Si bien hay algo que destaca sobre el resto. Es el lienzo de la Asunción del altar mayor, una obra firmada por Goya, quien la hizo precisamente por encargo de su hermano, quien era capellán en Chinchón.
Castillo de los Condes de Chinchón
Otro lugar para transportarnos en el tiempo es el Castillo de los Condes de Chinchón, originado en el siglo XV, si bien ha tenido diferentes reconstrucciones a lo largo de la historia. No en vano sus muros han sufrido los ataques en diversos episodios bélicos, el más destructivo de todos en la Guerra de la Independencia contra los franceses.
De hecho, su aspecto ha cambiado mucho con el paso de los siglos. Hasta fue durante un tiempo fábrica de licores. Hoy solo se ve desde fuera, ya que es de propiedad privada y no es visitable.
Parador de Turismo
El viejo monasterio de los Agustinos Calzados que se construyó a finales del siglo XV también es un ejemplo de cómo los lugares cambian su aspecto y sus usos. De hecho, este antiguo convento hoy se integra en la red de Paradores Nacionales de Turismo. Y por lo tanto el lugar idóneo para sentir toda la historia de esta población, de la cual todavía nos quedan varios sitios por visitar.
Por ejemplo la Casa de las Cadenas, una edificación que en el siglo XVIII alojó al rey Felipe V. O la ermita del Rosario, que más allá de su arquitectura religiosa del Barroco, convirtió sus capillas en pequeñas celdas durante ciertos momentos de la Guerra Civil Española. Y es que como decíamos al comienzo de estas líneas, sin duda viajar a Chinchón es como darse un hermoso paseo virtual por la historia de este país.
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