La ciudad de Castelló celebra estos días la sexta edición de Escala a Castelló, que se ha convertido en los últimos años en un evento de carácter internacional, congregando a más de 273.000 visitantes en las cinco ediciones previas en la capital de la Plana. El programa incluye visitas a embarcaciones, mercados gastronómicos y artesanales, así como una amplia variedad de actividades para que personas de todas las edades disfruten de esta gran celebración marítima.

Este importante evento, celebrado en el Muelle de Costa y el Muelle de Levante, cuenta con la participación de ocho embarcaciones históricas, como la Nao Victoria, el Pascual Flores, la Santa Eulalia, la Cervantes Saavedra, el Äran, el Le Don du Vent, el Patrullero Rio Riaza y el Cazaminas Duero. Todos estos barcos pueden visitarse de forma gratuita hasta el próximo lunes.

Inauguración oficial

El viernes tuvo lugar la visita oficial de las autoridades, encabezadas por la alcaldesa de Castelló, Amparo Marco; el presidente de la Autoridad Portuaria, Enrique Vidal; el director del Puerto, José María Gómez; el representante de Vela Cuadra, Fernando Viota; la diputada nacional Susana Ros; la teniente de alcalde del Grau, Mary Carmen Ribera; y la concejala de Turismo de la capital, Pilar Escuder.

Durante la visita, la alcaldesa destacó a Escala a Castelló como el “futuro del turismo urbano en la ciudad”, complementado por la gastronomía, las playas y la cultura, y abogó por que este evento naval sea declarado patrimonio de la UNESCO. “Es uno de los eventos más importantes anclados en la ciudad junto a las fiestas de la Magdalena”, afirmó Marco, subrayando que se trata de una iniciativa que “apoyamos de forma comprometida y que sitúa a Castelló en el mapa de toda la Comunidad Valenciana”.

La Nao Victoria

Entre las embarcaciones históricas, destaca sin duda la Nao Victoria, que vuelve a atracar en el muelle de Costa de Port Castelló. La nave actual es una reproducción de la embarcación original, construida siguiendo el diseño del buque primitivo comandado por Juan Sebastián Elcano, al que se han añadido pequeños detalles, como un motor, para facilitar su navegación. En el siglo XV, con el mar Mediterráneo dominado por los turcos, España y Portugal, las grandes potencias marítimas de la época se embarcaron en la búsqueda de nuevas rutas hacia los mares desconocidos, donde muchos creían que el mundo terminaba y habitaban monstruos marinos gigantes. El objetivo era llegar a las Islas de las Especias, ubicadas en Asia, conocidas como “El Maluco”, para obtener especias que en aquel entonces eran más valiosas que el oro.

La historia de esa navegación estuvo llena de traiciones, motines y asesinatos. Durante la travesía, en la isla de Mactán en Filipinas, murió Fernando de Magallanes. Solo dos naves, la Trinidad y la Victoria, lograron llegar a las Molucas. Pero únicamente la Nao Victoria, bajo el mando de Juan Sebastián Elcano, consiguió regresar a puerto tres años después, con 18 hombres exhaustos y famélicos, pero con un cargamento lleno de especias. Además, fueron los primeros en circunnavegar el planeta. Esa carga fue suficiente para cubrir los gastos de la expedición y obtener beneficios.

Con motivo del 500 aniversario del descubrimiento de América, en la Expo 92 de Sevilla, se decidió construir una réplica de la Nao Victoria, que se llevó a cabo en Isla Cristina en Huelva y es la que podemos visitar hoy en el puerto de Castelló.

Otros barcos que se pueden visitar

A principios del siglo XX, el armador Pascual Flores, de Torrevieja, especializado en el transporte de mercancías por mar, encargó la construcción de dos barcos gemelos a los que llamó como sus hijos: Pascual Flores y Carmen Flores. Eran dos pailebotes, barcos de vela preparados para albergar un motor y contar con una propulsión mixta. Ambos se pueden visitar y comparar sus diferentes interiores que se han ido adaptando a las nuevas utilidades y usos de los mismos.

En esta edición de Escala a Castelló, se incorporan por primera vez el buque Le Don du Vent y la goleta Äran, de Suecia. El Le Don du Vent es un buque original construido en 1943 por un gran astillero alemán, Burmeister, a petición de la Armada del Tercer Reich, que ordenó construir varios cientos de embarcaciones aptas para la pesca y el combate. En 1945, tras el fin de la Segunda Guerra Mundial, Burmeister transformó esta embarcación, diseñada inicialmente para la guerra, en un yate de lujo para alemanes adinerados.

Tripulación del barco Le don du Vent – Foto: Christian Rojo

Por su parte, la goleta Äran fue construida en 1903 en Viken (Suecia), por el maestro de ribera A.Olsson, de Heiselborg. Durante muchos años, transportó mercancías diversas entre los países del Mar Báltico y el Mar del Norte, incluyendo barriles de arenques que se exportaban a la península Ibérica, donde se proveían de sal y vino.

Además de las visitas a los barcos, el público podrá disfrutar una amplia agenda con conciertos gratuitos, un campamento marinero, un mercado gastronómico y un mercado artesanal a lo largo de todo el recinto así como diferentes actividades infantiles y recreaciones históricas.