Expediciones, revistas, libros, canales de televisión… Más de 130 años después de su fundación, National Geographic ofrece un sinfín de contenidos sobre ciencia, medio ambiente, animales, historia, cultura y viajes. Porque si algo ha caracterizado a esta organización desde sus inicios es por divulgar el conocimiento del planeta y de sus culturas a través de fascinantes expediciones.
Acompáñanos en este viaje en el tiempo que nos lleva en primer lugar a Washington un 27 de enero de 1888, cuando una treintena de hombres firma el certificado de fundación de la National Geographic Society.
National Geographic: origen y fundadores
“Aumentar y difundir el conocimiento de la geografía”. Ese fue el primer objetivo de aquellos 33 hombres que se reunieron en el exclusivo Cosmos Club de la capital estadounidense. Entre los fundadores se encontraban importantes militares, cartógrafos, geógrafos, pero también exploradores como Almon Harris Thompson o John Wesley Powell, famosos por haber mapeado los cañones del río Green y el Colorado, dando nombre a numerosas ubicaciones geográficas del Oeste de Estados Unidos.
Pero el personaje más célebre entre los fundadores no era otro que Alexander Graham Bell que había patentado el teléfono una década antes pese a que el concepto ya había sido desarrollado por el italiano Antonio Meucci. Sería su suegro, el abogado Gardiner Greene Hubbard, el primer presidente de la sociedad. Green Hubbard no solo fue el primer presidente de la Bell Telephone Company —futura AT & T— sino también fundador —junto a Chichester Bell, primo de Alexander Graham— de la Volta Gramophone Company, futura Columbia Records.
En definitiva, estamos hablando de un grupo de hombres de gran prestigio intelectual y empresarial en Estados Unidos que se reúnen para impulsar una organización sin ánimo de lucro que, en primera instancia, promueve el conocimiento de la geografía en un momento histórico —finales del XIX— en el que todavía quedan muchos rincones por explorar.
National Geographic Magazine: primer número
El 22 de septiembre, ocho meses después de la fundación de la sociedad, se publica el primer número de la revista, a la postre la iniciativa más popular de National Geographic. Fue impreso en New Haven con un precio de venta al público de 50 centavos. Pero aquel primer número poco se parecía a los que se publican en la actualidad. Para empezar, no contaba con el icónico borde amarillo que simboliza la organización, pero, además, entre sus 98 páginas no contaba con ninguna fotografía.
Los seis artículos que se incluyeron en este primer número habían sido presentados originalmente en las reuniones quincenales celebradas en la Sociedad, inicialmente en la Universidad de Columbia de Nueva York y después en el Cosmos Club, ese exquisito club de caballeros fundado en 1878 y por el que pasarían tres presidentes de Estados Unidos y hasta 36 ganadores del Nobel.
Tras el discurso introductorio del presidente Hubbard en el que reseña que no es un científico, “solo poseo el mismo interés general en el tema de la geografía que debería sentir todo hombre educado”, llegan los artículos entre los que destacan, por ejemplo, el estudio sobre la gran tormenta de marzo de 1888, “la tormenta más mortífera e inusual en los anales estadounidenses”, el estudio de la costa firmado por Herbet G. Ogden, geógrafo y topógrafo neoyorquino, o el mapeado del estado de Massachusetts firmado por Henry Gannet, futuro presidente de la sociedad 20 años más tarde.
La evolución de National Geographic
Aquel primer número de la revista de National Geographic estuvo muy lejos de ser un éxito: tan solo llegó a unas 200 personas. El academicismo y la aridez de los artículos impedían que atrajeran el interés del público general. Por lo visto, los hombres (y mujeres) de la época no eran tan ‘educados’ como creía Hubbard.
Tras tomar el mando de la sociedad en 1898, Alexander Graham Bell decide dar un cambio al rumo de la revista con el nombramiento como editor de un joven periodista de 28 años llamado Gilbert Hovey Grosvenor.
Cuenta la leyenda que un año más tarde saltan las alarmas en la redacción: un artículo de 11 páginas no llegará a tiempo. ¿Qué hacemos, cómo las rellenamos si no hay tiempo para otro artículo? Grosvenor decide llenar el hueco con fotos de una expedición al Tíbet. Es el primer hito en la historia de la revista convirtiéndola, por fin, en un éxito de ventas además elevar a Grosvener a la categoría de padre del fotoperiodismo.
Paralelamente a la consolidación de National Geopraphic Magazine, la organización se erige en una referencia en expediciones, otorgando desde entonces 15.000 subvenciones a exploradores como Robert E. Peary y su célebre (pero cuestionado) exploración del Polo Norte, o Hiram Bingham y su llegada a Machu Picchu.
Con el paso del tiempo, National Geographic Society se abre a otros campos como la zoología, respaldando las investigaciones de las primatólogas Jane Goodall y Dian Fossey, o a la historia sin rechazar las controvertidas investigaciones sobre colonialismo, racismo o sexismo.
En este sentido, National Geographic ha tenido cintura para adaptarse a los nuevos tiempos dando un giro a su publicación consumado con una editorial autocrítica firmada por Susan Goldberg, primera mujer que ocupa el puesto de editora jefe en la revista.
En dicho artículo aparecido en una edición de 2018 dedicada al tema racial, Goldberg admitía que la cobertura de la revista fue racista durante décadas. Y para ilustrar este hecho se refiere, entre otros, al pie de una foto de unos aborígenes australianos aparecida en 1916: “Negros del sur de Australia: estos salvajes son los que tienen menos inteligencia entre todos los humanos”.
National Geographic en la actualidad
Desde hace años, National Geographic ha diversificado su propuesta hacia numerosos campos, siempre dentro de la investigación científica, incluyendo canales de televisión, edición de libros, entre los que destacan los atlas o la colección para niños, además de la puesta en marcha de los Premios National Geographic/Buffet para el liderazgo en la conservación y protección de recursos naturales.
Con todo, estos últimos años, la sociedad se han transformado en un conglomerado mediático que suma numerosas divisiones entre las que se encuentran National Geographic Global Networks o el propio National Geographic Magazine, a lo que hay que sumar filiales como Nat Geo Kids o National Geographic Channel.
Todo este conglomerado se integró en 2019 en Walt Disney Company tras la compra de esta última de 21st Century Fox con la que la sociedad estaba vinculada desde la década de los 90. Con esta adquisición, Walt Disney, que ya suma empresas tan relevantes como Marvel Entertainment, ESPN, ABC o la propia Fox, se erige uno de los grandes imperios mundiales de medios de comunicación y entretenimiento.
Así pues, más de 130 años después de que 33 hombres se reunieran en un exclusivo club de Washington para encender la llama de la divulgación científica en campos como la geografía o la cartografía, National Geographic se ha convertido en una pieza más de un oligopolio mediático. Confiemos en que esto no impida que la sociedad se mantenga fiel a sus (buenos) principios en el futuro y siga mostrando el camino de la apasionante aventura del conocimiento de nuestro planeta, nuestra historia y nuestras culturas.
Únete a la conversación