¿Te imaginas algo más romántico que un atardecer? En nuestro país podemos presumir de muchas cosas y, entre ellas, de contar con algunos rincones verdaderamente impresionantes para ver cómo cae el sol en el horizonte. Mar, tierra, bosques verdes… cualquier elemento de la naturaleza es válido a la hora de despedir un día más. Descubre los atardeceres más bonitos de España.
Las Médulas, León
Este es uno de los paisajes que más nos sorprenden de la ciudad de León. Se trata de unas minas de oro antiguas que datan de la época romana. Podemos observar un bonito e irreal paisaje de pináculos y montañas de tonos rojos complementadas con un gran bosque lleno de castaños. Los atardeceres aquí tienen algo de mágico después de que los rayos del sol incendien el dramático escenario creando colores intensos y sorprendentes.
El mar Menor, Murcia
¿Sabes cuál es el único lugar del Mediterráneo donde podemos ver esconderse el sol detrás del mar? Justo aquí. En esta laguna salada situada en la ribera murciana. Desde este icónico lugar podremos disfrutar de unos atardeceres realmente preciosos, gracias al sinfín de colores que se crean con el juego de los rayos de luz mezclados con el agua marina del Mar Menor.
Si deseas conocer uno de los mejores rincones estratégicos para no perderte uno de los mejores atardeceres de España, sitúate en las marismas del final de La Manga, justo junto al humedal de las Encañizadas. ¡Y disfruta de la vista!
Finisterre, A Coruña
Conocido de forma popular como el fin del continente europeo, este era el último lugar de tierra conocido antes del descubrimiento de América. Fisterra es, por tanto, un enclave que aún guarda toda la magia de la que gozaba antaño y que sigue siendo un punto de encuentro para miles de peregrinos que queman aquí sus ropas para demostrar esa señal de renovación.
Una de las mejores cosas que hacer para disfrutar de sus simpares atardeceres es sentarse en las rocas situadas junto al faro para ir siguiendo la estela del sol desapareciendo tras el Océano Atlántico. Mientras lo haces, es indudable que no dudarás de lo pequeños que podemos llegar a sentirnos (y ser) la mayoría de las veces.
Es Vedrá, Ibiza
Quizá uno de los rincones más conocidos a la hora de reclamar atardeceres bellos, este gigante bloque de piedra emerge del mar hasta convertirse en uno de los islotes situados alrededor de Ibiza más fotografiados, tanto por turistas como por locales.
Para los primeros habitantes de las islas, fue un lugar de culto. Por ello, es indudable que cualquiera que se presente a la hora mágica en Cala d’Hort para ver un precioso atardecer sentirá que no se encuentra frente a un islote, sino delante de un antiguo altar situado para adorar a cualquier Dios en medio del mar más conocido de España.
Templo de Debod, Madrid
La capital guarda enormes secretos. No hace falta retirarnos hasta un enclave marino para disfrutar viendo cómo el sol se marcha para dar paso a una nueva noche. El atardecer en el Templo de Debod es ampliamente conocido y lo más seguro es que no haga falta mucho más para describirlo. Sí, el templo es verdaderamente egipcio, regalo a España por parte de este país.
Gracias a ello, podemos admirar el juego de luces que aparece cuando los rayos de luz se dan cita a última hora de la tarde. Una iluminación relajante, pausada y romántica; y un estanque de agua pacífico, convierten el escenario en uno de los más románticos de todo Madrid. De hecho, no son pocas las parejas de enamorados que pasean cada tarde su amor por los alrededores del monumento.
La Alhambra, Granada
No hay duda de que La Alhambra es una de las joyas más grandes que tenemos a nivel internacional. Conocida como “El castillo rojo”, también es famosa por ofrecer uno de los mejores atardeceres de toda España. En el caso de que el tiempo favorezca, serán cientos los turistas y locales que se darán cita en sus inmediaciones para disfrutar de una rutina que ha cogido un gran reconocimiento a nivel mundial.
Para disfrutar de la maravilla, lo ideal es subir al Mirador de San Nicolás en Albaicín y, después, esperar a que los rayos de luz nos emocionen y pongan los pelos de punta. Si lo preferimos, también podemos quedarnos a disfrutarlo desde La Alhambra y olvidarnos del mirador. Sin duda, toda una experiencia.
La Playa del Silencio
Solo con su nombre ya aporta unas inmensas ansias de nostalgia y romanticismo. La Playa del Silencia está situada en el Cantábrico y es una más de todas las maravillosas playas que se dan cita en la costa. Llama la atención por su virginidad, siendo una de las más salvajes de la zona.
No hay nada de lo que estamos acostumbrados a ver en una playa española, pero, eso sí, sus atardeceres son de lo mejorcito que nos ha dado el norte. Cuenta con una curiosa forma de concha y ya es una de las más reconocidas de toda Asturias. De hecho, aunque suene extremadamente romántico, no hay nada mejor que contemplar desde aquí el atardecer en el más absoluto de los silencios.
Arrecife de Las Sirenas, Almería
Navegantes antiguos quedaban completamente hechizados por el mágico canto de las sirenas cuando llegaban a este enclave famoso situado en la Península Ibérica. Sin embargo, esto es tan solo una leyenda, pues no eran sirenas, sino focas monje, las que volvían locos a los marineros. Actualmente no quedan ni focas ni sirenas, pero, si nos paramos a disfrutarlo, admirar los atardeceres desde aquí nos lleva a volver a creer en la magia.
Cabo de las Huertas, San Juan
Parece mentira que algo que tenemos tan cerca nos pase habitualmente tan desapercibido. El Cabo de Huertas, situado en San Juan, Alicante, ofrece uno de los atardeceres más bonitos de España. Entre sus rocas, llega una hora mágica en la tarde, sobre todo en las soleadas y largas tardes veraniegas, en la que el sol se va escondiendo tras el mar y tú puedes ver el espectáculo sobre alguna de las piedras que sobresalen en el camino. Sin duda, un enclave mágico para disfrutar de una experiencia a la que es demasiado fácil acostumbrarse.
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